Cocina en tiempo de penurias

Publicado 22 julio, 2010 por Marhya en Cultura, Gastronomí­a, General / 12 Comments

En tiempo de penurias es cuando hay que desarrollar con mayor esfuerzo que nunca la creatividad individual para salir adelante. Dicen que estamos en la mayor crisis económica desde los años treinta, y son muchas las personas que hacen uso de una desbordante imaginación para no dejar de llevar a la mesa platos sabrosos y económicos con los que alimentar a la familia e incluso agasajar a los amigos, logrando sus propósitos de largo. ¿Pero cómo se las han arreglado en tiempos mucho (muchísimo) más duros de los que vivimos (tanto que incluso me da un poco de vergüenza compararlo, si os digo la verdad)?

* Repostería con zanahoria y con calabaza: Quienes seáis aficionados a la repostería anglosajona conocéis de sobra las tartas, bizcochos o muffins de zanahoria. En tiempos en que el azúcar era un bien preciado, racionado (caso de la 1ª y 2ª Guerra Mundial) o difícil de obtener (caso de la colonización del oeste americano, por ejemplo), estos dos vegetales de sabor dulce sustituían al mismo, dando a las preparaciones en las que participaban un dulzor característico.

* Huesos de alquiler: Seguro que más de uno ha escuchado que durante la época más dura y difícil de la postguerra española existían los huesos (de carne, de cerdo y para los más afortunados de jamón) de alquiler. Había  personas que ofertaban el producto y a cambio de un precio lo prestaban durante un rato para que cociese en agua hervida sola o con alguna legumbre o vegetal para dar sabor al plato. A menudo el hueso se realquilaba tantas veces que ya no había ni sustancia ni sabor que extraer de él. Pura cocina de subsistencia.

* Patatas: Si del cerdo hasta los andares, de las patatas hasta las mondas. Desde que llegó de América a Europa, la patata ha alimentado generaciones enteras. Cuando en el S. XIX la filoxera atacó los patatales irlandeses, provocó una hambruna que hizo emigrar a EEUU a oleadas de irlandeses, pues este era el alimento principal de millares de personas. Simplemente cocidas o asadas en las brasas con un pellizco de sal, ya eran consideradas un plato sabroso, quien tenía la fortuna de disponer de cebolla, pimentón y ajo, podía estofarlas logrando todo un manjar. Quienes además podían añadirle un poco de manteca o alguna hortaliza, podían preparar (en guisos bien caldosos, para que cundiesen más) platos de auténtica fiesta. Y hasta las mondas se utilizaban para ello.

* Boniatos: Al parecer fueron uno de los grandes descubrimientos de la postguerra española, pues resultaban muy baratos, había buena disponibilidad de ellos y se cocinaban en guisos casi siempre especiados. Hoy en día no es tan común encontrarlos en el mercado, no sé si porque a algunos aún les recuerda penurias pasadas o cuál pueda ser el motivo. De hecho yo el único boniato que conozco es el de los comics: Benito Boniato, estudiante de bachillerato.

* Caracoles: Dicen que mucho hambre tuvo que pasar el primero que comió langosta para atreverse a probar semejante monstruo marino. Pero, ¿y los babosos caracoles? ¿Quién se atrevería a probarlos por vez primera sin tener hambre de la de verdad? En el campo, en cuanto llovía y asomaba el sol, salían los caracoles y se recolectaban, también con el rocío de la mañana en tiempo de calor. No se preparaban como ahora, cuando la mayoría de los platos van acompañados de tocino, chorizo, jamón o bacon (si no todo ello junto), si no cocidos con arroz o aderezados con mucha cebolla, ajo y un chorreón de vinagre, amén de algunas especias como el clavo, el laurel o el comino. Si disponías de pimiento o tomate, ya tenías un plato de puro lujo.

* Legumbre: el principal alimento de los tiempos difíciles. Si uno era tan afortunado de disponer de ellos en cantidad podía preparar potajes deliciosos, a menudo mezclados con patatas o batatas, con berza, con cebolla… Quien no podía permitirse una gran cantidad, preparaba con ellos caldosas sopas. Además de los clásicos garbanzos, alubias o lentejas que seguimos disfrutando hoy en día existían otras legumbres que hoy en día apenas se utilizan o que casi han desaparecido como las muelas, los titos, los guisantes secos o los altramuces. En ocasiones estaban llenas de bichos y los más positivos (o irónicos) alababan disponer de un potaje con carne en tan complicados tiempos.

* Pimentón: Además de dar gracia al agua turbia cocida con ajos majados con sal y un mendruguillo de pan (las sopas de ajo de pobre), daba color y  vida a multitud de platos, desde las patatas hervidas a los potajes. Quienes disponían de pan y manteca tenían la suerte de alimentarse a base de pan untado con manteca colorá y si ya conseguían aceite de oliva (o algo así), de unos bocadillos que eran auténticos manjares.

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12 Responses to “Cocina en tiempo de penurias”

  1. Que post más interesante María.
    Lo de los huesos sí que lo he oído muchas veces, ya sabes, pero por ejemplo lo de la zanahoria y calabaza no recuerdo haberlo leído antes (creo que en el día de Acción de Gracias es muy típico el pastel de calabaza, será por eso, porque los primeros colonos no tenían otra cosa para hacer las tartas).
    Con Beniato Boniato casi me meo. Y los caracoles, puaghhhhhhhhh.
    Besos, sis.

  2. A mi me da tambien pudor comparar estas crisis. cierto que hay crisis.
    Voy a decir quizá una barbaridad, pero hasta creo que en cierta forma esta risis mundial viene ien para que el ser humano se conciencia de que vivimos na sociedad de sobreconsumo que hay que cambiar.
    Ni tanto ni tan calvo diría mi padre.
    Muy buen post
    Un abrazo

  3. ¡Gracias, Isa! Pues supongo que si, que seguramente sea por eso además de que es temporada de calabazas a finales de otoño.
    ¡¡Besos!!

  4. Si, Curra, en verdad no es comparable aunque por desgracia si que hay familias que están pasando penalidades muy grandes y hasta tener para comer es complicado. Afortunadamente no es tan generalizado como en aquellos tiempos, pero ocurre y aunque no lo parezca a la puerta de nuestras casas.
    Es una lástima que para darnos cuenta de las cosas haya que llegar a ciertos extremos.
    Besos.

  5. Marhya, si no te importa, voy a colocarte en mi sección: “no solo de pan vive el hombre” ya que no solo tienes post de cocina, todos los otros temas son también interesantes ”
    Un saludo,espero que te guste el enlace.

  6. Muchas gracias, Jantonio!!! Me hace mucha ilusión. Esta semana a más tardar tengo que poner una página con enlace arriba a todos los blogs que me hacéis paras buenos ratos, llevo tiempo queriendo hacerlo pero no termino de encontrar el momento. A ver si estos días que cocino menos aprovecho.
    Un abrazo, buen fin de semana.

  7. Boquiabierta me has dejado… Vaya resumen bueno sobre la Historia de la alimentación en tiempos de crisis. Y es que las mejores gestoras son, sin duda, las abnegadas amas de casa, procurando todos los días dar de comer a su familia.

    Besotes y felicidades por esta entrada. Una lección de supervivencia en tiempos infinitamente peores.

  8. Polita, me alegro un montón de que te guste la entrada. Está bien recordar de dónde venimos aunque no estuviéramos aún por aquí, ¿verdad?
    Besos.

  9. […] ¿cómo te quedas? Yo, alucinada. En verdad imaginaba que el primero que debió comer caracoles (y así lo comentaba aquí) debió pasar verdadero hambre para atreverse con bicho tan feo y baboso. Ahora, tras saber el […]

  10. Amigas,el hambre es todavia una de las caracteristicas de muchos paises,y que triste es tener que acostarse con el hambre encima…..,hay muchas personas que no conocen los platos que ustedes saben cocinar,nisiquiera saben que existen,
    por eso hay que darle Gracias a Dios cuando lo tenemos y lo podemos disfrutar !!!!,Sigan escribiendo y compartiendo esas batallas diarias y que apreciamos mas cuanto menos conocemos del plato.

  11. Es verdad, Eva, somos mucho de mirarnos el ombligo y cada día hay miles (se dice pronto) de personas que mueren de hambre, sobre todo niños.
    Un beso.