De cocina y literatura: Láuberge, un hostal en los Pirineos

Publicado 13 noviembre, 2011 por Marhya en Cultura, De cocina y literatura, Gastronomí­a, Literatura / 9 Comments

Hace no mucho os contaba mis impresiones sobre “L´auberge, un hostal en los Pirineos(aquí). Esta novela coral que destila humor inglés, tiene su punto de partida en la compra de un pequeño hostal en un pueblecito de los Pirineos franceses por parte de una pareja de ingleses. Los ingleses tienen una fama horrible en lo que a cocina se refiere y los franceses dan tanta importancia tal a la gastronomía que el manipulador alcalde del pueblo se aprovecha de ello para poner al pueblo en contra de los nuevos vecinos, aunque sus motivaciones no son tan hedonistas y tienen más que ver con el interés de su cuñado por hacerse con el local.

Lorna y Paul han dejado todo lo que tenían en Inglaterra (trabajos incluidos) para cambiar de vida y cumplir su sueño. Ser los dueños del Auberge les llena de ilusión pero también de cierto temor, sobre todo porque Lorna es muy consciente de que los franceses son grandes amantes de la cocina y que la gastronomía tiene mucha importancia en sus vidas cotidianas, y se pregunta si estará a la altura. Pero en las primeras páginas, cuando la pareja llega al Auberge ajenos a lo que buena parte de los habitantes del pueblo planean a sus espaldas para echarles del lugar, descubre en el local una estancia repleta de latas caducadas que le devuelve la confianza en si misma; sabiendo que los anteriores propietarios no eran unos virtuosos se siente de nuevo segura.

Entre las latas que llenan el lugar, Lorna y Paul encuentran “Salsa para espaguetis a la boloñesa, salsa para estofado burguiñón, pollo al vino, raviolis… había incluso varias enormes latas del plato regional, el Cassoulet, compuesto de judías, salchicha y muslos de pato”. Después de eso, Lorna fantasea con las delicias que preparará para deleite de sus futuros clientes: “Sintió una subida de adrenalina imaginando los platos que saldrían de su cocina: filetes de salmón fritos con hinojo y puerros pochados en salsa de vermut; pechugas de pollo marinadas en limón con romero y tomillo y, cómo no, ajo en abundancia; salchichas de Toulouse cocidas a fuego lento con sidra y servidas con puré de patatas con salvia…”.

Christian Dupuy es el teniente de alcalde del pueblo. Es un hombre honesto que no está de acuerdo con los tejemanejes del alcalde, pero también es un hombre que sólo disfrutaba de una comida en condiciones cuando acudía al Auberge. Y es que su madre es una cocinera nefasta que, como dice una vecina, cree que el carbón es una especia. Si, la madre de Christian es experta en churruscar la comida, por lo que todos sus platos saben igual (de mal). Así que él se debate entre la honestidad y el poder disfrutar los sábados noche de cenas decentes en el restaurante del Auberge.

El libro está repleto de referencias gastronómicas, entre ellas la tradicional sopa de cebolla que en la fiesta popular del pueblo para celebrar la entrada en el nuevo año se sirve a las cinco de la madrugada o la gallete des Rois típica de la celebración del día de Reyes. Y es que la comida está presente hasta en los recuerdos de alguno de los vecinos del lugar, como en los de Annie “..se sentaban a comer a la sombra de alguna cabaña de pastor y se pasaban unos a otros el pan y  la carne fría, rociándolos con un par de botellas de vino. Después circulaba el queso, estriado por las marcas de las navajas y, de postre, una croustade de la pastelería de Massat, entre cuyas capas de hojaldre asomaban a cada bocado los arándanos”.

Seguro que los amantes de la lectura y de la cocina disfrutan mucho con esa novela entretenida y sin pretensiones. Es muy probable que al terminar de leerlo os apetezca preparar una tarte au citron  (quizá como ésta) o alguno de los muchos platos que se nombran en la novela.

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9 Responses to “De cocina y literatura: Láuberge, un hostal en los Pirineos”

  1. Me lo apunto Maryha!, este libro me gustará seguro!
    gracias por tus recomendaciones mi guapa!..y feliz semana que esta a punto de comenzar!!!!!
    cariñoooooos!!!!!

  2. Lo de leer libros y descubrir platos nuevos en ellos, que apetecería hacer o comer, es uno de los grandes placeres de siempre que me ha dado la lectura. Me acuerdo de Los cinco y sus comidas de campo, o de El viento en los sauces…

    Este libro lo tengo en la lista de “por leer”, y con tu reseña tengo más ganas aún de hacerlo.

    1beso.

  3. María, ya me contarás cuando le llegue el turno, que si te pasa como a mi con los pendientes… parece que no se acaba nunca la lista.
    Besos!!

  4. Recuerdo que cuando pusiste la reseña me recordóa Chocolat…., debe estar muy bien, se ve un argumento original e interesante. un beso