La cocina de su mano sobre mi frente

Publicado 2 mayo, 2017 por Marhya en De cocina y literatura, Gastronomí­a, Literatura / 4 Comments

Hoy vengo a hablaros de la cocina de Tu mano sobre mi frente, la novela de Nafisa Haji de la que ya os hablé hace unos días. Sabes que me gusta fijarme en los platos y costumbres culinarias que muestran las novelas que leo, especialmente si están ambientadas en países que me resultan exóticos y cuya gastronomía no conozco bien.

La novela está ambientada entre EEUU, Londres y Paquistán. Ya puedes imaginar que es la parte referente a la comida paquistaní la que me ha resultado más interesante y curiosa.


Casi al principio de la novela leemos una escena en la que la comida callejera de Karachi tiene gran importancia. La protagonista, Saira, es una niña criada en EEUU hija de padres indopaquistaníes, que pasa junto a su hermana los veranos en Karachi. Allí pasan las semanas de vacaciones con su abuela y la hermana de esta, Nanima Grande, con la que Saira disfruta especialmente y hace cosas que a su abuela no le gustan, como disfrutar de los puestos de comida callejera. Y así leemos “…las raciones baratas y especiadas que vendían los puestos de cada esquina de Karachi eran lo que mejor le sentaba. Los bun kababs, un híbrido de hamburguesa compuesto principalmente de patatas empapadas en chutney agridulce de tamarindo y pasta de pimiento picante , se encontraba entre sus platos favoritos. Así como los panis puris, unas tortitas de pan muy fritas, crujientes y con el borde rizado que se tomaban rociadas con agua de sabor especiado que no había conocido el proceso de ebullición…“.

Y continúa “...uno de mis favoritos era el paan, una hoja de betel rellena de nueces de betel molidas. Por toda la ciudad había wallas que se vendían al gusto del consumidor. A mi me gustaban dulces y a rebosar de hilos multicolores de coco“.

También hay una escena muy reveladora y divertida a bordo de un avión desde EEUU hacia Paquistán, donde Saira descubre algunos secretos familiares de boca de una mujer tremendamente cotilla que no tiene reparos en prepararse una buena comida a bordo.

Pero no solamente la comida paquistaní tiene presencia en la novela. Porque Saira quiere ser ciudadana del mundo. Y lo es. Por eso podemos verla disfrutar como estudiante universitaria en un local de crepes, donde pasa el tiempo con sus amigas o con un amante. O visitar un McDonalds en Londres con su primo Moshin, un personaje que como la propia Saira no se limitará a ser lo que la familia espera de él que sea.

De hecho si algo llama la atención de Saira en Londres es la cantidad de licores que guarda su tío paterno. Ella se ha criado en un hogar sin alcohol. Y tampoco lo había en la casa de su abuela en Karachi. Ni en la de su tía materna también en Londres, donde se alojaban cuando visitaban la ciudad. La primera noche que pasa Saira en casa de su tío le sirven pastel de carne de Sainsbury´s y montones de chocolatinas inglesas.

No quiero dejar de mencionar otra escena, en Karachi, en la que Saira ya pasada la adolescencia acude son su tía abuela Nanima Grande a un club social en el que conoce a alguien muy especial. En ese pasaje se nombran los platos que sirven a ambas mujeres, “…crema de tomate, tostadas con queso, pakoras de pescado, sándwiches de pollo y té...”.

Si hace poco ya te contaba lo que me había intrigado la cocina hindú, ahora me ha intrigado mucho también la paquistaní, de la que prácticamente no conocía nada. ¿Conoces tú la gastronomía de Paquistán?

Tags:

4 Responses to “La cocina de su mano sobre mi frente”

  1. Lucero

    Marhya si que cambia enormemente la cocina de unos sitios a otros, lo que es muy normal, por que son muchos los factores que influyen: los cultivos, el clima y muchísimos más.
    La verdad que yo no conozco demasiado de otras costumbres que no sean las de aquí, asi que como tu eres como una “enciclopedia mundial” jajaja. ya sé algo más con las cosas que tu nos cuentas.
    Besos preciosa, que tengas buena semana.

  2. Muchas gracias por la referencia del libro , me lo apunto ya mismo.
    A mi también me entusiasma encontrarme con en mis lecturas con este tipo de descubrimientos culinarios.
    Un abrazo.