Antes de decidirme a leer La firma de todas las cosas me he pensado y repensado varias veces si hacerlo o no. Por una parte la única novela que había leído de la autora, Elizabeth Gilbert, (“Come, reza, ama”) no terminó de gustarme, por otra la sinopsis de ésta me atraía, pero a la vez veían que eran más de 646 páginas con pocos diálogos, lo que teniendo en cuenta lo poco que me había encandilado la autora me daba miedo… Al final pudo la sinopsis y el hecho de que la protagonista se dedicase a la botánica en el S. XIX y me alegro mucho de haberla leído, porque me ha gustado mucho, me ha parecido una novela diferente y la invención de una vida apasionante.
Alma Whittaker nace en enero de 1800 en Filadelfia, en el seno de una familia muy peculiar; su padre, Henry, es un británico inmensamente rico que nació pobre como las ratas. Fue un ladronzuelo y también uno de los peones de jardinero del jardín botánico de Kew, de niño; después fue embarcado en la última expedición de James Cook y navegó por todo el mundo adquiriendo conocimientos de botánica que le permitieron amasar su fortuna. Su madre, Beatrix, una recia y práctica holandesa hija de la familia que dirige desde sus orígenes el Hortus Botanicus de Amsterdam.
Alma es una niña independiente, ávida de conocimientos, interesada en la botánica y la ciencia, siempre deseosa de aprender más, autodidacta en muchos campos, que gracias a la peculiar forma de ser de sus padres y al dinero y nulo apego a las buenas maneras de la época de su padre, se codea desde su más tierna infancia con todo tipo de científicos, botánicos y estudiosos de diferentes ramas de la ciencia, a quienes no duda en avasallar a preguntas en su afán de conocimiento.
Años después, sus padres adoptan a Prudence, huérfana de unos empleados suyos. Prudence es todo lo contrario que Alma; extremadamente e inquietantemente bella (y es por ello que Beatrix, poco dada a la compasión, se apiada de la niña, pues sabe cuál sería el futuro de la misma en un mundo de hombres y no puede permitir que eso ocurra), tímida y discreta, modesta y silenciosa.
Para Alma es complicado adaptarse a una hermana de su misma edad después de tanto tiempo sola, y más siendo tan diferentes. No existe una complicidad e intimidad entre ellas, hasta que ya en la adolescencia una nueva vecina, de una edad similar a la de ellas y de carácter alegre, vivaracho y alocado entra en su mundo: Retta Snow.
La novela cuenta la vida de Alma desde su nacimiento (en realidad primero conocemos las circunstancias en que su padre pasó de pobreza absoluta a ser el poseedor de una fortuna) hasta su muerte, siendo ya anciana. Una mujer única, botánica apasionada, cuya vida personal cambió por completo con la llegada de Retta Snow a su vida y a la de su hermana, aunque hasta muchos años después no logró comprender hasta qué punto y de qué modo.
Es una novela que engancha, pero para leer con tiempo, porque tiene muchas páginas, pocos diálogos y mucho que contar. He tardado casi una semana en leerla, cuando un libro que me gusta normalmente no me dura más allá de un par de días.
Es complicado hablar mucho de La firma de todas las cosas porque es toda una vida lo que cuenta, pero está narrada de un modo encantador, casi mágico en ocasiones, te traslada a los lugares en que transcurre (Inglaterra, Estados Unidos, Tahití, Holanda…) y hace que una siempre quiera leer más, otro párrafo, otra página, otro capítulo, hasta llegar al final.
Me he reconciliado con la escritura de Elizabeth Gilbert, porque me parece que ha hecho un trabajo extraordinario tanto en la narración (sobre todo en ella) como en lo que cuenta. Anímate a leer La firma de todas las cosas.
Publicada en España por Suma de Letras, su precio es de 22 euros en formato libro y de 10,99 euros en formato Ebook.
Marhya aunque me gusta mucho leer no puedo dedicarle tanto tiempo como quisiera, pero leyendo tu post sobre “La firma de todas las cosas” creo que a pesar de que me lleve bastante tiempo leerlo lo voy a intentar, ya que por lo que cuentas es el tipo de lectura que me atrae. Si llego a hacerlo te diré qué me ha parecido. Besos guapina.
Ya me contarás qué tal, Lucero.
Besos.
Me gusta todo lo que cuenta del libro, es cierto que parece tener más “sustancia” que su best seller y la vida de esta niña /señora/anciana me parece de lo más increíble!
Besos y feliz semana,
Palmira
Fíjate que tuve que buscar en internet a ver si era una biografía de alguien que había existido o si se lo había inventado, y no, no es una biografía real, es todo ficción.
Yo lo tengo entre los libros que leeré este mes. Con esto que cuentas me han entrado más ganas. Me pasa además como a ti, que no he leído Comer…, pero que no me atraía nada como antecedentes de su autora. 1beso.
Yo el de “comer, rezar, amar” si que lo leí pero no me gustó. Ya me contarás qué tal éste cuando lo leas.
Besos.