Con chanclas y a lo loco, de Jill Smolinski

Estos días pasados me he dedicado más a releer que a leer, pero con ganas de no dejar a un lado mi Reto en Vuelve la Página  Leer 30 libros que olvidé en mis estanterías, me decidí a rebuscar en ellas y ponerme con alguna novela aún por leer que tuviese en ellas. La elegida, “con chanclas y a lo loco”, de Jill Smolinski.

De esta autora había leído hace unos años “lo siguiente en mi lista“, que en su día reseñé aquí en el blog. Y creo que de más o menos esas fechas, tenía en casa la novela que viene a cuento hoy, y que si no recuerdo mal me regaló mi hermana. No sé muy bien por qué la he ido dejando a un lado por otras lecturas, que se me acumulan y supongo que en un momento determinado me olvidé de ella, simplemente.

La novela está protagonizada (y narrada) por Keeley Baker-Kekuhi, una vulcanóloga que lleva años viviendo en Hawai (a donde se trasladó desde el continente, precisamente para estudiar vulcanología). Keeley se encuentra en pleno proceso de divorcio, todavía no ha superado que su marido le engañase durante meses con otra mujer, con la que ahora convive, y para colmo éste ha pedido la custodia de Dante, el hijo de 4 años de ambos, porque quiere irse a vivir a Fiji. En el trabajo, el pesado de su jefe no la valora, su madre (con la que nunca se ha llevado muy bien) ejerce más de psicóloga que de madre y su mejor amiga planea su propia boda.

En una feria, por casualidad, conoce a Ian Gardiner, todo un caballero. Pero no empiezan con muy buen pie, pues la siguiente ocasión en la que se encuentran, en una extraña exposición de arte, ella acaba en el cuartelillo y en la portada del periódico más leído de las islas, a causa de un extraño incidente.

La vida de Keeley es un caos, y no sabe por dónde tirar.

La novela está escrita en clave de humor, aunque debo reconocer que a mi no es que me haya hecho demasiada gracia. Creo que la hubiera disfrutado más hace algunos años que ahora, cuando ese tipo de novelas me tiraba más. Pero tampoco puedo decir que no me haya gustado. En realidad, me ha parecido una novela entretenidilla, pero ahí queda todo. Ni es tan divertida como parece, ni tan profunda como para conmover, ni tan graciosa como para calificarla de humorística, ni es romántica, ni chic lit, ni sentimental… En fin, que es una novela que se lee fácilmente pero no sé ni cómo calificarla ni, en realidad, qué más contaros de ella que resulte interesante.

Podría decirse que es un “ni fu ni fa”… no encuentro manera mejor de definirlo. Y eso ya lo dice todo.

Publicada en España por Booket, consta de 414 páginas. Hoy en día está descatalogada, pero veo que se puede encontrar a la venta de segunda mano.