La dama del antifaz, de Jo Beverley, es la cuarta entrega de la serie Hermanos Malloren. Es una serie que publicó en España hace años, pero yo estoy leyéndola ahora por primera vez. Y la estoy disfrutando.
Inglaterra, 1762. Rosamunde Overton vio como su vida cambiaba a los 16 años; unas cicatrices en su rostro dejaron marcada también su alma; perdió las ganas de relacionarse con desconocidos y se casó con un hombre mayor, Digby, amigo de su padre, un hombre bueno pero por el que no sentía nada salvo gratitud. Ocho años después, su marido parece no gozar de buena salud y sin hijos, su patrimonio familiar parece que irá a parar a un sobrino enredado en una extraña secta. Para salvar su futuro, Digby sugiere a Rosamunde que se implique con algún joven, quizá en una de las fiestas de disfraces que organiza la nobleza con la que Rosamunde está emparentada y que tenga un hijo que pueda heredar la casa y las tierras familiares, y que sean el sustento de la muchacha cuando él ya no esté.
Rosamunde no es capaz de cumplir con la sugerencia de Digby en la fiesta de disfraces, pero cuando de regreso con sus sirvientes rescatan a un hombre apuesto que aparece tirado en mitad de la carretera y al que casi atropellan con su carruaje, siente la tentación de hacer de ese hombre su amante por una o dos noches. Pero no sabe si tendrá el valor suficiente para algo semejante.
Brand Malloren despierta aturdido en un dormitorio desconocido, totalmente a oscuras y sin recordar cómo ha llegado allí. ¿Alguien le ha drogado o, pese a no tener costumbre, ha sido una gran borrachera lo que le ha hecho perder el conocimiento y el control? ¿Y quién es esa mujer que le acompaña?
Con tan extraño punto de partida, comienza esta bonita historia romántica de Jo Beverly, una novela con menos aventuras que las anteriores (aunque mantienen ciertos toques de misterio e intriga) y más tierna, más intimista. No quiero contar mucho porque enseguida va a ser demasiado, pero la relación que se crea enseguida entre los protagonistas trasciende lo físico y se percibe muy bien cómo surge entre ellos aún entre secretos ese entendimiento que puede hacerles llegar más allá de la piel, hasta el alma.
La dama del antifaz es una lectura muy agradable, ideal para un día de verano sin nada que hacer. Quizá la más bonita de la serie, hasta el momento. Recomendable.