Historia de un canalla

La última novela que he leído es Historia de un canalla, de Julia Navarro. Una novela muy amena de leer, que he tardado unos días en leer más que por lo larga que es, por lo que pesa el libro.Y es que lo he leído en tapa dura y tiene 862 páginas. Se me quedaba la muñeca hecha polvo y he tenido que leerlo a ratillos, así que he tardado unos días en algo que por lo que me estaba gustando hubiera leído en tres días. Si puedes leerlo en digital, te ahorrarás este problema.

La novela nos cuenta la historia de Tomás Spencer contada por él mismo, desde su niñez y hasta lo que él cree que puede ser uno de los últimos días de su vida. Tomás no es un canalla, como dice el título, es un cabronazo de tomo y lomo, y lo es desde su niñez, de siempre. Diría que es un grandísimo hijoputa si no fuera porque su madre es una señora que no tiene culpa alguna de haber parido semejante hijo, y bastante tiene con lo que tiene.

Tomás, de madre y abuelos hispanos, vive en el seno de una acomodada familia de Nueva York. Es un psicópata, pero no uno de esos psicópatas inadaptados que se convierten en asesinos en serie, no; es un psicópata que llega a ocupar un puesto relevante en la sociedad, uno de esos tipos sin empatía ni escrúpulos de ningún tipo, que hace fortuna y a la que la gente llama de Don, pero que es despreciable y aborrecible para cualquiera que llegue a conocerle íntimamente. Un hombre sin sentimientos que podría llegar a disfrutar del dolor ajeno si realmente sintiera, pero que en realidad hace daño simplemente porque puede y porque le da la gana.

Desde niño conocemos cómo es Tomás y vemos cómo va creciendo y madurando, y cómo es su vida. Y así vemos cómo su falta de empatía y su maldad va haciendo mella y marcando la vida de otros.

Alguien cercano cuando supo que lo iba a leer me preguntó, ¿y merece la pena leer una historia de alguien así? Bueno, como todas las lecturas, es algo relativo, pero a mi la novela me ha gustado. Aunque en varias ocasiones me hubiera gustado partirle la cara, si fuera una persona real y no un personaje, desenmascararle y acabar con su impunidad. A mi me ha gustado leer la novela. Y creo que está muy bien leerla porque hay más personas así de las que creemos en realidad, “disfrazadas” de “personas normales”. Gente capaz de manipular los sentimientos, emociones y sucesos ya no para su propio beneficio, que también, si no simplemente para el perjuicio ajeno.

En definitiva, y sin contar mucho porque cuando se trata de la vida de una persona, es complicado contar de qué va algo sin contar demasiado o sin saber dónde parar de contar, es una novela que me ha gustado. Y que creo que merece la pena leer.