Las cuatro hermanas, de Maureen Lee, es el último libro que he leído. Es la tercera novela que leo de esta autora después de Las chicas de Septiembre y Bailando en la oscuridad. Me ha resultado una lectura muy agradable y entretenida.
En 1950 Kitty McCarthy, la protagonista de esta novela, tiene 19 años y vive en Liverpool. Antes de la guerra los McCarthy eran cuatro hermanos y cuatro hermanas, pero al término de la misma solo quedaban con vida los dos hijos menores y las cuatro hijas.
La novela comienza en la boda de una de las hermanas, Norah. Ya solo queda soltera Kitty, pero ella no tiene prisa por casarse. Es una joven inconformista que no cree que el matrimonio sea la única opción para una chica de su edad y su clase social. Y decidida a vivir una vida que le haga feliz sin atenerse a las normas impuestas por la sociedad, toma las riendas de su propia vida.
Para vivir de esta manera Kitty toma decisiones que a menudo su familia no comprende. Y que con el tiempo van marcando su vida y la de los que la rodean.
Si me quedo con algo de Las cuatro hermanas más allá de lo entretenida que me ha resultado, es con la importancia que tienen en nuestra vida las decisiones que tomamos. Y, a pesar de ello, a veces lo que parece de una forma termina resultando de otra. La lógica no siempre impera. La vida nos sorprende constantemente. Y las decisiones que cada persona tomamos sea con ligereza sea con meditación, pueden acabar dando la vuelta y resultar todo lo contrario que parecían con el paso del tiempo y los aconteceres. En ocasiones una buena o mala decisión puede arruinar o mejorar una vida. En ocasiones, el azar o las decisiones de otros pueden acabar pareciendo una burla del destino.
Esta es una novela para amantes de las sagas familiares. La novela comienza en 1950 y termina varias décadas después. Aunque la protagonista es Kitty es una novela coral. Conocemos más a unas hermanas que a otras, pero todas forman parte de una u otra forma de la vida de Kitty. Y algunas decisiones de cada una de ellas tienen una gran trascendencia en la vida de las otras.
Me he acostumbrado a la forma de narrar de Maureen Lee y me gusta. Su forma de afrontar la narración es como la vida: a lo cotidiano sigue lo extraordinario y viceversa. Lo extraordinario no es el punto culmen de nada, es parte de la vida y como tal se cuenta. Porque la vida sigue y ciertos hechos especiales son tan parte de ella como otros aparentemente intrascendentes.
Sin mucho más que añadir, no quiero contar nada de la trama para no estropear la lectura de Las cuatro hermanas a nadie. Es una novela que recomiendo a los fans de la autora y/o de las sagas familiares.
De esta autora he leído “Las chicas de Septiembre” y me gustó mucho, tanto la historia como la forma en que escribe, asi que supongo que esta de la que nos hablas hoy también me gustará. La buscaré en la biblioteca, y si está y la leo ya te diré qué me ha parecido.
Besos preciosa y feliz fin de semana.
Lucero, entonces yo creo que te gustará. Ya me contarás.
Besos.