El otro día me di cuenta de que hay un montón de libros que merecen la pena y de los que ya apenas se habla porque no están de actualidad. Parece como si pasados un tiempo, y si no son grandes clásicos de la literatura, cayesen en el olvido. Y es una pena.
Así que he decidido poco a poco ir hablándoos de libros que, de un modo u otro me han dejado huella, libros para leer y releer, libros para recordar… ¿Quién no nombraría una larga lista de novelas quepo una u otra causa le dejaron huella?
Algunos siguen reeditándose al cabo de los años (como “Momo” de Michael Ende), otros llevan descatalogados desde hace demasiado tiempo (por ejemplo “Aquel país lejano”, de Nevil Shute), unos han sido superventas (es el caso de “Malena es un nombre de tango”, de Almudena Grandes), otros han pasado desapercibidos en el amplio mercado editorial a pesar de haber ganado algún premio más o menos importante (entre otros, “Querido Corto Maltés”, de Susana Fortes). Les hay que me hacen llorar a lágrima viva ( como “La voz dormida”, de Dulce Chacón) y les hay para reír a mandíbula batiente (“Don Camilo”, de Giovanni Guareschi, es uno de ellos). Libros protagonizados por ancianos (es el caso de “La sonrisa etrusca”, de José Luis Sampedro) o por niños (como “Celia”, de Elena Fortún).
Unos nacieron de la mano de reconocidos autores (“La casa de los espíritus”, de Isable Allende) y otros son obra de autores desconocidos o anónimos (“Papelucho”). Algunos que leí prestados y nunca volví a encontrar (por ejemplo “En tiempos de las mariposas”, de Julia Álvarez) u otros que conservo en casa para poder releerlos (es el caso de “La flaqueza del bolchevique“, de Lorenzo Silva). Libros que leí de niña (“Diario” de Ana Frank es uno de ellos) o que he descubierto recientemente (“Crepúsculo”, de Stephanie Meyer).
Son tantos qué no puedo nombrarlos todos ahora (“Diabulus in música“, “La vida sale al encuentro“, “El sueño de Joanna“, “Amor, curiosidad, prozac y dudas“, “Nación Prozac“, “La ley de la calle“, “Trilogía irlandesa”, “Orgullo y prejuicio” son los primeros que me vienen a la mente de una larguísima lista) ) , pero que quiero ir compartiendo con vosotros poco a poco, porque creo que merece la pena seguir hablando de ellos y darlos a conocer a quien no haya tenido la suerte de haberlos disfrutado.
Cuanta razón tienes, Marhya. Hay tantos libros que te marcan y que para los demás parecen haber pasado desapercibidos.
Así de los antiguos, aparte de sumarme a Aquel País Lejano (una de mis novelas preferidas) siempre recuerdo con especial cariño Munich, Leopoldstrasse, 207 de Carmen Nonell Masjuan o Éxodo, de Leon Uris del que se hizo una película con el guapísimo Paul Newman.
¿Quién no recuerda a Don Camilo y su amigable enemistad con Don Pepon? Lo que me he podido reír con éste y las secuelas.
De libros así más recientes (relativamente) y de los que no he oído hablar hace mucho, mucho tiempo: Pupila de Águila de Alfredo Gomez Cerdá, La Selva de los Arutams de Maite Carranza… Lo cierto es que en mi adolescencia me encantaban las novelas de Gran Angular.
Ah, las novelas de Nora Roberts como la trilogía irlandesa y tantas otras novelas románticas, estas si que no las podría olvidar.
Gracias por este post, del que me alegra leer que será el primero de muchos. Estaré atenta.
Un abrazo.
Isabel, coincidimos en algunas novelas, aunque otras como “Éxodo” no he tenido el gusto de leerlas.
Es verdad que tal vez lo que para uno es importante, para otro pase desapercibido y ni siquiera sepa que existe, y eso es lo que me motiva a hablar de esas novelas que considero dignas de ser conocidas.
Un beso.
Te felicito por tu blog, es interesante que trates varios temas, he leído algunos de estos libros y sin duda me ha pasado como a ti, en el libro de Dulce Chacón lloré a mares(por varios motivos),gracias por las referencias de otros libros, y enhorabuena de nuevo por tu blog, un saludo.
Muchas gracias, Moly. Es que el libro de Dulce Chacón es mucho libro. Cada vez que lo leo lloro a mares, y cada vez pienso que esas lágrimas merecen la pena.
Un besote.
[…] unas semanas comenté (aquí) que iría hablando de novelas que a lo largo del tiempo me han dejado huella por unos motivos u […]
Hola Marhía!
Yo también he leido libros que no olvido, que como dices me han dejado huella.
Me acabo de leer “la voz dormida” de Dulce Chacón.
Y coincido con vosotras que se escapa con él más de una lagrima.
Al principio me costó meterme en la historía,desde las primeras lineas la narradora nos muestra a unas personas que tienen que convivir diariamente con la cárcel, la desolación, el hambre y un largo etc de penalidades y no me resultaba fácil, pero una vez pasadas las primeras páginas comienzo a familiarizarme con los personajes, todos con una historia diferente, pero al mismo tiempo muy parecida, es entonces cuando comienzo a disfrutar de la lectura, esperando que pasará con cada uno de ellos, sobre todo con Pepita y su familia, su historia será seguida de principio a fin del libro y es una de las que más me conmueven.
Aunque el libro está cargado de sentimientos tristes, también hay lugar para la amistad y el amor y eso es de admirar en tiempos tan dificiles.
Lo positivo que le saco de esta lectura es que esos tiempos se hayan quedado atrás y no se han quedado en el olvido gracias a estas historias que personas como estas han guardado en su recuerdo y nos lo han podido contar para que podamos valorar la vida que nosotros tenemos.
Una vez más Marhia te doy las gracias por tu blog, que me ha acercado a libros que merecen mucho la pena.
Un besito
Gracias Marilú, me alegro muchísimo de que te haya gustado “La voz dormida”, a mi cada vez que lo releo me emociona. ¡Por tantas cosas! Y a pesar d elo triste que es también hay lugar en él para la esperanza, y es un gran homenaje para esas mujeres luchadoras (desde las luchadoras hacia afuera hasta las que son luchadoras en su interior).
Es una novela fantástica.
Es una pena que la autora no esté ya entre nosotros para brindarnos otras novelas brillantes, pero otras vendrán que nos harán sentir que sus novelas merecen mucho la pena.
Un besote.
Acabo de recordar otra novela que me dejó huella y de la que, la verdad, no sé cómo pude olvidarme: Juventud de Louisa May Alcott. ¡Con la de veces que lo he leído y releído!
Es una historia muy sencilla sobre una joven, Rosa y su relación con sus siete primos, donde hay espacio para la familia, la amistad, el amor…
Cuando hablamos de Alcott todo el mundo recuerda Mujercitas, pero si preguntáramos por otro titulo? La gente como mucho se acuerda de Aquellas Mujercitas y Hombrecitos y si te dicen los nombres de las novelas ya es mucho, lo más normal es oír “Mujercitas y las secuelas”.
Y estoy hablando de gente de una cierta edad, porque de la generación posterior a la mía no creo que haya muchos jóvenes que hayan leído Mujercitas, si acaso les sonará más la película.
Una pena.
Isabel, no he leído esa novela, creo que si no lo recordaría. Supongo que en la biblioteca estará, a ver si la encuentro y te comento.
Un beso.
Yo me leí el originalmente titulado “Eight cusins” que en españa se tradujo como “Los primitos” y es la primera parte del que Isabel llama “Juventud” y que en original se titulo algo así como “Rose Bloom”, de hecho desconocía que existiese la continuación del primero y es ahora más de 20 años después de tener que imaginarme una continuación, cuando me entero que hay una segunda parte. Lo encontré en la página del Proyecto Gutemberg en inglés, y curiosamente, el final es tal y como me lo había imaginado para dos parejas. La mente es algo alucinante.
Un saludo
Qué curioso!! Imagino que a Isabel le gustará saberlo, si es que no la conoce.
Es una alegría reencontrarnos con libros que nos han marcado y descubrir a´si de pronto que tienen una continuación que coincidía con lo que esperabas, tiene que ser la leche.
Pues si, de hecho he encontrado esta página intentando encontrar la versión en castellano, por si estaba en internet, pero solo encontré la primera parte, que veo que en muchas partes titulan “Ocho primos”. Os dejo la dirección por si os interesa
http://ocho-primos-louisa-may-alcott.archivospc.com/
Y hablando de libros que me han marcado, creo que uno de ellos es “Matar un ruiseñor”, un libro muy duro, aunque no lo parezca, pero también increiblemente bonito.
Gracias, Ali. Tomonota. También me apunto lo de “matar a un ruiseñor”, que creo que he visto la peli hace mil años pero si te digo la verdad no me acuerdo mucho, buscaré la novela en la biblioteca.
un abrazo.