Como os comentaba el otro día su principal atractivo es su iglesia templaria pero si dispones de tiempo date un paseo por sus calles: no te llevará mucho tiempo, es muy pequeñito.
Irse de Villalcazar de Sirga con hambre es delito. Y es que además de sus celebres mesones (donde se pueden degustar platos tradicionales de la zona) uno no puede marcharse sin pasar por “La perla alcazareña” y disfrutar de unos amarguillos (unas tiernas pastas de almendra que me vuelven loca mientras se deshacen en la boca, ¡me salió un pareado!) o una de sus tartas de hojaldre y yema tostada (ummmm!!!! ¡Buenísimas!).
A casi kilómetro y medio de Villalcazar de sirga está la Ermita de la Virgen del Río. Es bastante habitual encontrarse con excursionistas que se acercan hasta allí desde la Villa a lo largo de todo el año, pero el día de su festividad es el domingo siguiente a Pentecostés.
¡Qué bonitas imágenes!
Gracias, Lola.
Me gustaría ser mejor fotógrafa para hacer más justicia a los lugares, pero con mi habilidad y con mi cámara, no se podía más, jeje.
Besos.
Precioso,ya me gustaria ir!
Besos
Cavaru, a ver si con entradas próximas te termino de convencer.
Besos.
Bellisimo y super interesante, gracias por compartir estas aventuras con nosotros…
Besos!!!
Gracias, Cotty, me alegro de que te guste.
Besos.