El madroño es conocido en toda España por ser junto al oso (o la osa, hay controversia al respecto) el emblema de Madrid, pero en muchas zonas los madroñales han sido (y son, aunque cada vez hay menos) lugares visitados asiduamente por diferentes animales salvajes para alimentarse. Hoy en día es un arbusto bastante empleado en ornamentación, y en muchos parques y aún más jardineras urbanas pueden encontrarse fácilmente.
Los madroños pueden comerse tal cual, aunque tiene fama de emborrachar si te das un atracón de ellos. No sé si realmente emborrachan, pero personas de fiar si me aseguran que da dolor de cabeza. Yo sólo he probado madroños en una ocasión, y me supieron un poco insípidos, aunque lo cierto es que seguramente no estaban en su mejor momento y además los comimos tal cual de la planta, un poco de cachondeo. ¡Y es que cualquier fruto que no esté en su punto de maduración óptimo no resulta especialmente apetitoso!
Los madroños parece ser que resultan deliciosos en mermeladas y jaleas, además de licores, aunque yo no he tenido la oportunidad de probarlos.
Para recolectar madroños hay que tener en cuenta que si se cogen de una zona de campo, es decir, de una planta silvestre, no debemos arrasar y llevarnos todos los que hay porque podemos acabar con el sustento de algunos animales, muy especialmente si es un “año malo”. Y si se coge de una zona urbana, de un ejemplar cultivado, además de tener cuidado porque también pueden comerlo algunos animales urbanos (si te paras a pensar verás que hay más de los que parece en un primer instante), te cargas la ornamentación del lugar, pero además hay que evitar cogerlos de una zona de tráfico denso o muy contaminada, y si existen dudas de si han sido tratados con productos fitosanitarios para plantas ornamentales (¡ojo!, no es lo mismo que los preparados para tratar plantas comestibles), evitarlos a toda costa.
Y vosotros, ¿soléis comer o habéis comido alguna vez madroños? ¿Conocéis alguna forma de cocinarlos?
Hola preciosa! Por aquí hay muchos madroños,a mí me gustan mucho,pero nunca he cocinado nada con ellos.Mi marido me trajo para hacer un licor,pero mi madre se puso tan mal que ya no me dió tiempo de hacerlo y se me estropearon,para la temporada próxima espero probar algo.
Un abrazo
Yo nunca he comido madroños, de hecho no sabría reconocerlos si los viese….Lo único que sabía de ellos (ahora sé más gracias a tu entrada) es que son un elemento representativo de Madrid y la letra del conocido villancico andaluz que estoy harta de cantar: “Madroños al Niño no le demos más, que con los madroños se va a emborrachar. Que sí, que no, María se llama la Madre de Dios”.
Un besazo
Yo no los conozco, que pena. Aunque ahora mismo los googleo y veo si tal vez los conozca con otro nombre, aunque lo dudo. 🙂
Pues yo sí los conozco y los he visto en muchos sitios, en el norte son habituales en bosquetes de encinas, cercanos al mar cómo el monte Buciero, al lado de Santoña, en donde, en otoño resultan muy ricos.
Pero nunca cociné con ellos. Me faltó la cesta para recolectarlos…:(
Besotes!!!
Cavaru, cuando te pongas a ello el próximo año ya nos contarás, me da mucha curiosidad porque no me imagino bien el sabor.
un beso.
Lola, no conocía ese villancico, me hace gracia que también mencionan lo de que emborrachan. Fácil que finalmente sea cierto.
Un beso.
Blo, si pinchas en la primera vez que pone madroños, que sale en otro color, ves un montón de imágenes de ellos de google.
Besos.
Polita, a lo mejor resultan más ricos tal cual que cocinados. Yo no sé si los probé en su mejor momento, tengo que volver a hacerlo, a ver si consigo el próximo año para un botecín de mermelada.
Besos.
En mi empresa hay unos cuantos árboles de madroños y ahora antes de Navidad estaban preciosos. Incluso había pensado coger alguno para adorno, más que para comer porque no sé ningún plato que los lleve.
Besitos
rosa
Rosa, en adornos he visto quien los cuelga tal cual o pintados en dorado.
Besos.
Maria, pero por lo que veo en estos árboles, enseguida se ponen maduros y se estropean…
Besitos
rosa
Si, pero es como todas las frutas, si las coges verdes te aguantas más en casa hasta que se maduran y estropean. Si son para comer, pues claro, procuras recolectarlos en su punto óptimo para que esté más rico, pero si son para adorno no pasa nada por coger algunos aún verdes y duros.
Besos.