Una de mis últimas lecturas ha sido Cuando florecen las azaleas, una sencilla y bonita novela de Sherryl Woods. Es la 10ª entrega de la serie Magnolias, pero se puede leer sin conocer nada de las anteriores y se entiende a la perfección. Aunque haber leído las anteriores creo que hará querer más a los personajes secundarios de esta ya que algunos son protagonistas de las novelas anteriores.
Lynn Morrow está en pleno proceso de divorcio y no lo está pasando muy bien. Puede que su matrimonio nunca haya sido la experiencia maravillosa de la que algunas personas hablan al referirse al amor y las relaciones pero tampoco la experiencia horrible de sus padres según los recuerdos que tiene de su niñez y adolescencia. Y, desde luego, no esperaba que su marido decidiese separarse de la noche al día. Mucho menos esperaba que se desocupase de sus hijos porque no va con su carácter. Aunque se está preguntando si de verdad conoce el carácter de él.
Lynn está teniendo verdaderas dificultades para poner comida en la mesa y pagar la hipoteca de la casa. Y lo peor es que su hija adolescente se está dando cuenta de todo. Al menos su vecina, madre de la mejor amiga de su hija, le ha procurado un empleo a tiempo parcial. Y aunque la de vergüenza su hija cena allí algunas noches.
Mitch Franklin conoce a Lynn desde la niñez e incluso estuvo enamoriscado de ella de adolescentes, pero hace años que no tiene más relación con ella que cruzársela ocasionalmente en la población en la que viven. Hace un año que perdió a su esposa en un accidente de tráfico ocasionado por un conductor ebrio. Y sus hijos se han marchado a la universidad. Lucha para no deprimirse a base de trabajo y por pura voluntad de mantenerse cuerdo. Los primeros peores tiempos ya han pasado y sabe que su mujer no querría verle desmoronarse.
Trabajando en casa de unos amigos, para los que hace una reforma de envergadura, a menudo cena con ellos y es un rato que le hace sentirse bien. Es así como vuelve a tener cierta relación con Lynn, vecina de estos.
¿Es el mejor momento para enamorarse? Quizá no, pero las cosas no siempre llegan cuando se esperan. Y así ocurre para Lynn y Mitch.
Cuando florecen las azaleas es una novela romántica sencilla pero muy bonita. Con sentido. Con sentimiento. Con personajes interesantes, normales podríamos decir, personas con una vida sencilla, gente “de la calle”. Y en buena parte eso es lo que más me ha gustado.
El valor de la amistad, los apoyos que llegan inesperadamente de quien menos pensábamos, la fortaleza personal que no siempre somos conscientes de poseer y que aflora para salvarnos en ocasiones de nosotros mismos o de las circunstancias, son algunas de las cosas que me han gustado de esta novela.
El personaje de Mitch me ha gustado especialmente porque no es un héroe pasteloso ni extraordinario, y precisamente tiene todo lo que un protagonista romántico debería tener: amor, apoyo, comprensión y lo necesario para sacar lo mejor de la otra persona sin dirigir su vida ni decirle por dónde avanzar. Porque es de los que no salvan pero de los que contribuyen a que una misma sea su propia salvadora. Y eso es de gran valor.
En definitiva, aunque sencilla y ligera, Cuando florecen las azaleas es una historia bonita que me ha gustado. Previsible, sí, incluso en las razones de personajes como el marido o ex marido de la protagonista. Lo que veía venir así ha sido. Pero esta previsibilidad que en ocasiones me da mucha rabia, no me ha importado porque no altera mis sensaciones al leer la novela.
Me da a mi que esta novela te ha gustado mucho ;o) A ver si la encuentro en la bibli… aunque no sé donde sacas tiempo para leer tanto !!!
Besos,
Palmira
Uff, Palmira, yo tengo la impresión de que últimamente leo muy poco.
Besos.