Guerra y Pasión, de Judith O´Brian, es la última novela que he leído. Es una lectura que he tenido muchos años en casa sin animarme a leerla. Y, la verdad, después de hacerlo no me extraña, porque me ha dado una pereza tremenda terminarla. Ya que me había embarcado en ella no quería dejarla a medias pero me ha resultado muy aburrida. E increíble. Pasada de moda. ¿Será que estoy muy exigente últimamente, o que de verdad no merecía la pena?
Margaret Garnett es una joven profesora universitaria, experta en la Guerra Civil, que desdeña los valores del Sur. Pero tiene que pagar sus préstamos universitarios, y por no haber sido previsora con el envío de sus currículums, no la queda otro remedio que aceptar el único empleo decente que la han ofrecido; dar clases en la sureña universidad de Magnolia.
Margaret detesta el Sur en general y todo lo referente a sus valores tradicionales en particular. Allí se siente como pez fuera del agua. Aunque enseguida se siente atraída por la figura del General Ashton, fundador de la Universidad y héroe del bando del Sur en la Guerra Civil. Primero, por el porte y el atractivo rostro que muestran los cuadros antiguos, y después, por la antiguas cartas suyas que se guardan como reliquias.
Un día, Margaret comienza a sentirse mal. Enferma, tiene que quedar en cama. Pero cuando despierta, ya no está en los años ´90 del S. XX sino en plena Guerra Civil Americana, convertida en la prometida del General Ashton.
Ha habido dos cosas por las que principalmente me ha resultado aburrida y no me ha hecho mucha gracia la novela. La primera es la propia Margaret, un personaje que de principio me ha caído fatal. Para tratarse de una estudiosa de la historia, no me ha parecido nada rigurosa, sólo le interesaba ensalzar un bando e ignorar al otro. Un estudioso de la historia en general y de una guerra en particular, tendrá sus debilidades y sus preferencias, pero es conocedor o debe serlo de todo lo que concierne a ambos bandos, lo bueno y lo malo que hizo y defendía cada uno, los aconteceres y la forma de vida de la gente, no una mera sucesión de nombres y fechas. Su egocentrismo y su soberbia, ese sentirse superior, me cabreó en las primeras páginas. Quizá fue ese el momento de haber dejado la lectura, pero cuando ya avancé quise saber cómo demonios saldría la autora del embrollo. No diré más que su salida del mismo me ha parecido de risa, por no decir de pena. No veo por dónde cogerla…
La segunda razón por la que no me ha gustado la novela, es por este viaje en el tiempo tan… raro, dejémoslo ahí. He leído muchas novelas de viajes en el tiempo pero esta es, sin duda, la peor hasta ahora al menos en lo que a dicho viaje se refiere. La protagonista se pone enferma y viaja al pasado. Pero no es ella misma, es ella en el cuerpo de otra mujer. Una mujer que vivía en ese pasado. ¿Pero sabemos qué ha sido de esa mujer? ¿Ha desaparecido, ha muerto, ha aparecido ella en el lugar de Margaret y en su cuerpo? Pues no, no sabemos qué ha sido de ella. Y no quiero contar el final ni voy a hacerlo, pero ahí metería otro montón de interrogantes más sobre el dichoso viaje en el tiempo, sus consecuencias y sus incongruencias abiertas.
Dicho ésto, ya ves que no me ha gustado. El próximo libro que no me esté gustando lo dejo por la mitad y listo, que me estoy cansando este verano de leer cosas que terminan no gustándome nada. Menos mal que también he disfrutado de buenas lecturas, porque si no… ¡menuda racha!
