Con las novelas de Linda Howard me suele ocurrir que o me encantan o las aborrezco, raramente me dejan fría. Las novelas ambientadas en el Oeste americano de colonos y/o ranchos me suelen encantar. ¿Una novela histórica de Linda Howard y además ambientada en el Oeste? Vaya, no sabía qué esperar de ella. El resultado: una preciosa novela que he disfrutado un montón, “Valle de pasión”.
Una de las cosas que más me gustan de las novelas del Oeste es que las protagonistas femeninas tienen una enorme fortaleza interior, imprescindible para sobrevivir en un medio hostil, en una sociedad machista, a menudo a una vida solitaria y difícil, sometidas a rígidas normas y a los rigores de una naturaleza salvaje. Es el caso de Dee Swann, la protagonista de “Valle de pasión”.
Dee Swann quedó sola en la vida a los 18 años, tras la muerte de su padre. Lo usual en la época era que una mujer sola fuese a vivir con sus parientes, pero Dee eligió seguir en la granja familiar de Colorado y llevarla adelante. En los últimos 6 años (cuando comienza la novela ella tiene 24 años) ha tenido que sobrevivir trabajando duro pero también ha tenido que defenderse arma en mano de cuantos hombres han pasado por sus preciadas tierras de Angel Creek, en las que nunca falta el agua: unos buscaban simplemente comprar el terren, otros la pedían matrimonio a menudo simplemente para lograr lo mismo pero sin pagar dinero por ello, y también los hubo que simplemente buscaban una mujer sola y fácil. De todos ellos logró librarse y cuando corrió la voz por el pueblo de que aquella mujer sola no estaba dispuesta a relacionarse con nadie ni a vender su granja y era peligrosa la dejaron más o menos en paz.
En la vida de Dee Swann sólo hay una persona con la que mantiene una relación de amistad: Olivia Millican, la bella hija del banquero local. Dee y Olivia fueron juntas a la escuela local de niñas (la madre de Dee era la maestra) y siguen en contacto desde entonces. En el pueblo ambas se saludan respetuosamente y con la distancia que impone su diferencia de clase social, pero Olivia suele acudir a Angel Creek a visitar a su amiga, pues sólo entre ellas pueden ser como realmente son y no como se espera que sean.
Lucas Cochran regresa, después de 10 años de ausencia, al rancho familiar para hacerse cargo de él. Es el rancho más grande, antiguo y próspero de la zona y su intención es engrandecerlo más aún, cosa que será trabajosa pero que no duda podrá lograr con empeño y ahínco, comprando cuantos terrenos sean necesarios para ello. También espera contraer matrimonio con alguna mujer educada y atractiva con la que formar una familia, alguien como Olivia Millican, quien sorprendentemente sigue soltera a los 25 años, algo inaudito en una mujer de su posición y belleza.
La novela está publicada en España por Nefer. Tiene 294 páginas y cuesta 15,95 euros.
Pues mira, yo, que no soy fan de la novela romántica ambientada en el oeste (o eso pensaba)y también me ha encantado. Eso sí, L. Howard, salvo excepciones, las borda….
Noah, es que es muy bonito, ¿verdad?. Igual ahora te pica el gusanillo de la romántica del oeste, jeje. Yo tenía un poco de miedo porque con la Howard o me quedo supercontenta al terminar el libro o me cabreo pero bien que la tiraría el libro a la cabeza, jeje. Pero este es de los que si, de los que me han dejado buenísimo sabor de boca.
Muchas gracias por pasarte por aquí y dejar el comentario, me hace mucha ilusión.
Un beso muy grande.
A mi me pasa como a Noah, no me llaman mucho los libros del oeste. Y es curioso, porque los cowboys actuales sí me gustan pero el oeste no demasiado salvo honrosas excepciones, como ésta. Aunque tengo que admitir que me gustaba más el novio de la amiga que el prota a quien en alguna ocasión le hubiera soltado un par de tortas.
Hombre, hay que ponerse en que esas dos cosas que dices que te hicieron sentir ganas de darle dos tortas al protagonista son propias de la época, sería increíble un libro de esa época y ese contexto social con un prota de hoy en día, ¿no?
Bueno, pero al final, te gustó la novela que es lo que cuenta.
Un beso muy grande.