Aunque en ciertos ambientes ya se venía venir algo semejante, la noticia se confirmó ayer y hoy es portada en muchos medios de comunicación de todo el mundo: Rusia, tercera productora de trigo del mundo, cierra sus fronteras a la exportación de grano. Debido a los impresionantes incendios y la sequía que asolan el país, sus dirigentes han decidido no exportar al menso entre el 15 de agosto y el 31 de diciembre ni trigo, ni centeno, ni maíz, ni cebada igual que la harina de trigo y de centeno en previsión de que lo necesiten para sus compatriotas y para mantener el número de cabezas de ganado del país. ¿Pero cómo afectará esto al resto del mundo?
Los precios del trigo ya han subido en algunos mercados mayoristas y es de prever que así seguirá sucediendo, lo que seguramente redundará en la subida de otros alimentos que puedan ser sustitutos de los mismos. Así que es de esperar que en otoño los consumidores nos encontremos con subidas generalizadas no sólo del pan, la harina, la pasta o las galletas si no también del ganado estabulado que se alimente principalmente de grano o de otros alimentos como la soja, las patatas o las legumbres.
Muchos países se han puesto en alerta con esta decisión de Rusia; mientras algunos se frotan las manos pensando en lo bien que exportarán sus productos y al precio al que lo harán otros como Siria, Egipto, Israel, Irán, Turquía o Líbano que habitualmente contaban con Rusia como proveedor se ven en peligro serio de desabastecimiento. ¿Y los países llamados tercermundistas? ¿cómo podrán adquirir alimentos tan necesarios sobre todo ahora que la crisis mundial ha reducido tanto los presupuestos de ONGs e incluso de las agencias de cooperación de la ONU? ¿Se verán millones de personas asoladas por hambrunas? También se abren interrogantes dentro de la misma Rusia, ¿llegará a haber problemas para que la mayoría de la población, de menor poder adquisitivo, pueda disponer de estos alimentos?
En tierras cerealistas españolas la mayor parte del grano ya está cosechado y vendido, por lo que parece que el alza de precios pueda pasar de largo para los productores y seguramente sólo los mayoristas más poderosos y avispados puedan sacar tajada económica de la situación.
Si ya estabais hasta el gorro de escuchar la palabra crisis (financiera, del ladrillo, económica…) ahora podéis llegar a sentirlo insoportable, pues este puede ser un factor decisivo para provocar una crisis alimentaria a nivel mundial.
Y vosotros, ¿cómo creéis que os afectará? ¿o pensáis que no lo hará? ¿Creéis que es un grave problema real o una falsa alarma que beneficiará a los grandes especuladores?
A nuestro mercado, el argentino (también llamado “el granero del mundo”), le viene muy bien. Y estando en el tercer mundo no podemos más que recibir la noticia con los brazos abiertos.
Mandarina, ¿de verdad estáis tan mal para consideraros “tercer mundo” o es una frase irónica tan sólo?
Pues al menos a algunos que les vaya bien, claro que aún estáis en invierno, más le vale al mundo que el tiempo climatológico sea favorable para vosotros porque si no crudo lo llevamos todos: vosotros, nosotros y ellos.
¡Un beso!