Hoy vengo con la mitad que me faltaba de los libros que guardo con más cariño de mi infancia y adolescencia. No es que haya sido sencillo escoger, afortunadamente guardo unos cuántos de aquella época, siempre disfruté leyendo y mis padres no eran de los que compraban golosinas un día cualquiera (vale, tampoco un domingo) pero si que compraban libros o tebeos sin necesidad de que fuera un cumpleaños o Navidad, pero estos diez, son especiales.
* Nacida en domingo, de Gudrun Mebs. No recuerdo cómo llegó a mi este libro pero lo tengo desde hace muchísimos años, una edición del Círculo de lectores (tapa dura) de 1985. La novela cuenta la historia de una niña que vive en un orfanato (no os imaginéis nada tétrico aunque algunos niños podían ser un pelín crueles en ocasiones) y comienza así: “Soy una niña con buena estrella. Porque nací un domingo y los niños que nacen en domingo tienen siempre mucha suerte, eso he oído decir. Pero a mi no me lo parece. Los domingos precisamente son bastante aburridos en el Hogar infantil”.
En el orfanato hay muchos niños que tienen lo que llaman “papás de domingo”, familias que los acogen ese día de la semana, los llevan por ahí, les hacen regalos en su cumpleaños y Navidad… Pero nadie la ha escogido a ella, que se pasa los domingos aburrida, abrazada a su conejito de peluche y soñando con una elegantísima mamá de domingos, la más guapa y amorosa y un papi de domingos superrico que le haga los mejores regalos. Hasta que un día, al fin, aparece una mamá de domingo para ella, pero no se parece en nada a lo que había imaginado. Es una chica joven, con el pelo corto y alborotado, con gafas y ropas casi de chico, que no tiene ni coche y que va corriendo todo el rato, con un apartamento pequeño y desordenado.
Es una historia preciosa y enternecedora.
* Momo, de Michael Ende. ¿Realmente necesita presentación? ¿Quién ha leído Momo y no se ha sentido cautivado? ¿Alguien es capaz de decir que un adulto no deberá leerlo y tomar nota para su vida, más aún que cualquier niño? Yo quiero seguir luchando contra los hombres grises, ladrones de tiempo y felicidad, yo quiero que existan muchas Momos en este mundo.
* El pequeño Nicolás (René Goscinny). ¡Ah, lo que me he reído leyendo las aventuras del pequeño Nicolás y sus compañeros (Alcestes, Eudes, Magencio, etc…) aunque he leído más libros de la serie prestados, propios sólo tengo dos “El pequeño Nicolás” y “Las vacaciones del pequeño Nicolás”, ilustrados por Sempé y publicados en Alfaguara. Son historias divertidas para pasar un buen rato, sean niño o adulto.
En cierto modo y salvando las (grandes) distancias son como el Manolito Gafotas francés de los años ´60.
* Ana aprendiz de periodista, de Anna María Ferretti. Con 11 años, me encantaban los libros de la colección Violeta, seguro que muchas los recordáis. Eran libros de tapa dura, con unas pocas (pero preciosas) ilustraciones, la mayoría (¿o todos?) ambientados en Italia y protagonizados por chicas jovencitas que tras los avatares de cada novela descubrían así su vocación para una u otra profesión. Leyendo el título de ésta, no hace falta que os diga sobre qué profesión trata.
Es una historia blanca y que vista a estas alturas incluso puede pecar en ocasiones de un poco cursi, pero es bonita y la guardo con mucho cariño.
* Nacida Inocente. Mi madre odiaba esta colección, decía que no eran libros para adolescentes y visto con los ojos de mis 36 años seguramente tenía razón, pero en mi clase de 8º éramos varias las que estábamos locas por los avatares de la sufrida Chris, nos regalábamos los libros en los cumpleaños y nos los prestábamos para poder leer la saga entera que si no recuerdo mal eran 12 libros. La verdad es que eran algo truculentos para almas cándidas de 13 años como nosotras, qué sufrimiento la vida de la pobre Christine, quien a los catorce años era ingresada en un centro de menores después de que huyese (una vez más) de los malos tratos de su madre alcohólica y su padre, el de la mano larga. Pero el centro de menores no era un buen lugar si no todo lo contrario, la vida era mucho peor de lo que había al otro lado, y aquella sociedad que quería proteger a las adolescentes con problemas o conflictivas, acababa abocándolas a algo infinitamente peor.
Tengo los cuatro primeros libros de la serie, aunque la verdad es que hace tiempo que no los leo, pero tampoco me quiero desprender de ellos. Escribiendo sobre ellos me están entrando ganas de volver a echarles un ojo, a ver cómo se ven con el paso del tiempo.
Ay Marhya, aun tengo Momo, no lo comprendí mucho la primera vez que lo leí, pero sí cuando lo releí más tarde.
Las Aventuras de pequeño Nicolás las hemos usado en el cole para lectura y se la compré a mi hijo, al cual le encantan.
Me ha encantado el argumento de Nacida en domingo, creo que le puede aportar muchas cosas a mi hijo de nueve años que además, también nació un domingo. Me pongo desde ya a tratar de conseguir el libro.
Lola, pues al escribir esto busqué “Nacida en domingo” a ver si se había editado en alguna otra editorial más recientemente y no lo encontré, pero si que vi en varios sitios que se vendía de segunda mano.
Un beso.
Jo, sis, te puedes creer que ni me acordaba de que existía Nacida en domingo? Y eso que es realmente muy bonito y de pequeña leí el tuyo varias veces.
Bueno, es que he leído todos los que mencionas porque me los dejabas tú.
De Nacida Inocente yo creo que sólo leí esos cuatro, así que nunca supe cómo acababa al final la pobre Cristine y es cierto que algunas escenas eran un poco traumáticas; al menos en aquel entonces, porque yo creo que a las adolescentes de ahora no les sorprendería mucho.
Del de Ana Aprendíz de periodista me acuerdo hasta donde lo compramos para regalartelo, ese y el de Operación Andersen. Ahora sí que pueden resultar un poco ñoños pero eran bonitos y una manera entretenida de conocer profesiones y posibilidades e ideas de qué podías querer ser de mayor. Yo ya en la veintena compre 3 o 4 de segunda (o vigesima, que alguno además es más viejo que yo) mano en la Plaza Nueva.
<3
Es verdad, a mi los de las profesiones me encantaban por eso, en la biblio del cole había muchísimos, y todos eran bonitos.
Tanto hablar de los de Nacida Inocente (Chris)voy a tener que volver a leerlos, pero todavía tengo alguna escena en la cabeza y hombre, un poco truculentos, por no decir bastante, cuando eran para ser leídos por adolescentes, si que eran.
Si quieres el próximo día te llevo el de “Nacida en domingo” para que lo releas, para tí, cosa de una tarde tonta.
Un beso.
De los libros que nombras yo sólo he leído Momo y me gustó mucho. Lo que sí tengo claro es que aunque hay libros de los que una no se quiere desprender, bien por que nos han gustado mucho o porque nos recuerdan algo agradable, cuando han pasado ya muchos años algunos te gustan tanto o más que la primera vez y otros se nos quedan ya “cortos”. Besoooos y seguiremos disfrutando de buenas lecturas, gracias por tus aportaciones al respecto.
Es verdad, es que los libros quedan escritos y nosotros, vamos evolucionando.
Un beso.