Hace años que tenía pendiente de leer este libro publicado por Alfaguara; "Viva la república", de Jan Procházka. Lo compré barato, lo dejé en una estantería y salvo para quitarle el polvo… hasta ahora. Pero por fin le ha llegado el turno de ser leído.
Moravia, a finales de la 2ª Guerra Mundial. Oldrich es un niño demasiado bajito para su edad, por lo que casi todos en lugar de por su nombre le llaman Pequeño. No tiene amigos entre los niños del pequeño pueblo checoslovaco en el que vive (hoy, República Checa), al contrario, son más bien sus enemigos, de los que debe huir o contra los que debe combatir con astucia ya que ellos son más y más fuertes. También tiene un padre con la mano demasiado suelta. Menos mal que es amigo de casi todos los perros del pueblo, hasta de aquellos cuyos amos no son sus amigos precisamente.
En ese ambiente ha crecido Oldrich, que sin saberlo está a punto de vivir un par de días repletos de emocionanes y aventuras. Alemanes y rusos están demasiado cerca del pueblo y luchan a muerte en lo que a la postre serán los últimos días de la guerra.
La novela es juvenil, y no es larga, pero la verdad es que no es para todos los públicos. Me ha dado pena el protagonista todo el rato, leyéndolo una duda si alguna vez ese niño fue feliz más allá de cinco minutos. No es para leer en temporadas sensibles, porque entre la vida del niño en si, y la guerra, la verdad, el retrato del ser humano que hace es bastante cruel y descarnado, y muy poco (por no decir nada) esperanzador.
En fin, el libro es bueno pero no me quedan muchas ganas de recomendarlo, porque ahora mismo me pongo a pensar y no sé muy bien qué tipo de público podría ser el que disfrutase de la lectura. Aunque disfrutar creo que no es la palabra adecuada.
