Hoy vengo a hablaros de "Una casa en Thornwood", una preciosa novela de Anna Romer que he disfrutado mucho leyendo. Me la recomendaron y me dijeron que no leyese la sinopsis de la misma antes de leer la novela completa y, afortunadamente, así lo he hecho porque si llego a haberla leído antes de terminar de leer la última línea de la novela, me hubiera agarrado un rebote de campeonato. Me parece vergonzoso que se cuente tantísimo de una novela en su sinopsis oficial, sobre todo de una novela en la que el componente de misterio e intriga tiene tanto peso en la trama y es tan importante. Sinceramente, me parece de una incompetencia tremenda escribir una sinopsis que destripa prácticamente toda la novela. Y, encima, por si eso fuera poco, pone algunas cosas que no son reales porque, por ejemplo, Samuel Riordan no es acusado de matar a su esposa ya que no está casado, era un hombre soltero. Así que por un lado se inventan cosas en la sinopsis oficial y por otra destripan casi toda la novela, un horror.
Pero como digo, afortunadamente, ya iba avisada y no la leí, así que empecé la novela "virgen" y me alegro muchísimo porque la he disfrutado un montón.
Audrey es una joven que por circunstancias familiares no ha tenido una vida estable en su niñez ni adolescencia. Ahora, todavía sin cumplir los 30 y con una hija de 11 años, lleva una vida tranquila; trabaja como fotógrafa y se ocupa de su hija. Pero su ex pareja y padre de la pequeña Bronwyn, Tony, con quien rompió hace años pero con quien mantiene una relación cordial, se suicida a miles de kilómetros de su casa y con su muerte, cambia la vida de Audrey y su hija.
Aunque su hija hereda un fideicomiso para cuando sea mayor de edad y la actual esposa de Tony el resto de sus bienes, Audrey hereda de su ex una casa en el interior de Australia; la mansión familiar del abuelo materno de Tony. Audrey se sorprende, no sólo porque nunca había oído a Tony hablar de la casa y de casi nada de su niñez, también porque no esperaba ningún tipo de herencia. Y aunque en un principio su idea es vender la casa y con el dinero obtenido llevar una vida un poco más tranquila en la ciudad, cuando conoce la casa siente tal atracción y curiosidad por ella que se atreve a romper con todo y trasladarse con Bronwyn a la casa de Thornwood.
La casa de Thornwood fue la casa del abuelo de Tony, Samuel, un hombre que en las fotografías se ve tremendamente atractivo y que en 1946, recién terminada la 2ªGM fue acusado y finalmente declarado inocente de la muerte de Aylish, su novia (a la que no veía y con la que no tenía comunicación alguna desde que marchó a la guerra), una joven hija de un pastor (de almas) alemán y una mujer aborigen.
Audrey está intrigada por el pasado más cercano, el que tiene que ver con Tony y todo lo que nunca le contó sobre su infancia y adolescencia y también por el pasado más lejano, el que tiene que ver con Samuel y Aylish. Y está empeñada en descubrir todos los secretos y misterios de uno y otro tiempo.
La novela, como digo, me ha encantado. Aunque en algunas cosas se va adivinando qué ocurrirá, en otras no y la intriga espolea a seguir leyendo. Pero no sólo la intriga, la novela incluye muchos pasajes cotidianos muy agradables de leer que son un contrapunto perfecto para la oscuridad y el misterio de otros momentos.
Tengo que destacar la forma de escribir de la autora, que me ha encantado. Sus forma de narrar, sus descripciones que te hacen sentir en otro mundo (que a mi, personalmente, siempre me ha resultado atrayente; Australia), su modo de hacernos comprender a sus personajes y sus sentimientos… La seguiré muy de cerca porque me ha gustado muchísimo.
No puedo hacer otra cosa que recomendar la novela. Merece la pena disfrutarla, de verdad.
Publicada en España por Suma de Letras, consta de 568 páginas y su precio es de 19 euros.
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