Un hombre para un destino, de Vi Keeland y Penelope Ward, es una novela que en principio no me atraía. La portada, la verdad, me pareció muy fea. Y la sinopsis oficial me daba la impresión de que era un tipo de novela romántica que no me interesaría, más bien todo lo contrario. Pero me la recomendaron diciendo que era mucho más de lo que parecía, así que me decidí a leerla. Y me alegro de haberlo hecho porque, efectivamente, es mucho más de lo que aparenta.
De qué va Un hombre para un destino, de Vi Keeland y Penelope Ward
Nueva York. Charlotte Darling solo quiere deshacerse de su vestido de novia, el que no ha llegado a usar. Y está en el que parece el lugar ideal para ello, una tienda de vestidos de novia de segunda mano. No sabe cuánto le darán por ese diseño exclusivo y carísimo que no llegó a utilizar y no puede dejar de preguntarse por la historia de las mujeres que como ella decidieron que lo mejor era deshacerse de sus vestidos de boda.
Un vestido le llama la atención y cuando encuentra una romántica nota azul prendida en su interior, su imaginación se desborda. ¿Por qué ha acabado allí la prenda de una mujer a la que un tal Reed Eastwood dejó semejante nota?
Y todo podría haber quedado ahí. Pero, por curiosidad, en casa, Charlotte teclea el nombre del autor de la nota en Facebook. Y al hacerlo, sin saberlo, abre la puerta a toda una serie de sucesos y cambios que no podía siquiera haber imaginado.
Qué me ha parecido esta novela romántica contemporánea
Lo primero que debo decir es que, verdaderamente, la novela es mucho más de lo que aparenta. Aunque comienza como una historia un tanto frívola y sencilla, el argumento parece bastante básico y la trama se presenta de lo más típica, la sorpresa salta en la página más inesperada. Y vemos que, efectivamente, ni es tan tópica como parecía, ni tan plana, ni tan manida y previsible.
A ver, tampoco es el colmo de la originalidad y la enjundia, entendámonos. Pero es mucho más de lo que parecía.
Me gusta que pese a que no todo es de color rosa en la vida de Charlotte, Un hombre para un destino siempre parece destilar un ligero toque de humor que aligera y refresca. Y se agradece.
Un hombre para un destino es una novela romántica. y me gusta que se perciba la química entre los dos protagonistas. Y que se vea qué va atrayendo al uno del otro. También que los “impedimentos” lógicos de toda novela romántica para no acabar en cinco páginas tengan sentido y no sean una idiotez sin sentido, que por desgracia es algo que empieza a ser común cuando debería ser anecdótico.
Por todo ello y quizá también porque en el fondo y pese a la recomendación no tenía grandes expectativas, esta historia me ha gustado mucho. Ahora me intriga leer algo más de alguna de las dos autoras que la firman: Vi Keeland y Penelope Ward.
