Flores en la tormenta, de Laura Kinsale, es una de las novelas de romance histórico mejor valoradas, mas recomendadas y está considerada una de las joyas del género. Es raro que con esta carta de presentación aún no la hubiera leído pero al fin lo he hecho estos días intentando no dejarme influir y no comenzar con altas expectativas su lectura.
Flores en la tormenta: de qué va.
Christian no lleva el tipo de vida que su madre aprueba aunque para otros es exactamente lo que se espera de un Duque rico, joven, bien parecido y poderoso. Y es que es el amante fijo de una joven noble casada, dilapida una fortuna en la buena vida y por si no fuera poco tiene un interés malsano por las matemáticas y la investigación.
Su familia no tiene pegas a su estilo de vida mientras siga cumpliendo con su papel de proveedor económico de prácticamente todos ellos.
Tampoco aprueba Arquimeda Timms, Maddy, su estilo de vida, salvo en lo referente a las matemáticas. Es una mujer cuáquera, hija del matemático ciego con el que Christian está trabajando. Algo curioso de expresar, porque ralmente los dos hombres trabajan sobre lo mismo en la distancia y es Maddy quien debe transcribir los trabajos del hombre a su padre y viceversa y lleva los resultados que obtiene su progenitor a la casa del Duque y lo de este a su propio hogar.
Todo parece que va a dar un cambio cuando ambos hombres hacen un descubrimiento matemático de gran relevancia y lo presentan en público. Pero realmente es pocas horas después cuando lo hace, en el momento en que Christian es sorprendido por el marido de su amante y retado a un duelo.
Privado de la capacidad del habla y con dificultades para la lectura por una lesión cerebral (probablemente a causas de un ictus en pleno duelo, algo que por aquel entonces aún no se conocía), no consigue expresarse y comunicarse con los demás y esos problemas son tomados por síntomas de locura. Para su madre es la clara consecuencia de su vida depravada. Para su familia una molestia que afecta negativamente a sus finanzas. Y por ello el Duque es ingresado en un manicomio para personas adineradas.
Es allí donde meses después y por sorpresa Maddy se encuentra con él y lo reconoce. No puede soportar la forma en que es tratado y decide que debe mejorar la vida de ese hombre sin saber que él no está loco sino enfermo.
Mi opinión sobre la novela más famosa de Laura Kinsale.
Aunque he tratado de acercarme a Flores en la tormenta sin expectativas, sé que realmente estas han pesado. Y aunque en un principio me estaba gustando la novela, ha llegado un punto en el que no sé si por el libro o por mi misma me he sentido totalmente desconectada de él y ya no he podido volver a engancharme a la lectura del mismo modo. Ya no he sido capaz de sentirme dentro de la historia e interesada por ella.
Se me ha hecho muy lento en ocasiones, y eso es algo extraño para mi porque no me suele molestar que un libro sea lento. He sentido que los personajes no acababan de llegarme. Y, sobre todo, desde un punto de la historia cercano a la mitad del libro, he acabado desesperándome con la protagonista porque he sido incapaz de entender su reticencias y sus cambios, su forma de pensar y actuar. No he entendido sus convicciones religiosas ni cómo las manifiesta. Y me ha resultado de lo más cargante y agotador.
Una pena, sí, porque Flores en la tormenta es una novela de la que siempre he escuchado buenas palabras y opiniones positivas. Pero por una razón u otra, a mi no me ha llegado. Desde luego la pondría muy lejos de las que para mi son grandes novelas del género romántico. Me crea la duda de si ha sido algo circunstancial y hace muchos más años y muchas menos lecturas me habría gustado más, o tampoco. Así que no me anima a leer otras novelas de Laura Kinsale.
No obstante te animo a leerlo y formarte tu propia opinión si te gusta el género romántico histórico y buscas algo más original que las tramas de bailes y debutantes. Al fin y al cabo, parece que a la mayoría de quienes han leído Flores en la tormenta les ha gustado.