Hace unos años, traje de casa de mi abuelo este libro, “Raíces“, del que os quiero hablar hoy. Es una historia que en su día se convirtió en serie de televisión, una serie que tuvo muchísimo éxito en España. Yo he oído hablar de ella pero no la recuerdo porque cuando la emitieron era muy pequeña. De hecho la novela que tengo es una edición de Febrero de 1979, yo aún no había cumplido los tres años, así que imaginaos. Según la edad que tengáis, sabéis muy bien de lo que os hablo o ni siquiera la habréis oído nombrar.
La novela, además, no es una ficción sobre la esclavitud, está basada en la historia real de seis generaciones de la familia del autor, Alex Haley. La familia fue transmitiendo oralmente a cada nueva generación la historia del antepasado que llegó de África, y de los que le siguieron, y el autor ocupó 12 años de su vida investigando cuánto había de real, llegando incluso a la aldea de Gambia en la que nació Kunta Kinte y en la que los griots (hombres dedicados a conservar oralmente la historia del clan) aún mencionaban a la familia Kinte y al hijo que desapareció, Kunta.
Gambia, 1750. En una pequeña aldea a orillas del río Gambia nace un varón al que dan el nombre de Kunta Kinte. Es una aldea de la tribu mandinka y allí Kunta se cría como cualquier otro niño; aprende la historia de sus ancestros, las oraciones de su religión musulmana, cosas prácticas para la vida diaria y también a leer y a escribir. Un día, cuando ya tiene 16 lluvias (16 años) acude con su perro a cortar madera para hacer un tambor, y es robado para ser vendido como esclavo.
Kunta siempre había oído historias de hombres de piel blanca que roban personas para comérselas. El terror que sufre unido al terror de sus compañeros de captura y travesía es terrible. No entiende el idioma ni de sus captores ni de sus compañeros de padecimiento, no sabe qué le espera y sólo puede desear regresar a su aldea con su familia.
Es una historia emotiva que merece mucho la pena leer; a ver, no es de estar con el pañuelo todo el rato, pero es emotiva porque el mero hecho de que unos humanos esclavicen a otros humanos y los traten como una posesión y como animales de trabajo, es emotivo en si mismo, es duro, cruel y más aún sabiendo que no se trata de una ficción si no de cosas reales que sufrieron millones de personas a lo largo del tiempo.
Si no conoces la historia, creo que merece la pena leerla. Es una gran novela, no me extraña nada su éxito.
Yo la vi en televisión (lloré a mas no poder), y además también leí el libro que conservo con gran cariño,pues era de mi madre.
Lástima que después de tantos años y en los tiempos que corren todavía no se haya acabado con el racismo.
Un abrazo y feliz domingo!
Hay cosas que nunca tuvieron sentido y menos en estos tiempos, Carmen, pero espero que las personas seamos realmente humanas y vayamos avanzando.
Besos.
Pues si que recuerdo la serie en sus varias repeticiones a lo largo de los años pues era el libro favorito de mi madre y anda que no lloré leyendo el libro y mirando la serie…
Lágrimas de rabia y de impotencia que pudieron sentir personas en aquel entonces pero que muchos siguen sufriendo hoy… por desgracia.
Un beso,
Palmira
Uff, y según a qué edad, se tiene que hacer más cuesta arriba porque todavía, para bien o para mal, nos falta el callo en el alma.
Besos.