La última novela que he leído ha sido Heridas de amor y de guerra, de Meg Ferrero. Un harlequin que me atrajo sobre todo por su ambientación, en plena Guerra de Crimea, y por el hecho de que sus personajes fueran una enfermera y un soldado de bandos opuestos.
El 21 de Octubre de 1854 Florence Nightingale y un grupo de casi 40 enfermeras que ella misma había formado, parten hacia Crimea, donde se libra una cruenta guerra. Una de estas enfermeras es Anna St. James, una joven inglesa procedente de una familia acomodada. Cuando Anna se negó reiteradamente a casarse con alguno de los hombres propuestos por sus padres, ingresó en un noviciado. Ahora espera poder hacer una buena labor ayudando a los cientos de soldados malheridos, en un lugar a miles de kilómetros de distancia de todo lo que conoce.
Un día, los camilleros turcos dejan a un grupo de hombres en el hospital en el que Anna trabaja. Aunque lleva una capa de soldado británico, balbucea en un idioma desconocido que Anna deduce es ruso. Es, por tanto, un enemigo. Anna sabe que si lo menciona, será fusilado. Pero ella está allí para ayudar a salvar vidas, no para acabar con ellas, y por eso guarda silencio y asigna un lugar retirado al soldado, cerca de los ventanales y rodeado de enfermos muy graves que no le escucharán hablar ni siquiera cuando delire. También se encarga de ser ella la única enfermera que le cuide, a cualquier hora del día, para que nadie más lo descubra.
Cuando Alexey abre los ojos, cree que ha muerto y que un bello ángel le espera a las puertas del cielo. Pero vuelve a caer en el sopor. Con el paso de los días, es capaz de escuchar y discernir a ratos, y se da cuenta de que todos hablan en inglés, por lo que deduce está en territorio enemigo. Pero él habla un inglés perfecto y no dejará que nadie se de cuenta de quién es en realidad. Aunque antes de huir, debe recuperarse del todo con ayuda de esa enfermera que en un primer momento tomó por un ángel.
Heridas de amor y guerra es una novela en la que había puesto unas expectativas altas, y creo que por eso me he sentido algo defraudada al leerla. La novela está bien escrita, se ve que la autora se ha documentado bien, agradezco infinito que se aleje de los escenarios manidos y comunes de la novela romántica de época… pero me falta algo. Me ha pasado con otro par de lecturas este verano, así que a lo mejor es que estoy yo en un punto en que necesito mucho más de una lectura y no es que ésta sea cosa de poco, pero me quedo con la sensación de que todo es correcto, pero que la novela no tiene alma. No puedo poner pega alguna a la narración, a la ambientación… pero no encuentro ése algo especial que te atrapa y te mete en la historia, te hace latir el corazón al ritmo de los protagonistas y te hace sentir como parte de la propia novela. Hay novelas a las que les saco fallos y tienen ese algo especial, sin embargo, a ésta que como digo la encuentro correcta, no he conseguido encontrarle ese alma que me haga disfrutar de la historia y sentirla mía mientras la leía.
Es un harlequin y es corto, por eso tampoco le exijo como una novela larga que pueda desarrollar mejor toda la historia, pero también me quedo con un par de cuestiones que me hubiera gustado ver más desarrolladas. La primera es la diferencia cultural entre Anna y Alexey, más allá de que ambos pertenezcan a bandos enfrentados en una guerra. La segunda, el final en el que agradecería una explicación de cómo se llega allí. No voy a contar más porque sería meter un spoiler del tamaño de una catedral, pero si lo habéis leído creo que entenderéis lo que digo. Hubiera agradecido una narración de cómo cierto personaje llega al final que llega para que me resultara creíble.
Dicho todo ésto, agradezco muchísimo a la autora que haya sido tan valiente y nos traiga una historia romántica de época que se aleje de los arquetipos y lo manido. Sólo por eso, ya merece la pena.
Pues mira que a mi me has dado ganas de leerla! Porque no es tan común la trama principal y si es cortita por lo menos conseguiría terminarla pronto jejeje
Besos y feliz fin de semana,
Palmira
Eso si, Palmira. Además, igual ha sido problema mío al leer.
Besos.