Estamos en plena temporada de bodas. Y como es natural la primera pregunta que nos surge es “¿qué me voy a poner?” Entre otras muchas dudas que nos causa el pensar el atuendo que luciremos (largura, escote, tejido, etc…), está el tema del color, mucho más complicado de lo que parece.
Por un lado podemos optar por uno de los colores de moda de la temporada, pero tenemos que tener claro que eso mismo van a hacer buena parte de las invitadas, con lo cual suele ocurrir que al menos una docena de mujeres lucen trajes del mismo color y, a menudo, de tono idéntico.
Otra opción (posiblemente la mejor) es elegir el color que más le favorece a una. Pero aunque parece muy sencillo no lo es tanto. Si el color que nos favorece no está de moda a menudo sucede que no es fácil encontrarlo, más aún si tenemos en cuenta que además del color hay muchas otras cosas que tener en cuenta a la hora de decidirnos por un vestido.
Y por si eso fuera poco, dos de los colores preferidos para los trajes de fiesta, el blanco y el negro, aparecen prohibidos por el protocolo. Claro que si te atreves a romper contra todas las reglas del mismo, puedes hacerlo a lo grande: llevando un vestido estampado en ambos colores. Y, además, no lo parecerá.
Aquí van tres propuestas con estampados en blanco y negro, con distintos precios y con unos cortes muy actuales, totalmente apropiados para acudir a una boda como invitada. ¿Te atreves?
ELEGANTE Y DISCRETO:
JUVENIL Y ATREVIDO:
FRESCO Y SENCILLO: