Hay tres tipos de lectores de verano: los que leen el mismo tipo de libros que en cualquier otra época del año, los que aprovechan que disponen de más tiempo para leer los libros más voluminosos y densos a los que no se han podido dedicar el resto del año y los que disfrutan más de otras diversiones y prefieren dejar los libros más ligeros y cortitos para éstas fechas.
Si eres de los ultimos lo que necesitas son libros piscineros. Aunque leas en casa o en la playa, si, lo tuyo son los libros piscineros. ¿Quién no los necesita de vez en cuando?
Libros piscineros.
Un libro piscinero es aquel que se le fácilmente, que no hace falta consultar diccionarios porque su léxico sea complicado, que no precisa el tomar notas, que no obliga a tener que releer el capítulo anterior cada vez que quieras pasar al siguiente para poder meterte en la historia, que no enganche tanto que quieras o necesites leerlo del tirón, que te guste lo suficiente como para disfrutarlo pero no tanto como para que te moleste interrumpir la lectura para darte un remojón o por entablar conversación con la persona de la toalla de al lado. Eso, amigos, es un libro piscinero. Y no, no es tan sencillo de encontrar.
Una buena forma de no equivocarte a la hora de elegir un libro piscinero, es releer alguno de tus favoritos porque lo harás con gusto pero sin el ansia de querer saber qué sucederà en el capítulo siguiente. Eso si, si le tienes mucho aprecio, mejor hazte con un segundo ejemplar (de segunda mano o en versión bolsillo) para no llevarte un disgusto enorme si le pierdes fuera de casa y para que no se deteriore con el salitre y la arena en la playa o cualquier imprevisto en la piscina o el campo.
Un buen libro piscinero no tiene por qué ser necesariamente una novela. Un buen libro piscinero puede ser un ensayo no muy sesudo y escrito con algo de sentido del humor. Un buen libro piscinero puede ser un comic de calidad. O un libro de relatos. O Incluso, por qué no, un libro de cocina.
¿Te viene al pensamiento algunos libros piscineros? Cuéntanos para que entre todos podamos tener una lista de la que ehcar mano este verano. ¡Gracias!
Para mí, los libro pisciplayeros son los de toda la vida. Cuando leía, y cuando no leo, siempre he preferido volver a páginas donde recordar sensaciones de otros veranos (o aventuras) lejanos, vividos, soñados o deseados… pero no (geográficamente) imposibles.
Me gusta releer las aventuras de Tom Sawyer, o alguno de los 15 primeros de Vázquez Figueroa, Ana de las Tejas Verdes, chistes del Capitán Trueno… o algún libro de cuentos de autor desconocido (que me sorprenda), o alguno de los casos del sargento Bevilacqua…
Nada sesudo (éso, ya nunca), ni muy largo.
¡Ay, Ana de las Tejas Verdes! Esa si que es una buena lectura de verano, de cada verano.
¡¡BESOS!!!