¿Sois del tipo de lector que una vez empieza un libro lo acaba aunque sea un tostón, aunque le esté horrorizando, aunque le den ganas de tirarlo por la ventana? ¿O sois de los que lo cierra sin miramientos en esos casos y a otra cosa (u otro libro) mariposa?
Libros inacabados.
Durante mucho tiempo me he tragado auténticos bodrios por aquello de llegar hasta el final. Libros infumables, mal escritos y carentes de interés. Y buenos libros para los que no estaba preparada en ese momento. Todo por no dejarlos de lado, por darles la oportunidad, por ver si mejoraban en algún punto o por masoquismo literario, un poco de todo en ocasiones, supongo. Pero de un tiempo a esta parte cada vez tengo menos paciencia. O quizá es que tengo más aprecio por mi tiempo y no quiero emplearlo en leer algo que no me está convenciendo por el motivo que sea.
En las últimas semanas me he encontrado varias veces en la situación de tener que dejar de lado a medio leer algún libro. Uno de ellos ha sido ” Sólo para un caballero”, de Sue Ellen Welfonder, la tercera novela de la serie Highlands. Un horror que no parece escrito por la misma persona de las dos primeras entregas de la serie (“El demonio de Escocia” y “La novia de la bestia“). Un argumento absurdo y unas salidas de olla realmente extrañas. Página a página cada vez me daba más repelús y me parecía más absurdo el devenir de los acontecimientos, y no tuve paciencia para darle más cancha. En otro momento hubiera llegado al final por aquello de ser una serie y, también, por escribir la crítica aquí en el blog. Pero no, esta vez fue superior a mi, y se quedó por el camino.
Otra de las novelas que se han quedado a medias en lo que va de verano ha sido “Trópico de Cáncer“, de Henry Miller. Se me puso a mano y no lo dudé mucho, porque por un lado es un clásico de la literatura del S. XX y por otro, para leer alguna de las muchas fantochadas eróticas que se están publicando en pleno boom de este tipo de literatura, entre las que es tan dificil acertar y dar con el grano dejando a un lado la paja (no busques cinco pies al gato), pues me pareció buena idea leerme la novela de Henry Miller. No sabía mucho de ella salvo que había estado prohibida durante muchos años en EEUU y que la gente aprovechaba sus viajes a Francia para llevársela en la maleta de tapadillo. También sabía que la novela era una mezcla de autobiografía y ficción. Pensé que podía estar bien, pero enseguida me aburrió. El protagonista, sea el propio Henry Miller o no, es un tío desgradable del todo, y la narración me estaba resultando de un pedante extremo. Dejé la novela después de unos pocos capítulos para preparar la cena y ahí se quedó. Durante varios días cada vez que pensaba “voy a leer un rato” me daba una pereza tremenda cogerla, y por no hacerlo aproveché para releer alguna cosa y para ventilarme un par de revistas de esas que regalan en la farmacia. Pero la novela ahí se quedó y al final opté por no alargar más lo inevitable y pasar definitivamente de ella.
En fin, que ahora no me duele en prendas cerrar una novela que no me está gustando y decirla adiós sin más ni más aunque me conozco y me temo que todavía me tragaré enteritos de pe a pa algunos bodrios que otros, pero lo haré por algún motivo determinado. Ya no tengo miedo a dejar libros inacabados.
Y vosotros, ¿habéis dejado a medias algún libro este verano?
pues sí, yo soy de no perder el tiempo, lo tengo muy claro… si me aburro a otra cosa mariposa porque mira que hay libros buenísimos ya publicados que ni siquiera nos dará tiempo en esta nuestra vida a leerlos. Yo ayer decidí dejar de leer El lector de cadáveres porque me estaba aburriendo un montón, la verdad. Sin embargo llevo un verano devorador… La catedral del mar en 3 días… jaja! compulsiva que es una. Ahora voy a ponerme con Palmeras en la nieve que lo tengo en el ebook y a ver… Besitos.
¡Ay, Nieves, ya me contarás que tal que tengo muchas ganas de leerlo! Y ahora que lo van a hacer peli, más.
Besos.
Yo nunca he podido terminar un libro que no me está gustando porque tengo tantos otros que quiero leer que lo veo una pérdida de tiempo. He dejado muchos a medias pero ahora mismo no sabría decirte el título de ninguno.
Ya te contaré… a ver! bueno a ver si me gusta para acabarlo jeje! bss
Pues ahora justo tengo uno que no sé si dejarlo o no, porque no me está convenciendo pero tiene tan buenas críticas que a lo mejor luego me termina sorprendiendo, no lo sé. De momento voy a darle una oportunidad.
Si es que soy de un masoca…
Jajaja, eso, eso lo primero. 😉
Marhya comparto contigo que antes era más capaz, o tenía más paciencia de leer libros que no me convencían del todo, pero no sé si es debido a la edad que ahora valoro más en qué uso el tiempo y cuando cojo un libro si veo que me atrapa sigo y sino los dejo “dormir” o sencillamente digo: esto no es para mí y los descarto completamente, aún reconociendo que los hay más amenos y otros no tanto, pero que están bien escritos o cuentan cosas que me interesan, ultimamente oscilo entre la novela y algunos de divulgación sobre temas que me interesan. Besos guapina.
Bueno, yo por hablar, el primero en la frente… pero porque confiaba en que fuera una engañifa y el final sorprendiese.
Besos.
Antes me daba remordimientos no terminar un libro empezado, pero con los años he comprendido que es imposible leer ciertas cosas, salvo porque te hayas comprometido de alguna manera para hacerlo (contigo misma o con otros). No tengo paciencia con los libros que me parecen malos o simplones. Hay tanto que leer que no tengo intención de perder el tiempo con cosas mal escritas.
1beso.
Pues yo después de escribir esto, María, ya caí con otroo, jajaja, pero realmente esperaba que mejorara al final.
Besos.
Ainsss, lo siento. Ahora ya toca encontrar uno interesante, ¿no? Uno sí, uno no, es más equilibrado.
¡Eso espero!
Si no me gusta lo dejo, pero siempre después lo agarro, tengo un estante de libros inacabados en mi biblioteca, y les doy una segunda.. o tercera… o cuarta oportunidad y acabo leyéndolos, pues más de una vez me sorprendieron luego, un claro ejemplo fue El país de las sombras largas,Hans Ruesch, o Ensayo sobre la ceguera, de Saramago, estuvieron años en el dichoso estante y acabaron gustandome mucho.
Es verdad que algunos no nos gustan por el momento. Otros son nefastos, y ni que les demos mil oportunidades… ¡Que le vamos a hacer!