Los niños desaparecidos, de Patricia Gibney, es el primer libro de la serie Lottie Parker de novelas de intriga policiaca. Tiene muy buena fama, así que me animé a leer esta historia. Está bien pero no sé si es casualidad o es así toda la serie, he “adivinado” varias soluciones y respuestas que luego han sido así. Un poco más de sorpresa, menos previsibilidad, me hubiera gustado más.
Harry Wolf, de Laura San, es una novela romántica que me ha gustado mucho. Me ha encantado el argumento, el desarrollo, cómo te permite sumergirte en cada escena e incluso el final más allá del happy end romántico. También que no haya una trama secundaria clara y no la eche en falta en ningún momento.
Vuela lejos, de Kristin Hannah, es la continuación de la exitosa novela de la autora, El baile de las luciérnagas. Leí esa primera novela en un momento difícil y cuando vi la segunda parte supe que también la leería, pero cuando llegase el momento.
La habitación de invitados, de Dreda Say Mitchell, es una novela de intriga de las que no dejan indiferente. Es un tanto difícil de definir o etiquetar, una mezcla entre intriga psicológica y suspense con toques de terror que no se sabe muy bien en qué va a derivar. No solo por la trama sino por si va a tener un final lógico con respuestas claras o se va a acabar saliendo por la tangente con soluciones de conveniencia sacada de la manga porque sí.
Una familia no tan feliz, de Shari Lapena es, como las anteriores novelas de esta autora de best sellers, una historia de intriga donde se van revelando pistas, mentiras, verdades y secretos a un ritmo inesperado provocando giros de la trama continuos y una intriga creciente que te hace devorar página tras páginas ávida por saber más.
En la casa del guarda, de Julie Klassen, es una novela entretenida ambientada en la Inglaterra de principios del S. XIX. Ya he leído un buen número de novelas de Julie Klassen que me han gustado, como La costa de los naufragios o La hija del pintor, así que cogí con ganas esta que tenía pendiente. Y me ha gustado mucho, he disfrutado con su lectura sencilla.
Quizá te sorprenda ver que hoy en el blog la entrada sea sobre Jane Eyre, la novela de Charlotte Brontë. No vengo a hacer un comentario de texto, solo a dar una breve opinión sobre una lectura que tenía pendiente hace más de 30 años y que por fin este verano he disfrutado. Sí, disfrutado.
Una noche en la isla, de Josie Silver, es una novela romántica que aunque tiene un punto de partida ya visto, se sale de lo habitual. Es entretenida y en general me ha gustado, pero al concluir su lectura tengo alguna pega que no me deja calificarla tan bien como creí que lo haría tras leer sus tres primeras cuartas partes.
Solo una mirada, de Harlan Coben, es una novela de intriga impactante e implacable que me ha gustado mucho leer. He disfrutado con sus giros y sus sorpresas de principio a fin. No había leído hasta esta ocasión nada de este autor pero creo que no será la última novela suya que lea.
Su último día es la quinta novela de Shari Lapena que leo. Me encanta esa intriga que va creciendo, esas situaciones aparentemente sencillas o familiares en las que surge la duda sobre la maldad o bondad de alguien y cómo va creciendo la desconfianza y el miedo mientras tratan de averiguar la verdad.
Amanecer en la bahía, de Robyn Carr ha sido una lectura diferente a lo esperado, pero bonita y agradable. Tenía la idea de que por ser de esta autora y publicada por HQN sería una novela romántica, pero nada más lejos de la realidad. Es una historia de relaciones familiares y de superación personal de dos hermanas en momentos difíciles de sus vidas.
Todos nuestros veranos, de Carley Fortune, ha sido una lectura muy entretenida. No había mirado apenas nada sobre ella antes de comenzarla, solo un breve vistazo a la sinopsis y que tenía buena valoración a nivel de estrellas. Y me he encontrado con una novela romántica young adult que es más que eso. Es una historia que he disfrutado leyendo, casi del tirón.