Series: Knight #06
Después de leer la sexta novela de la serie de Gaelen Foley sobre los hermanos Knight, me reconcilio en parte con la misma, y es que después del fraude de la anterior entrega de la saga (aquí), “Pecados inconfesables” vuelve por la buena senda, aunque sin lograr la altura de las primeras novelas de la serie.
Londres, 1817. Alec Knight, el libertino incorregible, adicto al juego y a las mujeres, encantador y vividor, está más solo y perdido que nunca. En las anteriores novelas de la serie le hemos visto ir cayendo hasta tocar suelo, y ahora, al comienzo de ésta, está en un pozo oscuro y del que no sabe cómo salir y, peor aún, no sabe si merece hacerlo. Alejado de la familia, con problemas de dinero y desencantado de la vida, no sabe ya quién es ni cómo ha llegado hasta ahí, no sabe cómo seguir adelante y sólo parece tener clara la certeza de que no le gusta la clase de persona en la que se ha convertido.
Una noche de juerga, Alec y sus libertinos amigos se encaminan a la mansión de uno de ellos para terminar la fiesta con una diversión más privada. En el porche de entrada de la casa se topan con una jovencita durmiendo, a la que en principio toman por una de las prostitutas que están esperando. Pero la realidad es muy distinta, y esa joven inocente que está en un grave peligro puede ser la persona que ayude a Alec a encontrar la luz que necesita en la vida.
Lo que más me ha gustado de la novela es conocer cómo afectó a Alec la traición de Georgiana (su madre) y cuáles fueron los motivos por los que el menor de los hermanos varones llegó a convertirse en un libertino de semejante calibre. Sólo así somos capaces de entender al personaje y de seguirle con empatía en la búsqueda de si mismo y de algo más en la vida.
No es una clásica historia de libertino redimido por obra de una damisela aunque si es la historia de un libertino redimido por una damisela.
La novela tiene 324 páginas, está publicada por Debolsillo y cuesta 8,95 euros.
