La ortiga blanca (Lamium album) y la ortiga muerta son plantas que aparecen frecuentemente al borde de caminos, en bosques o taludes. No debe confundirse con la ortiga común, ya que ni siquiera pertenecen a la misma familia, aunque si es frecuente que compartan emplazamiento. Estas dos variedades que hoy englobo en un solo grupo, se encuentra en casi toda Europa, y es bastante frecuente en el Norte de la Península Ibérica.
Investigando, descubro que en algunas zonas de Alemania, de Francia y de Suecia es apreciada como verdura silvestre. Tenemos un vergel gastronómico en nuestros campos del que no somos conscientes. Al parecer sus brotes y hojas tiernas pueden consumirse en sopa o cocidos y tratados como una verdura más. Pero además, las raíces hervidas se pueden emplear en la preparación de ensaladas.
Sin duda, una especie más que buscar en las excursiones campestres. ¡Cuántas cosas me quedan por probar!
Y tú, ¿las has probado alguna vez? ¿Conoces alguna receta con ellas?
No lo conocía de nada ni sabía que podían ser comestibles…La ortiga muerta me ha recordado a una planta que huele muy bien parecido a la hierbabuena. No es esa ¿verdad?
Uy, no me suena de nada eso, Lola, pero tampoco me suena otra planta que pueda ser. Ni idea, la verdad, lo siento.
Un beso.
A mi padre le encanta ir por el monte y sabe mucho de setas, hierbas, “ensaladas” silvestres. La ortiga la hemos comido alguna vez, en caldo o como más me gustaba, como espinacas en tortilla.
Lo que pasa es que yo no me atrevo a recoger cosas en el campo porque siempre me da miedo intoxicarme… Eso sí, cuando lo trae mi padre nos lo comemos todo…
¡Menuda confianza!
Un beso y feliz fin de semana,
Palmira
Palmira, desde luego tú no ppuedes decir eso de “no me fío ni de mi padre”, jajaja. Eso es bueno.
Pero estas no son las ortigas comunes, esas las dejo para otro día. 😉
Un besote, guapa.
Hola Marhya, la verdad es que no las conocía, he estado mirando en mis libros pero no he encontrado ninguna receta con ortigas, ni blancas ni muertas. Habrá que buscarlas por el campo y luego ya pensaremos que hacer con ellas.
Un besote
Jo, me parecen las tres iguales… Es complicado esto de las plantas silvestres. habrá que ir con el padre de Palmira, para que nos enseñe a distinguirlas.
Besotes!!!
Con ortigas comunes es más fácil encontrar recetas, parece que en Armenia las aprecian mucho y yo he visto en viejos integrales de mi padre más de una receta con ellas. Espero poder escribir más de ello en un futuro, con receta, fotos y crítica al canto, jajaja.
Un beso.
¡Ya te digo! jajaja, jo, es que en algunos las diferencias son muy pequeñas, intentaré buscar algún libro de identificación que sea bastante claro, pero ahora mismo de plantas silvestres de este tipo no conozco ninguno bueno.
Un beso.
[…] muchísimo ( y muchísimo, en este caso, es más de un año) que no escribía ninguna entrada de gastrobotánica. Hoy vuelvo a hacerlo […]