Seguro que ya conocéis el dicho ese de “si la vida te da limones, haz limonada” y aquel otro que reza “no hay mal que por bien no venga”. Ambos le van muy bien a la entrada de hoy, al postre de hoy. Todo parte de un casi desastre, al que también se le podría aplicar otro conocido dicho popular, ese que asegura que el día que tienes invitados, se te rompen los huevos. A mi, por las prisas, lo que se me rompió al desmoldar fue un bizcocho de chocolate. Debería haberlo dejado al menos una hora más antes de ponerme a la tarea, pero a veces una peca de impaciente, y claro, no estaba lo suficientemente frío y se me rompió. Ahí también podemos acordarnos de otro dicho clásico: vísteme despacio, que tengo prisa. En ese momento, no lo puedo negar, solté un juramento (ahí donde me leéis, una es muy tranquila pero también muy de jurar, sobre todo en determinadas ocasiones, podéis probar ahacerlo alguna vez si no tenéis costumbre; se libera mucha energía y con una simple frase bien o mal dicha, según quién nos pueda llegar a oír, se queda una como nueva, se ahorra un mal rato y el hígado y la estabilidad emocional lo agradecen que no veas).
En ese punto sólo quedaba llevarme un berrinche o buscar un plan B, y yo una vez soltado el juramento de turno no soy de llevarme berrinches así a lo tonto, eso lo dejo sólo para las cosas trascendentales y realmente jodidas de la vida, así que rápidamente me puse a pensar en una alternativa. Y como la combinación chocolate-naranja me encanta y todavía tenía una naranja en casa (la última de la temporada, creo que ya se acabó lo que se daba hasta la próxima), tiré por algo que ya tengo probado y comprobado que me sale bien y que gusta: prepararla en almíbar para montar unos vasitos a los que para dar un poco más de color añadí al final unas virutas de chocolate blanco (apuntaros otro dicho popular, que hoy los regalo: el que guarda, halla). Y el resultado fue riquísimo, un éxito, vamos, que lo voy a volver a preparar aunque tenga que romper el bizcocho queriendo.
Ingredientes:
Para el bizcocho de chocolate negro:
un vasito (125ml) de yogur
un vasito de aceite de semillas
dos vasitos de azúcar blanquilla
tres vasitos de harina
3 y ½ Cd de cacao puro en polvo
3 huevos grandes
un sobre de levadura química (levadura de repostería)
Para la naranja en almíbar:
una naranja grande sin tratar
el zumo de media naranja
2Cd licor de naranja
100gm de azúcar
Para decorar:
2Cd virutas de chocolate blanco
Preparación:
Poner todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora. Colocar en la panificadora y seleccionar el programa “bizcocho”. Dejar cocinar hasta que pite.
Si no tienes panificadora, bate todos los ingredientes y viértelos en un molde de silicona en forma de cake (o de metal, previamente encamisado). Hornéalo a 175ºC durante unos 45 minutos.
Mientras, cortar la naranja bien limpia en ruedas gruesas y ponerla en un cazo cubierta con el azúcar, el zumo de naranja, el licor de naranja y una taza de agua del tiempo. Cocinar todo en un hervor suave unos 35 minutos o hasta que la naranja aparezca brillante y el líquido tenga textura de almíbar ligero. Retirar entonces del fuego.
Desmigar ¾ partes del bizcocho a temperatura ambiente y repartir en 8 vasos tipo sidra o tipo chato.
Cortar en daditos 4 ruedas de naranja y repartirlas sobre el bizcocho. Espolvorear con las virutas de chocolate.
Servir con el almíbar en una salsera para que quien quiera, pueda bañar su postre con ello.
Ja, ja, qué apañada que eres. Ni se me hubiera ocurrido la combinación. 1beso.
¡Que remedio! Jejeje.
Besos.
jajaja ya te imagino jurando en la cocina antes de que se pongan en marchas las ruedecitas en tu cabeza en modo plan B! Pues si que te ha salido bien el fallo, además que la presentación en vasitos luce mucho y chocolate/naranja, imposible equivocarse :o)
Pues apuntada queda la idea, yo estoy pensando en el bizcocho para el santo de POlyanna (mañana) y tengo alguna probabilidad que se me rompa pero bueno…
Por cierto, me han encantado todos los dichos juntados , si con ellos lo podemos solucionar todo!!!
BEsos guapa,
palmira
jajaja, es que lo dichos son muy apañados. Espero que te salga bien pero siempre puedes desmigarlo a propósito 😉
¡Un beso, guapa!
Hay que saber sacar provecho incluso de los desastres, y a ti no se te da nada mal, un postre estupendo que si no cuentas nada lo pones como invencion, por cierto se ve delicioso.
besos
Gracias, guapa. Hay que aprovechar todo, tirar comida es algo que no me gusta nada hacer, bueno, ya sbes que también tengo muchos paltos hechos con sobras del día anterior, y es que al final es sólo pensar un poco y enseguida sacamos un plato rico.
Un besote!
¡¡¡Qué inventiva!!! Yo soy de las que maldigo, me tiro de los pelos y no arreglo el entuerto. Tendré en cuenta tooooodos los refranes que nombras para reaccionar de otra forma la próxima vez que me ocurra un desastre culinario.
Pues has salido muy bien del paso, porque has dicho que venia de un desastre pero si no cuela totalmente como idea inicial.
Además es que el chocolate y naranja siempre queda bien.
Besines
Jajaja, es que mi abuela es muy refranera, pero eso es para escribírselo en un papel y tenerlo siempre a mano en un cajó o con un imán en la nevera, jajaja, para no dejarse llevar por el mal rato de tantas cosas que nos van pasando en el día a día.
Besos.
En estos casos es mejor decir la verdad, a los comensales a toro pasado, que si no siempre hay quien pone mala cara antes de probarlo, y cuando lo cuentas a posteriori, cuando ya te han dicho lo buena que está y ha volado, risas.
Lo he querido incluir en el blog porque quien empieza en la cocina muchas veces se atasca si algo sale mal, a todos nos sale algo mál (me acuerdo de otro refrán, jejeje; el que no friega, no rompe platos)y lo importante es aprovecharlo aunque sea con un plan B, que muchas veces es mejor que el plan original. Y la próxima vez, ya saldrá. Y esto sirve para la cocina y para la vida en general. 😉
¡Un beso!
[…] Para hacer la naranja he seguido los mismos pasos que para el duo de chocolate y naranja. […]