Hace unos cuantos años que tenía pendiente de leer “Cielos de azafrán“, de Lesley Lokko. Entre las cuestiones por las que lo había ido dejando estaba la sinopsis y la frase destacada de la portada, según la cuál el argumento de la novela gira en torno a dos hermanas enamoradas del mismo hombre. ¡Mentira! ¡Mentira podrida! Quien ha escrito semejantes cosas o no ha leído la novela y tiene delito o la ha leído, le ha parecido más comercial inventarse eso y es un timador. Una de dos.
Me ha gustado muchísimo esta novela y la hubiera leído mucho antes si me hubieran contado de qué va de otra manera. Una manera real, no algo inventado. Podían haberme dicho que habla de dos hermanastras que viven a miles de kilómetros de distancia y son tan diferentes como el día y la noche. Y sería verdad. O haber escrito que cuenta la historia de tres amigas desde la preadolescencia y a lo largo de más de tres décadas, y también sería verdad. O que está protagonizada por una chica hija de un millonario, perteneciente a una familia disfuncional, y el mundo que la rodea. Y también sería cierto.
1972, Londres. Amber Sall tiene 10 años y es hija del multimillonario hecho a si mismo, Max Sall. Vive con su madre, Angela, una mujer alcohólica de alta cuna y su hermano mayor, Kieran. Durante la semana, cuando no está de viaje de negocios, también vive con ellos Max, pero los fines de semana y buena parte de las vacaciones, Max vive con su otra familia; su amante, Francesca, y la hija de ambos, Paola, algo menor que Amber.
Francesca y Angela no se soportan, como es lógico; la primera tiene celos de que Max no abandone a su mujer y se case con ella; la segunda sigue amando a Max y no ha levantado cabeza desde que sabe que no es la única. A los hermanastros, Amber, Kieran y Paola, quienes sólo se ven en contadas ocasiones, no puede decirse que les una un amor fraternal.
Amber tiene una amiga desde la infancia, Beckie, vecina y compañera de clase, que es para ella como una hermana pese a lo diferentes que son. Durante la adolescencia se les unirá Madeleine, una chica de clase social inferior, exiliada política húngara.
Durante más de 30 años asistimos a las vidas de este grupo de personas, Amber a la cabeza, el punto de unión de todas ellas. Leemos sobre sus mejores y peores momentos, sus alegrías, sus tristezas, su lucha por ser felices. Sus tiras y aflojas. Desde Europa a África, a lo largo del tiempo, conocemos sus relaciones, sus ilusiones y sus temores.
Me ha gustado mucho la novela, mucho. Lo he disfrutado aunque el final (y son casi 700 páginas) me ha resultado un poco precipitado, creo que unas cuantas páginas más para terminar de cerrar algunas cuestiones le habrían venido de perlas, pero supongo que eran ya demasiadas. Pese a ello, me ha resultado una lectura más que agradable y sólo me da pena no haberla leído antes.
Los personajes, las situaciones, en muchas ocasiones (casi siempre) están fuera de mi mundo, pero no por ello me ha resultado difícil empatizar con ellos, al contrario. Me ha dejado asomarme a otros mundos, y eso siempre es un plus.
Si aún no conocéis la novela y podéis leerla, os animo a hacerlo. Y espero que la disfrutéis tanto como yo. Ahora está descatalogada pero en España se publicó en varias ediciones, entre ellas en El Andén y en Círculo de Lectores, así que creo que no será complicado encontrarla en bibliotecas públicas o de segunda mano.
Me encanta el título, apuntado queda! gracias wapa! besitos
Ya ne contarás si lo lees.
Besos.
Me gustan mucho estas novelas donde puedes seguir las vidas de varios personajes sobre un largo periodo de tiempo.Y con la suma de los protagonistas me imagino que pueden surgir muuuchas cosas interesantes.
Gracias por compartir!
Besos,
Palmira
Muchas, Palmira. Si tienes oportunidad, creo que te puede gustar.
Besos.
Pues no conocía el libro, pero la verdad es que tiene buena pinta, así que me lo apunto. Gracias!! 🙂
Ya nos contarás si lo lees.
Feliz día.