Hoy no traigo una receta, hoy quiero contaros por qué me encanta mi panificadora. Estamos cerca de Navidad y sé que muchos se plantean en ésta época del año más que en otras el comprar algunos aparatos de cocina, así que por si alguien está dudando si comprarse una panificadora quizá mis palabras le sirvan para aclarar un poco las cosas y saber si le interesa o no.
No voy a hablar de marcas porque hay muchas y en realidad son muy parecidas, incluso las más económicas. Yo tengo dos; una es de la marca del Lidl que me compré yo y otra del Aldi que me regalaron, y ambas me parecen estupendas y una opción perfecta sin tener que gastar mucho dinero, lo único es que no las tienen siempre en catálogo y sólo las ponen a la venta en determinadas ocasiones al año.
Una de las razones por las que compré mi primera panificadora es porque en el pueblo en el que vivo no hay panadería. Es un pueblo pequeño, sin tiendas, y aunque a diario (domingo incluido) viene un panadero vendiendo pan, no me gusta nada cómo lo hace y para comer pan malo, prefiero tomarme el trabajo de hacerlo yo. La panficadora hace que ese trabajo sea mínimo; sólo poner los ingredientes en una cubeta, programar y listo. Sea con levadura de panadería, con levadura deshidratada o con masa madre. Quizá éste sea un caso particular que no tenga nada que ver contigo, pero para mi fue la principal razón que me empujó a comprarla, antes de saber cuánto partido podría sacarla y cuánto la apreciaría.
Una panificadora en casa te permite poder disfrutar de panes especiales que no podrías disponer en una tienda, a un precio muchísimo más bajo que si tuvieras que comprarlo en una panadería gourmet, y para tenerlo a punto a la hora que quieras, porque hasta se puede programar. Eso para mi es muy valorable; poder hacer panes de semillas, de chocolate, de frutas secas, etc… a mi gusto y antojo y sin tener que liarme a amasar, me parece un lujazo.
Sé que a muchas personas lo que les echa atrás de una panificadora es la forma del pan. Bien, ahora hay panificadoras (un poco más caras que las básicas, claro) que tienen moldes en forma de barra o de baguete. Pero también puedes dejar que la panificadora amase la masa y luego tú darle formea y hornearla en el horno, y así tener barras, panecillos… En fin, con la forma que te apetezca pero ahorrándote un buen trabajo.
Pero además de panes hay otras cosas que salen de maravilla en la panificadora; la masa de pasta fresca (aunque esto no lo uso mucho y debería usarlo más), la mermelada que queda de maravilla sin tener que estar dándole vueltas y midiendo temperaturas, el dulce de membrillo (lo mismito que la mermelada) y hasta los bizcochos. Estos últimos además me gusta que pueden hacerse en verano sin meter en casa tanto calor como si se hicieran en el horno y también gastando menos electricidad, ya que hay que calentar un espacio más pequeño, justo del tamaño de la cubeta y por tanto del bizcocho.
Por todas estas cosas me encanta mi panificadora y la utilizo casi a diario. Espero que te sirva para sopesar si te interesa y si tú también la usarías mucho o, por el contrario, sería un trasto ocupando espacio en tu cocina nada más.
Si ya tienes panificadora, ¿la usas mucho? ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de ella?
Yo no tengo panificadora, aunque me tienta mucho comprarme la del lidl, de heho ya leyéndote me acabas de terminar de convencer. En cuanto la vea otra vez me tiraré a por ella, ya te contaré. Besitos
Es uno de los pocos “trastos de cocina” que no tengo en casa, más que nada porqué siempre he tenido cocinas muy pequeñas y no me cabe de ninguna manera. Y tengo una amasadora que me ahorra mucho trabajo a la hora de amasar claro…
Pero me gusta mucho el partido que le sacáis quienes la tenéis en uso, especialmente los bizcochos en verano y me da que para tener pan calentito al levantarte tiene que ser genial!
Besos y feliz miércoles,
Palmira
Nieves, yo creo que le vas a sacar mucho partido.
Besos.
Si, Palmira, si lo dejas a la noche con levadura de panadería normal o deshidratada, y programado, puedes tenerlo recién hecho justo para el desayuno y sobre todo en invierno que paetece más calentito, no veas lo que se agradece.
Besos.
Holaaa, a mi también me encanta mi panificadora. Yo la tengo en la aldea porque al igual que tu no tenemos panadería y hay que bajar a Ezcaray y tenemos doce kilómetros, así que bajamos cuendo hay que hacer compra. Me permite amasar los panes y luego formarlos y cocerlos en el horno. También si quiero tipo de molde lo dejo ahí y me despreocupo. Y lo mejor para mi es que les puedo echar los ingredientes que quiera, experimentando así nuevos sabores. Para mi en la aldea es una gran alíada.
Un besoooo
¿Verdad? Es que es de lo mas práctica, y como dices, los ingredientes que quieras y eso da muchísimo juego.
¡¡Besos, guapa!!