Para Hoy (3-4-2009)
Afuera de mi ventana… un cielo azul intenso.
Estoy pensando… en la idea tan extraña que tienen algunas personas de la vida rural, como sacadas de una película de Paco Martinez Soria, y en lo que me cansa tener que responder algunas preguntas absurdas sobre el día a día, como cuando me han interrogado sobre con cuántas personas hablo al día (como si llevara la cuenta cada vez o como si la cantidad de personas con las que hablas fuese más importante que el valor de una buena conversación de a dos).
De los lugares donde aprendemos… Me gusta observar a los animales que me rodean, son una sorpresa siempre y a menudo aprendes muchas cosas haciéndolo.
Me siento agradecida por… cada nuevo día.
Desde la cocina… el olor a café recién hecho. Confieso que aunque su olor me encanta no soporto su sabor, algo que no me ocurre con ninguna otra comida.
Que traigo puesto… pantalón deportivo turquesa, calcetines de deporte, camiseta blanca de manga larga, chaqueta de lana azul marino.
Estoy leyendo… terminé ayer “Al límite”, de Pamela Clare. Lo disfruté un montón. Voy a comenzar de la misma autora “Evidencia”. Ojalá esté igual de bien.
Lo que espero… que esta primavera la alergia no sea tan fuerte como parece, comienzan a aparecer síntomas y con lo que ha llovido todo el otoño e invierno, miedo me da.
Estoy creando… quedan unos días para el cumpleaños de mi marido, quiero hacer algo especial.
Estoy escuchando… las campanas de la iglesia dando la hora.
Por toda la casa… el olor a café. Luz a raudales.
Una de mis cosas favoritas… Leer y leer. Hoy estoy contenta porque la novela que terminé ayer me dejó buen sabor de boca.
Algunos planes para el fin de la semana… plantar unas lechugas desde el semillero, preparar una barbacoa si hace buen tiempo.
Aquí está una foto que pensé compartirles: a pesar del color tan extraño es un semillero de lechugas, son de la variedad hoja de roble y acaban teniendo un color entre verde y morado.
Seguro que la gente que te hace esas preguntas en el fondo siente envidia por el entorno dónde vives tu………….No me cabe la menor duda.
Hay que saber valorar las pequeñas cosas de la vida que están a nuestro alcance, una sonrisa, un paseo, una puesta de sol , la visita de un gran amigo, el abrazo diario de la persona querida,etc……enfin los detalles mas insignificantes que son los que realmente poseen la cualidad de acercarnos un poquito a eso que llaman felicidad………….
Esa es mi opinión, y pienso que tu la compartes, verdad ?……….
Besinos mil .
comparto contigo esa ‘rareza’ de adorar el olor del café recién hecho y no soportar su sabor… (excepto en las galletas que mojo en él para hacer un pastel)…
¡Bueno, Noah, es todo un consuelo! JEJE, ya no soy la única rara, menos mal.
Besitos, guapísima.
Bego, muchas gracias por tus palabras. Desde luego que comparto tu opinión. También creo que hay gente que tiene miedo de estar sola, o del silencio, de tener que enfrentarse con sus propios pensamientos o tener relaciones de verdad en lugar de muchas conversaciones “de ascensor” al cabo del día y que por ello les cuesta entender que otras personas disfrutemos y seamos felices de esta manera.
como bien dices, la vida son pequeños detalles y la felicidad no es algo detrás de lo que se va si no una sensación que aparece algunas veces. Para mi la felicidad es cuestión de momentos, y cuantos más momentos felices disfrutemos al cabo del día, mejor nos sentimos.
Muchos besos, disfruta del fin de semana.
A veces mil instantes de conversaciones con tantos, no equivalen a una conversación de ados como bien dices, esas conversaciones que se nos quedan en el alma mucho tiempo.
También estoy de buen humor si leo un buen libro, o si es bueno el que estoy leyendo.
Beso
pd, me encantan las lechugas moradas y crespas.
Gracias, Cris, por opinar. Disfruta del fin de semana. Muchos besos.
La vida se puede ver de muchas formas y cada uno tenemos nuestra propia idea del mundo siempre subjetiva. Cuando le pregunto a Marhya por cuantas pesonas habla al dia es porque donde se encuentra es algo que se puede contar, es como si me preguntan cuantas estrellas fugaces he visto, o como cuando hablamos de la clausura monacal.
Alguien en los comentarios dice que puede que todo esto sea fruto de miedos personales, yo mas bien creo que es cuestion de filosofia y de curiosidad. Filosofia porque creo que el hombre por naturaleza es una animal social y que interacciona cada dia mas para formar una conciencia distribuida; y curiosidad porque me realmente me llama la atencion la forma de Marhya de conectarse con esa conciencia, ha eliminado muchas de las relaciones cotidianas y personales para potenciar los nexos online, en ningun momento ha dejado de lado el mundo solo simplemente ya no le da la cara.
El disfrute de los pequeños detalles es algo que le da la vida su sabor su felicidad. Me despierto para ir a trabajar y me monto en la bici disfrutando de la mañana, del aire, del deporte, de la consciencia de estar vivo y aun cuando vuelvo a casa cansado y tengo una de esas conversaciones estupidas de ascensor al terminarla me parece algo maravilloso simplemente si he sido capaz de observarla desde fuera, de ver esa interaccion, de ver la humanidad de la gente.
Lamento que te cansen esas preguntas que tanto te hacemos, pero es mera curiosidad no hay maldad en ellas, solo deseo de conocer.
JAJA, Fer, te has dado por aludido de lleno y no eres el único que pregunta estas cosas, quizá eres el que lo hace de un modo más cariñoso porque me conoces de siempre, de toda la vida, desde que naciste. ¿Con cuántas personas hablo en un día? Incluso en un sitio como este no es algo que se pueda contar, porque yo salgo a dar mi paseo diario, por ejemplo, y cuando vuelvo a casa no pienso en si me he encontrado con 1 vecino, o 2, o 5… Y si voy a comprar algo o a la biblioteca, si me encuentro con alguien tampoco lo cuento. como no cuento cuando viene alguien a visitarnos o si voy a visitar a alguien. Unos días hablo con mucha gente y otras sólo con quien vive conmigo. Simplemente hablo con quien me parece y no lo cuantifico. De todos modos creo que hay una cosa en la que te equivocas y es que no desatiendo las relaciones personales para potenciar las relaciones on line, unas son un añadido de las otras, nada es excluyente. No dejo de relacionarme con quien tengo al lado para hablar a través de éste y otros blogs, o en alguno de los foros que frecuento. ¿Y dar la cara al mundo o no darla, qué significa? No escondo la cabeza debajo del ala, simplemente vivo mi vida como mejor me parece y comprendo que hay a quien no lo entienda ni lo comparta, yo soy feliz y no hago daño a nadie. ¿No siempre he sido así? Por supuesto, con 19 años salía de fiesta como la que más, tengo 32 y he optado por otros caminos, he evolucionado y he ido eligiendo el estilo de vida que me ha apetecido. Ya entiendo que en estos tiempos suene raro, yo no cuestiono otros estilos de vida, que se cuestione el mío pues oye, vale, cada uno puede cuestionar lo que le parezca. Yo seguiré viviendo como mejor me parece siempre que nadie salga perjudicado por ello.
De todos modos, Fer, mira que sólo me hayas escrito por una frase después de casi dos años de llevar este blog , te ha debido calar hondo, jeje.
Besitos.
Ojeando un poquito el blog en busca de mi siguiente lectura, me he encontrado con estos comentarios. De casualidad “la magía de un día cualquiera” el libro que acabo de terminar refleja lo bonito que puede ser vivir en el campo rodeada de la naturaleza, apreciando un amanecer, el canto de los pájaros, el campo en este tiempo está especialmente bonito, el ultimo rayo de sol de la tarde, en fin detalles simples que pueden llenar la vida de chispas de felicicidad compartidas con tu compañero de “batallas”.
Mira Marhia yo nací en una gran ciudad en Sevilla, era totalmente urbana, me encantaba ir de tiendas, moverme entre el bullicio de las calles del centro. Cuando me casé me vine a vivir a un pueblo de Málaga, al igual que Olivia la protagonista del libro yo me sentía encerrada, añoraba continuamente mi tierra y mi familia, hasta una lechuga me parecía distinta a las de allí, no conocía a nadie y me moría por una buena conversación, yo no vivo exactamente en el campo pero si en unas adosadas cerca de la montaña, donde hay mucho entorno natural, no tenemos tiendas cerca, para todo tenemos que desplazarnos en coche, pero hoy tengo mi vida hecha aquí ya no me vuelvo para allá ni aunque pudiera, porque aunque me da alegria ir para mi tierra natal me da la misma el volver. Y para mi la vida es eso apreciar los detalles pequeños y sonreirle a la vida rodeada de los mios. Y leer que era una afición mia y la recuperé gracias a tí, ya te conté que me daba no se que comprarme libros para mi y leía lo que caía en mis manos a través de mis niños.
¡Ah! y chiquilla ya ves que no eres tan rara a mi me pasa también lo que a ti con el café, no sabes como me encanta el olor del cafélito recién hecho, pero el sabor y sobre todo el tomarlo eso es otra cosa, me sienta fatal, se me agria totalmente.
Las personas encuentran la paz y la armonía de muy distintas maneras y hay que respetar cada una.
La verdadera amistad yo la considero un tesoro.
Ya sabes que tienes una amiga de verdad para lo que quieras.
Un besito
Muchas gracias por tus palabras, Marilú, ya sabes que te tengo mucho cariño y una de las cosas más bonitas que me ha pasado con este blog fue cuando me dijiste que te habían vuelto las ganas de leer para ti, lo que a ti te gusta, me hizo muchísima ilusión y sólo por eso ya merece la pena dedicarle un rato a esto.
Pues yo también soy de ciudad, viví en Bilbao (bueno, en las cercanías pero en un barrio totalmente urbano), viví después en Vitoria, una ciudad más pequeña pero no precisamente diminuta. Y desde que empezamos a vivir juntos mi marido y yo, antes de casarnos, ya pensamos en que nos gustaría irnos a un pueblo. Yo tenía muchas ganas y él que conocía ambos mundos por haberlos vividos, también. Por fin un día nos decidimos a llevarlo a cabo, a que no se quedase en una ilusión, a hacerlo realidad y nos vinimos aquí. Tampoco vivo exactamente en el campo, es un pueblo, pequeño, pero un pueblo, si bien para ir de compras es necesario el coche también tiene su ´centro médico, etc… Vivir aquí para mi ha sido mucho mejor de lo que lo imaginaba, dormir sin ruido de coches ni de vecinos más o menos molestos, el no tener que andar todo el día corriendo, la gozada de levantar la persiana y ver el campo y no una calle abarrotada, el poder disfrutar de muchas pequeñas cosas que antes no tenía la oportunidad, para mi valen infinitamente más de lo que cuestan.
Cuando el otro día decía que mucha gente me preguntaba por esas cosas, pues si, muchas, muchas personas me han preguntado cosas tan sorprendentes como si tenemos luz en casa o agua corriente, como si hoy en día vivir en las zonas rurales de España fuera equiparable al S. XIX. También ha habido quine me ha dicho que no estaba preparado para vivir en un lugar tan tranquilo (y a este comentario me refería cuando hablaba del miedo a enfrentarse a si mismos, porque una cosa es decir que no te gusta y otra afirmar que no estás preparado, el matiz es la gran diferencia). Pero también ha habido mucha gente que me ha dicho que hemos sido muy valientes, gente que tiene esa ilusión pero no se acaba de atrever (aún) a dar ese paso y que tal vez algún día lo harán porque de verdad les apetece.
Yo soy muy feliz así y no me extraño si alguien me dice que le encanta vivir en el centro de una gran ciudad, para gustos están los colores y sería terriblemente aburrido que a todos nos gustase lo mismo. Lo que me cansa es que muchas veces una parece tener la obligación de justificar sus decisiones vitales para ser comprendida o vivir como quieen los demás para no descolocarles, y no, no estoy por la labor. La vida es demasiado corta y demasiado bonita para desperdiciarla por puro convencionalismo y comodidad, por temor o vergüenza a no ser aceptada.
Yo, como tú o como Olivia, disfruto de cosas que sólo puede comprender quien también disfruta con ellas, y espero seguir haciéndolo muchos años.
Un beso muy grande, Marilú, gracias por estar ahí.
Marhia, a mi también me fastidian ese tipo de preguntas y comentarios, cuando me pasa siempre se me viene a la cabeza lo que me decía mi padre cuando de pequeña llegaba afectada por alguna impertinencia que me habían dicho. Me decía no puedes pretender que todos piensen como tú y sobre todo sientan como tú, no puedes gustar a todo el mundo, con esos ni te detengas, no merece la pena fijate en los otros, ¡que los habrá!, que no sólo te entenderan tu forma de ser, tu forma de actuar además habrá una complicidad, porque vais en la misma honda de vida, que no te harán preguntas porque ya conocen las respuestas.
Es lo mismo que dices tú con distintas palabras.
Un beso
Marhya,como te comprendo.
Yo también vivo en un pueblecito pequeño y no lo cambio por nada,alguna gente cree que vivimos en el tercer mundo,y no es así,tenemos todas las comodidades,pero una tranquilidad tremenda.
Yo me despierto con el canto de los pájaros y eso no lo cambio por nada.También tengo la suerte de tener mi huerto y saber de dónde viene lo que como.Para mí todo son ventajas.
Ah,también he vivido en la ciudad,concretamente en Sevilla,y estaba siempre agobiada.
Por cierto,el café y yo somos imcompatibles,pero me encanta el olor que viene de casa de mi vecina cuando lo hace(en mi casa nadie toma café)
No sé si te he dicho que me encanta tu blog y aunque te escriba pocas veces te leo a menudo.
Un abrazo
Carmen
Se me olvidaba decirte que yo también te tengo mucho cariño. Un besito
Muchas gracias por tus palabras, Carmen. Ahora que no paso tanto por el foro nos vemos menos. Pero me alegra mucho saber que estás ahí. Disfruta de tus pequeños placeres, despertarse con el canto de los pájaros es un lujo que no está al alcance de todos.
Un beso muy grande.
Muchas gracias, Marilú.
Otro besito.