Si te gusta preparar pan en casa, seguramente te sientas identificada de algún modo con la protagonista. Y disfrutarás con su placer y sosiego al amasar y hornear pan. Pan de aceitunas, pan blanco, pan de corteza crujiente, focaccia, pan de semillas… La gran variedad de panes que son mencionados a lo largo de la novela no es despreciable. Y el hecho de que al final de la misma vengan incluidas algunas de las recetas para prepararlos, es un plus.
Pero la cocina de la pequeña panadería de la isla no se alimenta solo de ese pan. Tenemos un importante personaje que es apicultor. Así que efectivamente, la miel también tiene presencia en la trama, y no es meramente testimonial.
Claro que transcurriendo en una isla mareal de Cornualles y que algunos pescadores locales también tienen peso en la trama, el pescado no es un simple espectador. Ni mucho menos. Sea cocinado a las brasas un día diferente y especial, o asado en un viejo horno de pan como alimento del cuerpo y el alma.
La cocina de la pequeña panadería de la isla es cualquier cosa menos monótona. A lo largo de la trama asistimos a barbacoas de lujo en fiestas extravagantes a cargo de multimillonarios excéntrico, incomestibles emparedados y cenas de pobre compartidas con un frailecillo. No, no de los de alzacuellos y biblia, de los de alas y plumas.
Pero lo mejor es que tú mismo descubras la cocina de La pequeña panadería de la isla a la par que su historia. Porque los olores del pan recién horneado, los sabores a miel recién recolectada y el poder de los alimentos regalados con cariño, se disfrutan mucho más dentro de la trama.
Pues qué divertido, me compré el libro ayer mismo y estoy a punto de ponerme con él :o)
Telepatía lo nuestro jejeje
Besos y espero que todo bien en vuestra nueva casa!!!
Palmira
Gracias Palmira, todo estupendo. A ver qué te parece el libro. 😉 Ya me contarás, que cuando se coge con muchas expectativas…
Besos.