El Ruiseñor, de Kristin Hannah, es una novela que tenía ganas de leer desde hace tiempo. Y por fin lo he hecho. Ya había leído y disfrutado otras novelas de esta autora, como Volverás a Alaska o Jardín de invierno. Y son muchas las personas que me habían recomendado leer El Ruiseñor, así que estaba claro que tenía que ser la siguiente. La verdad es que me ha gustado muchísimo.
Francia, 1939. En la pequeña población de Carriveau, Vianne Mauriac lleva una existencia relativamente tranquila. Es una mujer joven que vive con su marido Antoine, del que se enamoró siendo ambos casi niños, y con su hija Sophie. Es profesora en la escuela de la localidad, como su vecina y mejor amiga desde que eran niñas, Rachel. Sus días transcurren entre el trabajo y su casa, los momentos románticos con su marido, el cuidado de su hija, y las charlas y confidencias con su amiga. Y no tiene grandes aspiraciones, salvo ampliar la familia.
Es verdad que en su vida también ha habido lugar para los sinsabores (la muerte de su madre y que tras esta su padre se desentendió de ella y su hermana pequeña alejándolas de su lado así como los bebés que perdió, alguno incluso durante el embarazo) así que no es ajena a la dureza de la vida. Pero es una mujer más o menos feliz. Y no cree que tras lo ocurrido en la Gran Guerra, que ella recuerda siendo muy niña, pueda volver a estallar otro conflicto, aunque todos digan que sí.
Isabelle Mauriac tiene 18 años y cuando es expulsada del internado en el que estudia no siente ningún remordimiento. Está acostumbrada a que la digan que no la quieren en uno u otro lugar. Al fin y al cabo su propio padre la abandonó junto a su hermana tras la muerte de la madre. Y también su hermana demostró que no tenía intención de cuidar de una niña pequeña.
Se ha escapado de internados, ha logrado que la expulsen y siempre ha sobrevivido. Regresar a París no parece una mala opción. Aunque su padre quiera echarla una vez más de su lado, intentará a toda costa quedarse con él y trabajar en la librería familiar. Ella se las apañará. Siempre se las apaña. Es una chica bonita y decidida, y esa es una combinación demoledora para salirse con la suya. Salvo en lo que más le importa, que es lograr sentirse querida de verdad.
Pero la guerra llega y todo cambia. Antonie es enviado a filas y debe dejar solas a Vianne y Sophie sin imaginar que pronto un oficial nazi se instalará en su propia casa con ellas. Isabelle es enviada por su padre a Carriveau para alejarla de la ocupación de París a manos de nazis y por un imprevisto se ve arrastrada a caminar cientos de kilómetros junto a miles de refugiados para llegar allí, sin imaginar que su deseo de ayudar a combatir la barbarie la llevará a formar parte de la que luego sería conocido como Resistencia Francesa.
Este es el punto de inicio de El Ruiseñor, una novela magnífica que te atrapa desde las primeras líneas y ya no puedes soltar. Al menos yo no la podía solar. ¡Es tan fácil sentirse dentro de ella! Y empatizar con las protagonistas, pese a ser tan diferentes entre sí y su situaciones tan distintas (por fortuna) de la mía.
Los avatares de la guerra, la relación entre las hermanas, las diferentes formas de sobrevivir en tiempos convulsos y crueles, las distintas caras que muestra la vida, cómo pequeñas (o grandes) decisiones personales pueden cambiar la vida de otros (para bien o para mal) e incluso de la historia. Todo eso y más forma parte de El ruiseñor.
Dos mujeres (tres en realidad, porque no quiero olvidarme del personaje de Sophie, aunque sea una niña) solas en una época en la que el mundo ardía, en plena Segunda Guerra Mundial. Y cómo hacen frente a su día a día, miedos, anhelos y necesidad de sobrellevar la situación. Es dura porque la vida, y más la vida en guerra, lo es. Pero también es bella, entretenida y adictiva. Y deja dentro de todo un sabor positivo en el alma al terminar su lectura.
Sin duda El Ruiseñor es una lectura recomendable. Muy recomendable. Así que te animo, si aún no lo has hecho, a leer esta novela de Kristin Hannah. Ya tengo lista la siguiente de esta autora para leer, dentro de unas semanas.