La habitación de las mariposas, de Lucinda Riley, es una historia narrada en dos tiempo de la que esperaba más. Aunque me ha resultado entretenida, las primeras páginas han sido para mi gusto lo mejor y de ahí ha ido decayendo. Son más de 600 páginas de novela así que si lees despacio es para pensártelo. De la autora ya he leído algunas novelas más, como La luz tras la ventana.
La habitación de las mariposas, de Lucinda Riley: de qué va
Southwold, Suffolk, junio de 1943. Posy es una niña pequeña que lleva una vida feliz. Tras el regreso de su padre, herido tras combatir como piloto de aviones para la RAF, pasa mucho tiempo con él al aire libre, atrapan mariposas, estudian el entorno y viven una especie de fantasía como si estuvieran en el país de las hadas. La madre, de origen francés, es una joven de gran belleza pero poco interesada en la niña. Cuando el padre de Posy debe regresar al servicio activo, Posy se va una temporada a Cornualles a vivir con su abuela.
Cuando Posy tiene 70 años se empieza a plantear si es el momento de que la gran mansión familiar en la que vivió su primera infancia y en la que ha criado a sus hijos ahora ya adultos, pase a otras manos.
Conservarla en buenas condiciones no está al alcance de su economía y ya no tiene la misma energía que en el pasado. Los años de no poder dedicar recursos a su conservación ya se manifiestan en forma de deterioros que no quiere que vayan a más. Pero, ¿qué pensarán sus hijos de ello?
El mayor es un padre de familia que bebe demasiado y continuamente se entusiasma con proyectos y emprendimientos que nunca dan buenos resultados. El menor, anuncia su regreso a Inglaterra tras años viviendo en Australia.
Y en esos momentos de cambio reaparece Freddie, un amor de juventud que dejó a Posy plantada sin saber muy bien por qué motivo. Vive en las cercanías y parece querer acercarse a ella, pero no quiere hablar de lo que pasó entonces y de por qué la dejó. Y es que Freddie guarda un secreto que puede resultar devastador para la mujer.
Mi opinión obre la novela La habitación de las mariposas
El principio de la novela me gustó mucho. Me atrapó enseguida y me hubiera gustado leer la historia de Posy desde ahí. Porque cuando avanza de golpe en el tiempo más de sesenta años, para mi pierde casi toda la gracias. Y cuando regresa de nuevo a los tiempos pasados, vuelve a ganar, aunque no tanto como para llegar al nivel del comienzo.
Salvo el secreto que guarda Freddie y el por qué la novela se titula La habitación de las mariposas, todo lo demás resulta previsible en exceso. Algo que es una pena en una novela de este tipo, tan extensa y con personajes familiares que podían dar como resultado una saga interesante. Pero lo cierto es que se intuye demasiado, las supuestas sorpresas y giros eran evidentes, así que ahí la novela pierde muchos puntos.
Es una lectura entretenida. Pero es una pena que con esos mimbres y ese principio se quede solo en eso.
Además, los personajes son tan sosos, de nuevo utilizo la palabra previsibles y en muchos sentidos rígidos y con conductas tan arquetípicas, que resultan ser otro recurso perdido.
No puedo decir que no haya leído La habitación de las mariposas con interés, pero no la he leído con avidez, ni con pasión. Y el final me ha dejado bastante fría.
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