Solo un chico más es la última novela de Kristan Higgins que he leído. Aunque se publicó hace unos años, no la había leído aún. Solo hace unos meses que descubrí a esta autora y estoy leyendo poco a poco algunos de los muchos libros que, afortunadamente, tiene publicados en castellano.
Chastity O´Neill ha regresado recientemente a la pequeña ciudad del norte de Nueva York en la que nació y se crió. En ella viven sus padres, sus cuatro hermanos mayores y Trevor, que a muchos efectos es un hermano más del clan O´Neill y, también, el primer amor de Chastity. Con un prometedor trabajo en un pequeño periódico local y una nueva casa que comparte con su único hermano soltero, Matt, tiene muchos planes de futuro. Algunos incluyen conocer a alguien especial y formar una familia. El problema es que la mayoría solo la ven como un chico más.
Chastity no tiene una apariencia demasiado femenina, según los dictados de la moda actual. Es tan alta o más que la mayoría de chicos de su entorno. Es fuerte. No se amilana. Le encanta el remo y otros deportes. Y es hija, hermana o amiga de toda la vida de algunos de los hombres más apreciados del lugar como los miembros del cuerpo de bomberos de la ciudad. Así que no parece que encontrar una pareja adecuada de la que enamorarse y con la que formar la familia que siempre ha deseado sea sencillo.
Pero Chastity tiene otros planes. Como superar su fobia a la sangre, algo inusual en una familia como la suya. O evitar que la reciente separación de sus padres, que parece siguen enamorados pese a ello, sea permanente. Y ser feliz en su nuevo trabajo.
Kristan Higgins es una autora que me gusta mucho. Es divertida, crea personajes con mucho encanto y con los que es fácil empatizar. Además, tiene una forma de narrar muy amena y adictiva, cuesta dejar a medias cualquiera de sus libros; si no fuera por su extensión serían para leer del tirón.
Solo un chico más es, como otras de ella, una bonita historia, de buenos sentimientos, agradable, divertida, amena. Te saca muchas sonrisas, lo que siempre es de agradecer. También tiene algunos momentos de tristeza, como la vida misma. Y en esos casos logra emocionar.
Si aún no has leído Solo un chico más te animo a hacerlo. Es una lectura divertida y especialmente si buscas algo fresco para lo que queda del verano. Pero también para cualquier momento del año.