La hija del pintor, de Julie Klassen, ha sido una de mis últimas lecturas. Ya voy leyendo varias novelas de esta autora como La institutriz silenciosa o El secreto de Pembrooke Park, y me imaginaba que me gustaría, como así ha sido.
Devonshire, Inglaterra, 1815. Sophie Dupont no sabe qué hacer. Ha vivido momentos de gran felicidad con Wesley Overtree, un caballero con una gran destreza como pintor, la primera persona que ha alabado su belleza. Pero ahora él se ha ido a Italia dejando solo una nota, y ella no ha tenido siquiera la oportunidad de decirle que estaba embarazada.
¿Qué dirá su padre cuando se entere? ¿Y su madrastra? ¿Tendrá que marcharse y dejar de ayudar a su padre en los estudios de pintura que regenta en Bath y en la costa de Devonshire?
El capitán Stephen Overtree está harto de arreglar los desaguisados que su hermano mayor va dejando. De que no se ocupe de sus obligaciones, de que constantemente deje preocupados a sus padres y abuelo con sus ausencias. Él debería tener bastante con sus campañas militares para tener que andar de niñero cuando regresa a Inglaterra.
Cuando Stephen descubre la última fechoría de su hermano no da crédito. Dejar abandonada a una chica embarazada le parece la peor de las muchas que ha cometido. Y encima no es una chica cualquiera, sino el vivo reflejo de la pintura que lleva en el bolsillo. Todo suma para que decida solucionarlo proponiéndole un matrimonio meramente nominal para que quede bajo la protección de la familia.
¿Pero es un matrimonio de conveniencia con un desconocido lo que quiere Sophie? ¿O lo que realmente desea es que vuelva a su lado el hombre del que está enamorada?
En mi opinión, La hija del pintor es una novela muy bonita y agradable. Únicamente le ponga una pega, y es que en algún momento me cargan las referencias religiosas. Es la construcción de los personajes y tiene toda la lógica, pero aunque no son excesivas, igualmente se me ha hecho pesado porque es algo que no me interesa nada.
No obstante, en todo lo demás me ha parecido una lectura de verano entretenida, que engancha, y que sin ser una trama excepcional te mantiene pegada a sus páginas con interés, contando una historia aparentemente cotidiana pero con gancho.
Valoro especialmente que no haga trampas ni busque salidas fáciles. Nada me da mas rabia que esas novelas en las que el dilema se resuelve por la vía simplona después de darle vueltas cientos de páginas, como cuando el pobre se encuentra un tesoro y tonterías de ese calibre. Aprecio el respeto a los lectores y que los dilemas se resuelvan como en la vida misma, sin satisfacer a todos los personajes ni por milagrito.
Si ya has leído novelas anteriores de Julie Klassen y te han gustado, no dudo que esta historia también te gustará. Si todavía no lo has hecho, no es mala opción para adentrarse en sus libros y sus romances blancos o limpios, una de tantas etiquetas que ahora se ponen a las novelas y que en este caso hace referencia a la ausencia de escenas de sexo explícito en la trama.
Creo que me gustará este libro, ya que he leído algo de ella y me gusta como escribe y, por lo que cuentas, la historia parece interesante.
Besos y buen fin de semana preciosa.
¡Igualmente, Lucero! Ya me contarás si lo lees.
Besos.