Todos sabíamos que los precios se han disparado en las últimas semanas, pero no sabíamos hasta qué punto. Ayer me sorprendió escuchar en las noticias que la familia española media necesita mensualmente 350 euros más que hace un año debido a las subidas reiteradas de hipotécas, alimentos y combustible.
Hay que apretarse el cinturón, sí, ¿pero hasta dónde puede apretarse sin que el cinturón reviente o uno muera asfixiado? La verdad es que son muchas las familias que llevan tiempo haciendo malabarismos no ya para ahorrar, si no para conseguir llegar a final de mes, y parece que ya no queden estrategias a seguir, que ya no hay sitio de donde rascar unos centimillos.
En los últimos 12 meses parece que el único alimento básico que ha bajado ha sido el aceite de oliva (que ya tiene un precio más bien alto), ya que las subidas en los demás han sido generalizadas: el crecimiento del precio de las cebollas es de un 22%, el pollo y la leche un 18,3%, los huevos un 10,38, sardinas un 14,7%el pan en torno al 10%, menos de un punto por encima de naranjas y peras. Y así podríamos seguir con una larga lista de alimentos.
A la hora de hacer la compra ya no basta con mirar las ofertas de varios establecimientos, ni con ceñirse a una lista de productos necesarios y no salirse de ella, ni con aprovechar las ofertas de conservas para llenar la despensa. Ha llegado el momento de trasladar el ahorro a la cocina, buscando en las recetas tradicionales o inventando otras nuevas con los productos más económicos, pero cuidando siempre de nuestra salud, y volviendo a la costumbre tan sabia de nuestras abuelas de “reciclar” las sobras.
En cuanto a lo primero, no podemos olvidarnos del método vegetariano de obtener proteína de alta calidad biológica, consistente en combinar sabiamente cereales y legumbres: lentejas con arroz, pan pita relleno de falafels (una forma moderna de aprovechar las sobras de garbanzos para crear un plato exótico y exquisito)…
Respecto a lo segundo, recordemos los garbanzos con berza, los revueltos de huevo y pimientos para aprovechar las patatas fritas sobrantes del mediodía, los pimientos rellenos de morcilla, las torrijas o la sopa castellana que se preparaban con el pan del día anterior…
Ahora se acercan las fiestas navideñas y en muchas casas se derrochará sin problemas, pero en otras muchas no habrá manera de preparar menús especiales sin que la economía familiar se resienta posteriormente durante varios meses.
¿Habéis notado en vuestra economía familiar estas subidas de precios? ¿Qué estrategias seguís para sobrellevarlo?