Hace 19 años, por estas fechas, estaba aprendiendo a podar. Antes había habido semanas (más bien meses) de teoría; de textos, diapositivas, dibujos, esquemas… Porque el árbol es un ser vivo y no se puede cortar alegremente por donde te dé la gana, porque una cosa es podar y otra amputar. Se poda en invierno porque el árbol está “dormido”, antes de que la primavera le “reviva”.
Creo que nunca en mi vida he tenido tan tonificadas piernas y glúteos (ese culete); cosas del subir y bajar de la escalera de mano y el poner posturas casi imposibles en altura. Y creo que nunca he trepado tanto en mi vida yo que tengo miedo a las alturas. Fueron días divertidos que recuerdo con cariño, porque cuando tienes 18 años siempre mola eso de cambiar por unos días todas las horas de clase en un aula cerrada por días enteros al aire libre trabajando, si, y aprendiendo, claro, pero también cotorreando a todas horas con los compañeros, contando chistes, comiendo en el campo, bebiendo al final de la jornada algo más de cerveza de la cuenta (o vino, o patxarán, porque los valientes dueños de las fincas en las que practicábamos siempre tenían el detallazo de dejarnos algo para remojar la garganta)…
Digo que los dueños de las fincas en las que practicábamos eran unos valientes porque poner tus frutales en manos de unos estudiantes, es de serlo. Un árbol no crece en dos días, tarda años en dar fruto. Y una mala poda puede hacer mucho daño al árbol, cargarse la cosecha de ese año o la estructura del mismo y la cosecha de los años siguientes. Hay que tener visión espacial, conocimientos y saber qué yemas son de fruto, cuáles de rama, etc… etc…
Os cuento todo esto porque sé que pronto llegará la primavera y se llenarán los blogs, pinterest, instagram o flickr de fotos de ramas de árbol repletas de flores cortadas, decorando dormitorios, cocinas y salones. Lo escribo ahora que todavía es invierno, antes de que nadie acabe de hacerlo y se de por aludido/a creyendo que esta entrada va expresa y directamente dirigida a su persona. Lo escribo antes de que se dañe ningún árbol más, porque los últimos años me da una pena tremenda (y rabia, si, muchas veces también rabia) contemplar la escabechina que se hace cada primavera en pos del “bonitismo” y del encanto.
Imagino (quiero creer) que la inmensa mayoría de la gente que lo hace no se da cuenta del mal que está haciendo al árbol en cuestión (la mayoría prunus y urbanos) o se pone la venda y se niega a pensarlo porque es más cómodo y porque así quedará su casa (y su blog/instagram/pinterest/flickr y demás) monísimo de la muerte. Y otras tantas personas le dirán qué bonito, qué buen gusto tiene y cuánto encanto dan las flores. Pero no estamos hablando de flores de temporada, de flores cultivadas para vender cortadas. Estamos hablando de ramas enteras de árboles.
En primavera cada corte en un árbol es una herida abierta por la que pueden entrar hongos, parásitos o enfermedades, además de que pueden afectar a su salud también pueden hacerlo a su estructura futura (una rama que se seca puede ser un peligro para los viandantes meses después, por ejemplo) y ya no digamos a su estética, si es lo que más les importa (quizá florecido no se note tanto, pero sí el resto del año).
Cada persona que lo corta debe pensar “total, sólo me he llevado una”, “total, casi no se nota”, “total, hay muchos árboles“, “total, nadie lo disfruta tanto como yo, me lo llevo justamente porque aprecio lo bello que es y nadie lo aprecia igual”. Excusas. Excusas tontas y, sobre todo, egoístas. Todavía no sé por qué algunas personas se creen tan especiales y tan por encima de los demás incluso en algo tan sencillo como el apreciar la belleza de lo que nos rodea. Me parece egoísta, clasista y egocéntrico. ¿Por qué creen que sólo ellos ven la belleza en las cosas, y se la llevan a casa para disfrutarla en solitario, como si nadie más tuviese la capacidad de ver lo hermoso y sentirse bien haciéndolo? No lo entiendo, justamente están arrasando con esa hermosura y como un bien consumista cualquiera llevárselo para si, para mi uso, para su uso, para su disfrute, para su bienestar, sin pensar en los demás.
Creo que es el mismo tipo de gente que piensa que a su alrededor nadie alcanza su sensibilidad para las cosas y su visión del mundo. A sabiendas o sin notarlo, se cree superior en ese sentido; la gente del barrio le parece gente gris, personas sin gusto ni cultura, incapaces de apreciar lo que ella aprecia… ¿Pero quién dice que el señor que fuma en el balcón no está pensando en lo bonita que está la calle en primavera, o el anciano que descansa en un banco del parque no se está relajando contemplando las flores, o que no le hacen soñar a la adolescente que atisba tras el cristal de la ventana mordisqueando un bolígrafo junto a su escritorio, o que no recuerda otras primaveras a la señora de cierta edad que vislumbra los árboles floridos mientras tiende la colada o que no inspira al niño que luego dibujará sus sensaciones o que no encandila al chico que espera en la parada del autobús?
Así que cuando llegue la primavera, espero que este año la sensibilidad llegue de verdad a todas esas personas que año tras año vuelven a la carga, mutilan árboles y roban a los convecinos la posibilidad de disfrutar de ellos como se merecen. Espero que cada vez haya más gente consciente que afee esas prácticas a quien no se da cuenta. Espero que cada vez más personas comprendan que no están solas en el mundo y que tenemos que cuidar todos de la belleza que nos rodea.
Si alguna vez lo has hecho, por favor, no vuelvas a hacerlo. Piénsalo bien, recapacita, vive y deja vivir.
Ainsss no te imaginas que bien me ha sentado el post de hoy Marhya! Cada año me enfado con gente cortando ramas de cualquier manera “para decorar” sus casas… seguro que les gustaría que les corten un dedo “pa’ decorar”… Si es una herida y se tiene que practicar con arte pare el bien del árbol y nuestra sensibilidad también…
Demasiadas vidas instagram digo yo desde hace unos meses, ¿verdad?
Y a ver si me atrevo que mi mini olivo necesita ser podado y no soy muy hábil con el tema!
Besos,
Palmira
Palmira, te ayudaría con el olivo pero por foto no sé si me voy a atrever. ¿Es bonsai o sólo que todavía es pequeño?
Yo me enfado mucho todos los años así que este año he cogido el toro por los cuernos, como dice el dicho, “más vale una vez roja que ciento amarilla” 😉
Besos.
¡¡¡Ole, ole y ole!!!!
Cómo bien dices, hay que coger el toro por los cuernos y en este post de hoy lo haces muy bien.
La naturaleza hay que disfrutarla en su sitio.
Para los floreros, flor cortada, que soy la primera en ponerla, eh. Nada de ramas en plena temporada.
Besotes.
Aysssssssssss, qué buen post, me ha encantado, esperemos que tu mensaje llegue!!
Por cierto, tengo que podar los rosales… ¿me espero un poco todavía? Pero es que como este tiempo anda algo loco, si viene alguna temporada de buen tiempo ya la hemos fastidiado!!
Claro, Polita, para eso está la flor cortada, que se cultiva para ello. El año pasado vi tantas escabechinas que he tenido que escribirlo.
Un beso, guapa.
Inma, me alegro mucho de que te haya gustado, es muy triste cada primavera ver esos destrozos.
Jo, pues no tengo ni idea, yo creo que todavía tiene que hacer el frío que casi no ha hecho pero en los últimos años en Febrero siempre ha hecho unos días de calor primaveal, del que engaña con ilusión de falsa primavera y te deja estar en mangas de camisa, aunque luego vuelva otra vez el frío. Y por esa zona tuya que tenéis nieve y todo no sé, igual para el fin de semana, según lo que de el tiempo, los puedes podar.
Besos.
No es un pequeño que creció mucho en Barcelona y sufrió del clima italiano, ahora está algo mejor pero lo he dejado en plan salvaje, al final sólo le he cortado las ramas que se veían de leña seca…
Gracias!
Ok, 😉
Besos.
Estupendo post Marhya es verdad que a veces no somos my conscientes de lo que hacemos y en pos de “nuestro gran amor a la bellleza y nuestra supersensibilidad” somos capaces de cargarnos una planta o lo que sea y ni nos enteramos de ello. Por cierto tengo un rosal pequeño pero con ramas bastante altas en tiesto y tengo que podarlo; había pensado hacerlo en Febrero, ya que como lo tengo en una terraza acristalada está bastante vivo,¿se irá secando más a medida que avance el invierno, o quizá sea ya momento de podarlo?. Ya me dirás si eres tan amable qué te parece. Besos y gracias.
Lucero, si está muy despierto miedo me da podarlo, pero con el clima que tenéis por allí a saber si febrero es más frio y te deja o es peor el remedio que la enfermedad y llega más calor. Supuestamente a partir de hoy es buena fecha durante una semana porque si no me equivoco estamos en cuarto creciente.
Un beso.
Me he quedao con la boca abierta sin saber que decir. Te cuento:
El año pasado puse unas fotos de unas ramas de cerezo en mi casa. Eran años que quería hacerlo pero el simple hecho de “cortar” algo a mi me deja siempre muy mal sabor de boca, vas a creer que estoy loca pero siempre he pensado que eso duele y llego a tales extremos que por ejemplo el balcón de mi suegra ahora mismo está lleno de tulipanes y aunque si bien puedo cortarlos y ponerlos en jarrones en mi casa, la verdad es que me da mucha pena hacerlo y prefiero que sigan en sus macetas embelleciendo el solitario balcón.
La primavera pasada fuimos a pasear a una villa y solo el día anterior había estado una lluvia y viento tremendos que cortó árboles y flores hasta dejarlos pelones. No sé si fué por el viento o que, pero un árbol de la villa esa tenía varias ramas casi en el suelo (ya despegadas del árbol, como arrancadas intencionalmente) y fueron esas las que me traje a casa. Aparte de que no es tan fácil como se piensa el cortar una rama (la que me traje era grande y tuve que usar un cuchillo bastante grueso para cortar las ramitas más chiquitas), yo la verdad no me veo por la calle con toda la gente que me ve mientras masacro un árbol, me moriría de vergüenza…
Tu post, Marhya, es hermoso y espero llegue a muchos blogs y haga recapacitar a muchas personas.
Gracias, Mari Cruz.
Aprovechar lo que la propia naturaleza destroza es bello, pero lo que decimos, lo destrozó la naturaleza; imagina una horda de instagramer, bloggers y demás haciendo lo propio ( y como dices como está bien duro, al final partiendo y cortando de mala manera que es como más daño hace al árbol).
Un beso, guapa.