Tres, de Melissa P.

Tres by Melissa P.

Cuando una novela de un género determinado alcanza un gran éxito, a su vera crecen como setas libros dedicados a ese mismo género, las editoriales se pegan casi literalmente por publicar clones y similares y los lectores nos encontramos con un batiburrillo de novelas que van desde las buenas (unas pocas) a las nefastas (en abundancia) porque se publica por número y sin criterio. Pasó hace unos pocos años con la romántica paranormal (género que me ha dado muchos minutos de disfrute pero también que me ha saturado lo indecible por un montón de basura, digo bien, basura, publicada a su calor) y ahora pasa con la erótica. Después del enorme éxito de la trilogía 50 Sombras de Grey, muchas editoriales están publicando novelas eróticas dirigidas a un público femenino sin preocuparse mucho por la calidad de las mismas, sólo por no perder el tren de lo que la moda manda y es que una editorial es una empresa, no una ONG, y claro, vive de las ventas.

Así las cosas, como me apetecía buscar algo de novela erótica interesante pero tenía miedo de caer en algo publicado a la sombra de las sombras, me decidí por coger “Tres” de Melissa P, porque ya escribía erótica antes del boom, y pensé que merecería la pena. ¡Craso error! ¡Error monumental! “Tres” puede que sea una novela erótica pero también me ha resultado algo asquerosa (escatológica, poco higiénica y otras cosas que me dan para atrás) y me ha quitado las ganas de leer nada más de esta mujer, nada, nunca.

Larissa, una joven poetisa, se divorcia y pasa de un matrimonio aburrido en el que el sexo brillaba a menudo por su ausencia a una espiral de promiscuidad que tampoco la hace feliz. Un día se reencuentra con Gunther, un amigo de su marido, unos años mayor que ella,  que nunca la ha caído especialmente bien, y ahí nace una relación a tres en la que el tercero en cuestión es George, un fotógrafo francés amigo y ocasional amante de Gunther.

La narración me ha resultado un tanto caótica y con un exceso de retórica y los personajes un grupo de inadaptados sociales en el peor sentido de la palabra, cansinos, incoherentes y petardos. Me ha costado horrores leerlo, de puro asco y aburrimiento.

Como digo, además de lo escatológico y de lo pretenciosa que me ha resultado la forma en la que está narrada la historia, los personajes me han parecido unos petardos de mucho cuidado, algo que no ha ayudado en nada a interesarme por la historia. Larissa, el punto femenino de esta historia de sexo (y supuestamente de amor, aunque el enamoramiento yo no logro verlo por ningún lado, ni coronase ni cómo crece, salvo porque así lo dice la autora.-narradora en un momento dado, pero que no se percibe realmente) es una joven autodestructiva, negativa, con una madre aún más petarda que ella ( y cabría decirse que hasta maltratadora Psicológica), bastante guarra (y no hablo de sexo, si no de higiene) y que realmente me da un poco (bastante) de repelús. Gunther, el segundo en cuestión (aunque sólo sea por orden de aparición) es un apasionado de los loros, un plasta que no para de hablar de ellos y que los cría con un mimo que parece no tener para nada más en la vida, politoxicomanía ocasional, también bastante guarro (sigo refiriéndome a la higiene y no al sexo) y diría que hasta aburrido. Y luego está George, que es inseguro, podría decirse que frágil, es un muermo, también le da al alcohol y las drogas en exceso y no le veo el atractivo (bueno, como a los dos anteriores) por ningún lado.

Aparte de todo lo ya dicho,  cuando la autora, en un momento dado de la novela, ya ha querido ponerse en plan trascendental y esotérico, ha terminado de cargarse todo en un embrollo mental (presupongo) difícil de digerir.

Entre unas cosas y otras, no pienso volver a leer nada de esta señora, porque está claro que no va a ir conmigo.

Si pese a todo os interesa, la novela está editada en España por Suma de Letras en su colección Consipcua, consta de 266 páginas y su precio es de 14,95 euros.