Muchas de las personas que leéis este blog sois muy aficionadas a la cocina y es por eso que me he animado a escribir sobre esto. Y es que últimamente me estoy dando cuenta de lo que se agradece la comida casera, un regalo que quizá no nos atrevamos a hacer con frecuencia pero que suele ser siempre muy bien recibido.
Seguro que muchos os habéis fijado en películas y series de televisión anglosajonas que cuando una persona se muda a su nuevo hogar los vecinos se dan a conocer al tiempo que le ofrecen una comida casera (un pastel de carne, una tarta de elaboración propia, unas galletas hechas siguiendo una receta familiar, etc…) al igual que ocurre en los funerales, cuando nace un bebé o hay alguien enfermo. Si lo pensamos es algo totalmente lógico: quien acabe de mudarse aún no tiene las fuerzas ni a mano los utensilios para preparar una saludable comida casera, los familiares que acaban de perder a un ser querido no se preocupan de su alimentación a pesar de ser algo importante, cuando nace un bebé la madre está demasiado ocupada (y en muchas ocasiones agotada y agobiada ) para ponerse a cocinar, y un enfermo debería comer de forma más sana y natural que nunca aunque seguramente no se encuentre en condiciones de trajinar en la cocina y acabe evitando comer o recurriendo a cualquier precocinado de poca calidad.
Así pues, ¿no os parece que en estos casos la comida casera se aprecia más que nunca? Entonces, y si queremos tener un detalle de cariño, ¿por qué siempre recurrimos a regalos que muchas veces son más costosos para quien los compra que valiosos para quien los recibe?
A un amigo o familiar enfermo seguramente le carguen las visitas largas y no esté para comer bombones o esté harto de llenar la casa con ramos de flores que no se siente con fuerza para cuidar, pero seguro que aprecia y le alegra una breve visita y una apetecible comida casera que además le solvente un problema doméstico.
Pero regalar comida casera es algo que puede hacerse en muchas ocasiones. ¿Qué hay del cariño con que una madre te da un tupper de croquetas o de cocido casero? Bueno, pues lo mismo pueden agradecerlo los abuelos que ya están un poco mayores para manejarse entre fogones a diario, el amigo de buen comer al que no se le da bien la cocina, la vecina que está haciendo obra en casa y no puede usar su cocina o la compañera de trabajo que anda de cabeza con el tiempo porque tiene un hijo o un padre hospitalizado, por ejemplo.
¿Y qué me decís de esos amigos o familiares que están pasando por un mal momento económico? Quizá uno tenga vergüenza de dar y el otro vergüenza de recibir, o ambos pudor de hablar del tema, pero nadie se va a negar a aceptar una visita que llega con un bizcocho, una empanada o una tarta hecha por ella misma o con un par de botes de la conserva que hayamos hecho el día anterior en tarros bonitos y bien decorado.
Si las personas que somos aficionadas a la cocina disfrutamos cuando tenemos invitados a la mesa, también podemos disfrutar preparando una comida casera con todo el cariño para alguien que sabemos también se va a sentir feliz al recibirla. ¿Qué pensáis al respecto?
Marhya, que razón tienes ahora se aprecia más la comida casera, quizás sean las prisas que hay mucha gente que tira de precocinados y comida rápida.
A mi me encanta regalar cositas. Tengo a mis amigos y familiares hartos de mis experimentos jaja. Pero bueno, una cosa muy bonita que me ha pasado hace poco, es que mi suegro fue a su pueblo contando que yo había mejorado la torta de aceite de toda la vida tipica de allí, se llevó una y la próxima vez que vaya quiere que le haga cuatro jaja.
Yo creo que está muy bien regalar ese tipo de cositas yo aprecio mucho esos regalos hechos con todo el cariño cuando me ha tocado recibirlos.
Un besito
Creo que tienes mucha razón, es mas, a mi me supone menos esfuerzo economico, a la hora de ayudar a un amigo que pasa por un mal momento, regalarle… un cocido por ejemplo , que darle 20 euros, es un ejemplo.
Pero también , no sé si le pasa a alguien más, es más agradecido un regalo de comida dulce que uno de salado, parece que con el salado somos mas delicados en cuanto a gustos, y un dulce siempre es un dulce.
Yo muchas veces voy a casa de los amigos con algo de comer y és mi marido el que me para los pies, su opinión es que cuando vamos invitados por otra persona no tengo que llevar nada de comida porque a la otra persona seguramente, le gustará lucirse.
Pero estoy de acuerdo contigo, precisamente una amiga me ha regalado el otro día un bote de aceitunas aliñadas, y una bolsa de almendras, y yo encantada de la vida.
Se lo devolví con dos botes de mermelada de higo y de naranja
besitos
Tienes toda la razón!!!A mi me encanta hacer detallitos de algo que haya cocinado!!Mucho más que algo comprado!!
Besines preciosa y gracias por la reflexión!
Vanesuky.
Qué satisfacción, ¿verdad, Marilú? Son esas pequeñas cosas que hacen mucha ilusión, además.
Cuando las cosas se hacen con cariño, suelen ser muy bien recibidas.
Besitos.
Si, creo que tienes razón, en general tenemos más fobias o manías a alimentos salados que a dulces, eldulce suele ser muy bien recibido casi siempre.
Lo que dices de cuando vas invitada a casa de alguien, a mi me pasa que si invito a aluqien y me trae algo de comer nunca sé si se espera que lo saque en esa comida o cena, o si se espera que lo pruebe en otra ocasión o qué, tanto si es una botella de vino como un postre… Por eso cuando voy a casa de alguien prefiero llevar alguna conserva o una planta o algo de la huerta y suelo decir “para que lo probéis un día”, jajaja, porque salvo cuando hay confianza de sobra para preguntar si no parece que nos quedamos todos mirando sin saber qué hacer.
Gracias a ti por estar siempre ahí, comentando, Vanesuky.
Besitos.
Totalmente de acuerto contigo guapa!! a mi siempre me gusta tener esos detalles, siempre que puedo me gusta preparar algo ya sea para un cumple o simplemente porque voy de visita o porque me invitan a cenar o comer, me siento rara si voy con las manos vacías jaja o simplemente porque me apetece y es lo que decís vosotras lo dulce tiene mejor aceptación que lo salado, nose porqué será y en el caso contrario a mi también me hace feliz recibir algo hecho por las propias manos de la persona que me lo regala que si fuese comprado, Si es que no hay nada como la comida casera!!! besitos
Estoy de acuerdo con todas vosotras yo siempre que voy de invitada suelo llevar un postrecito que al final como decís es lo que más se agradece y lo hago con todo el cariño. Aunque a veces se crean situaciones un poco incómodas como también dices, por eso cuando me invitan y para evitarlas ya aviso de que el postre corre de mi cuenta y que lo pongo yo, algunas veces también hemos llevado unas botellitas de vino.
Cuanta razón llevas. Nosotros somos muy aficionados a regalar alimentos, comprados o cocinados por mi. A quien no le gusta un buen queso de Villalón de Campos, unas botellas de Ribera de Duero, o un pan hecho en casa, con masa madre y todo el amor del mundo.
También regalamos conservas, sobre todo mermeladas caseras, con fructosa, que son la que tomamos aquí, sanas y naturales.
Besotes, guapa!!!
Además es que una disfruta preparándolo y se suele recibir conmucha ilusión, es verdad.
Besitos.
Y ya voy más allá, algo más que llevar un detalle cuando vamos invitadas a una casa. ¡cómo se nota que somos todas unas cocinillas, eh! jeje
Besitos, guapa.
Ummm, qué bien suena el pan,jeje, tengo pendiente lo de la masa madre que me dijiste, últimamente hago menos pan, nos estamos racionando, jeje.
Besitos.
Totalmente de acuerdo contigo. Cuando la compania o visita es de confianza se puede agregar el para que “piquemos” o “para botanear”, si no como tu dices, para que lo pruebes en otra ocasion. Tambien a mi me gusta llevar alguna plantita. Pero si se trata de ayudar a alguien que pasa un momento dificil tal vez un arroz blanco con algun guisado o ave se ve bien….
abrazos.
Se hace saber que no tengo manías al salado, al contrario. Unas croquetitas, queso, guisos o lo que quieran regalar.
A mí, lo siento mucho, me soluciona mucho más el salado que el dulce. Vale que igual no esté del todo a mi gusto, pero con el dulce igual tampoco y encima me crea cargo de conciencia.
Ahora lamento no tener tiempo, es una de las cosas que perdí desde que trabajo fuera. Pero el caldo a la gente que pierde un familiar, algo de picoteo para la amiga separada que tiene adolescentes a su cargo y poca pasta para fruslerías, purecitos y cosas suaves cuando mis padres o hermana no han estado muy bien, cuando mi cuñe está solo, al llegar de un viaje o tienen mucha tarea especialmente dura por hacer.
A mi madre siempre la vi atenta a los abuelos, a mis tíos y allegados, a las vecinas… tan generosa como ella no salí, ni tengo tanta gente alrededor… pero mientras estuve compartiendo piso o estuve más cerca de mi casa de antes, ese comportamiento era lo normal.
A la parturienta, a la que pasa por un momento fastidiadillo o tiene problemas del ánimo… me gustaba estar ahí. Quizá no hablaba ni era dada a visitas, para mí siempre inoportunas, pero un paquetito que encargaba al emisario (mi madre) nunca faltaba.
En las visitas me gusta lucirme, pero ya más o menos ellos saben que llevaré algo dulce (sin ser lo que más me gusta a mí, sé que a ellos sí) y si llevo algo de picar, lo advierto… pero ésto ya es un tema diferente al que de entrada tu post me evocó.
Un beso
Ahhh, se me olvidó.
Desde que era una adolescente, tenía la costumbre que cuando se hacía un trabajo en la cocina laborioso, se hacía cantidad y luego se repartía… una ensaladilla, las croquetas que dije antes, rosquillas, algún guiso, salpicón… ayy, y cómo he agradecido recibir cuando no he podido yo entrar en la cocina!!
A todas esas cosas que cuentas me refería, Adormidera. A esas personas, esos momentos, esos platos…
Cuando me independicé era muy joven (y sobre todo para lo que es habitual) y recuerdo que me puse mala y mi jefa me preguntó si no tenía quien me llevase un caldito o algo, jeje, “claro, mis amigas”. Y es que no llegaríamos a los 20, pero cuando era tiempo de calditos, era de calditos y no de cañas. ¡Y lo que se agradece! Por ello siempre procuro estar ahí para estas cosas, en lo que se puede.
Muchos besos, disfruta del fin de semana.
Me recuerdas a mi madre, adormidera… hace lentejas para todo el edificio en donde vive. También es verdad que son todos hermanos, primos, hijos, sobrinos, nietos…
Besotes!!!
Hay si alguien me hubiera llevado comida casera cuando recién regresé del hospital con Emma en brazos hubiera sido perfecto!
Ahora ya sé que llevar a alguien cuando está enfermo
Besos
Hay momentos en que lo básico es lo que más se aprecia, en otras ocasiones quizá nos enamore un ramo de flores bonito pero hay veces en que un plato casero vale más que ninguna otra cosa.
Besitos.
Recibe un aplauso y una alabanza de mi parte.
Cuanto razon tienes “niña”.
Totalmente de acuerdo… y lo que se agradece que tus amigas se acuerden de ti y te guarden una ración de lentejas o guisos de esos que les salen ricos, ricos…
Y no digo cuando por tu cumpleaños te invitan a comer y sorpresa!!!! te han hecho tu plato preferido…
Cada día valoro más esos detalles, me demuestran mucho más que unos bombones, un reloj o cualquier otra cosa…
¡Gracias por dejar tu comentario, Luisa! Es verdad que se agradece, porque está hecho con todo el cariño y llega al alma.
Feliz día!!!