Un canalla siempre es un canalla, de Sarah MacLean

Publicado 22 noviembre, 2014 por Marhya en Cultura, Literatura, Reseñas / 6 Comments


En los últimos meses que puedo contar con los dedos de una mano (y me sobran) las novelas románticas estilo regencia que he leído. Nunca ha sido mi ambientación favorita, y con el boom de la romántica erótica que ha alcanzado a todos los subgéneros, éste incluido, no me apetecía nada. Sin embargo, me hablaron muy bien de “Un canalla siempre es un canalla“, de Sarah MacLean, la primera entrega de una serie llamada Las reglas de los canallas, por una parte romántica “de la de siempre”, me dijeron, por otra, “sin tonterías de bailes y esas cosas que te aburren leer”, y claro, me apeteció leerlo.

Inglaterra, Enero de 1831. Penélope Marbury acaba de rechazar la proposición de matrimonio de su mejor amigo, Tommy, pues sabe que no está enamorado de ella y sólo la compasión ha podido llevarle a pedirla en matrimonio. Es una solterona de 28 años, y ya casi ha perdido la esperanza de poder casarse. Nueve años atrás, su prometido la abandonó para casarse por amor con otra mujer. El escándalo se cebó en ella, y aunque en esos años ha recibido y rechazado varias propuestas de matrimonio, aquel hecho la marcó para siempre. Y no sólo porque todos la señalaran, la rechazaran y su madre le repita una y otra vez que por culpa de su escándalo sus hermanas no pueden optar a buenos matrimonios, también porque ha visto el amor que su ex prometido y su ahora esposa se profesan, y sueña en secreto con vivir algo parecido, sin tener que conformarse con un matrimonio tradicional, aburrido y conveniente, como es habitual entre los miembros de la alta sociedad británica.

Michael, Lord Bourne, regenta junto a tres socios más un enigmático club de juego. Nueve años atrás, casi recién cumplidos los 21, perdió toda su fortuna en una partida de cartas frente al hombre que hasta entonces se había ocupado de llevar las cuentas y los negocios de la familia, desde que él era un niño y sus padres fallecieron en un accidente. Ese hombre era, además, el padre de su mejor amigo. Se quedó con una mano delante y otra detrás, con una casa destartalada como única posesión vinculada al título y con un tremendo ansia de recuperar lo que era suyo y de vengarse del hombre que le arruinó.

Michael ha amasado una fortuna y aunque ha intentado recomprar la Mansión familiar, el hombre que le arruinó nunca la ha puesto en venta. Hasta ahora. Pero alguien se ha adelantado a comprarla y no precisamente para revenderla; el nuevo propietario la ha incluido en la dote de su primogénita, sabedor de que semejante premio hará que le lluevan ofertas de matrimonio a la joven. Si Michael quiere recuperar lo que una vez fue suyo, no le quedará más remedio que casarse con Penelope Marbury, una solterona que fue su amiga en la infancia.

“Un canalla siempre es un canalla” es esa clase de novela que sin ser maravillosa, lees del tirón y la disfrutas. Mucho. No pasará a los anales de la historia de la literatura, ni siquiera de la historia de la novela romántica, incluso seguramente no será un libro para releer cada pocos años, pero es tan entretenido y agradable de leer que, ¿qué importa?

Me han gustado los personajes, especialmente Penelope, porque dentro de los personajes de joven solterona, no se parece a ningún otro que yo recuerde; no es sabihonda, no es una intelectual, no es una chica con gusto por las actividades consideradas impropias de su clase o de su condición de dama… Es una chica normal, de su clase y de su época, que sólo desea llevar una vida normal, aunque esa normalidad incluya sueños un poco más especiales, como desear el amor.

Michael es un personaje más clásico, pero que resulta muy atractivo. Se agradece que a pesar de sus ansias de venganza y de la culpabilidad que siente por haberse dejado engañar siendo tan joven y por tener que comprometer a Penelope para recuperar su legado familiar, no sea un agonías espeso ni el típico traumatizado que en ocasiones me llegan a agobiar. Tiene remordimientos, pero sin llegar a un punto enfermizo y que alargue hasta la agonía los tiras y aflojas, los sís pero nos, de la trama. Y se agradece.

No había leído nada de Sarah MacLean antes, pero lo haré en un futuro, porque me ha gustado su forma de escribir, y me he quedado con ganas de más, sobre todo en lo que a esta serie se refiere.

Un canalla siempre es un canalla fue publicada en España por Versatil, consta de 408 páginas y su precio es de 17,95 euros en formato libro y de 4,95 euros en formato ebook.

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6 Responses to “Un canalla siempre es un canalla, de Sarah MacLean”

  1. ANda que esta novela no apetece ni nada, muchas veces lo que esperamos es disfrutar leyendo y si no es la novela del siglo pero lo pasamos bien es más que suficiente :o)
    Besos y feliz domingo,
    Palmira