El día que dejó de nevar en Alaska es una preciosa novela que he disfrutado. No había leído nada de su autora, Alice Kellen, pero desde luego que tengo intención de leer otras novelas suyas, visto lo que me ha gustado esta. Es una historia sencilla, con alma y con una protagonista imperfecta y realista que llega al corazón.
Heather cree que ya ha causado muchos problemas a las personas que quiere. Siente que vale muy poco y que es culpable de demasiadas cosas. Y por ello huye de la bulliciosa San Francisco a un pequeño pueblo de Alaska, un lugar en el que solo espera encontrar un poco de paz.
Lo que no espera es encontrar un grupo de personas que la ayudan a encontrarse a sí misma y su propia luz. Un vecino gruñón de buen corazón, un compañero de trabajo que siempre parece estar enfadado, una anciana cotilla que parece saber demasiado, un jefe risueño y su siempre alegre novia, pueden llegar a convertirse en la nueva familia de Heather. Y un cachorro juguetón e independiente que parece ver en lo más profundo de ella.
No sabía muy bien qué esperar de El día que dejó de nevar en Alaska porque no conocía a la autora y la sinopsis no contaba demasiado. La verdad es que ha sido una lectura agradable, bonita y una historia de las que llegan al corazón. Un poco previsible en las supuestas sorpresas de la trama, pero bueno, eso es algo bastante común en la novela romántica y se intuye la solución a los supuestos secretos. Pero eso no le resta interés a la historia ni la empaña en modo alguno.
Me ha gustado también que la protagonista es realista. No es un dechado de perfección, es un ser humano normal con sus luces y sus sombras. Y eso es agradable. Aviso de que es también la narradora, sé que a algunas personas la escritura en primera persona no les entusiasma y a otras les encanta porque les acerca más a la historia. A mi en principio ni me suma, ni me resta.
Otra cuestión que quiero destacar es el personaje perruno, Caos. Y es que sí, se parece a un perro de verdad. No es un perro que parezca una persona, ni que sea un super perro, ni que tenga poderes extrasensoriales. Es el fiel reflejo de lo que es un perro real y eso me ha encantado. No necesita nada más para ser un animal al que me encantaría poder achuchar y hacer mimos.
Sin ahondar más, recomiendo El día que dejó de nevar a todo el que busque una historia bonita y de fácil lectura. en esta novela la encontrará de la mano de una protagonista que quizá sin pretenderlo va encontrando su sitio en el mundo, a si misma y su propia luz que ella misma había dejado apagar tiempo atrás. Merece la pena su lectura.