Hace unas semanas os conté lo mucho que me gusto Nada más que tú, de Brenda Novak, perteneciente a la serie Silver Springs. Hoy vengo a comentar otra novela de la misma serie, Donde pertenecemos, que también me ha gustado mucho aunque quizá cuantitativamente un poco menos. La historia es muy bonita y está bien contada, pero en un sentido va demasiado deprisa. Y también me queda la impresión de que en lugar de un Harlequin el tema hubiera dado para una novela con más enjundia y profundidad, y es una pena por la sensación que me deja de desaprovechada.
No obstante Donde pertenecemos es una novela agradable, que se lee muy fácilmente, del tirón.
Savanna Grey no vivía en un matrimonio feliz pero ni por asomo podía imaginar lo que de verdad escondía su marido. Cuando es detenido acusado de varias violaciones el shock es brutal. Y aún más verse en la palestra, pues a ojos de la policía y sus convecinos ella debía estar al tanto de sus actividades delictivas. Herida, acusada, acosada y temerosa por cómo afectará todo esto a sus hijos a corto, medio y largo plazo, no sabe qué hacer. Y todo esto llega después de un año horrible tras la muerte de sus padres y uno de sus hermanos en un accidente de tráfico.
Moral, anímica y emocionalmente agotada decide irse con sus hijos a la pequeña localidad californiana de Silver Springs. Allí hay una granja que ha quedado para ella y su hermano en herencia. Piensa que puede ser un buen lugar para comenzar de nuevo, al menos por el momento. Y aunque imagina que el lugar está abandonado no puede hacerse idea de hasta qué punto lo está.
Gavin Turner es el nuevo vecino de Savanna y sus hijos. En realidad, su pequeña cabaña perteneció en otro momento a la granja en que estos se instalan. Él entiende bien lo que es empezar de nuevo y la necesidad de la mujer y los niños de dejar atrás el pasado. Al fin y al cabo él también tuvo una infancia difícil. Afortunadamente en su adolescencia fue enviado al rancho New Horizons para jóvenes conflictivos, el lugar en el que cambió su vida y en el que ahora trabaja. Lo que no espera es que su ayuda desinteresada hacia sus nuevos vecinos le lleve a enamorarse de esa mujer. Y menos aún cuando su ex novia, Heather, le pone en una situación moral y emocionalmente muy complicada.
La novela es sencilla, se lee con facilidad. Esa es a la vez su virtud y su defecto, la sencillez. Y es que también es una pena que temas serios e interesantes queden tratados muy superficialmente. La novela ganaría muchísimo con más atención a ellos y más profundidad. No puedo obviar que estamos ante un Harlequin pero me da pena quedarme con la sensación de que se ha desaprovechado un tanto la trama y los personajes.
Y no es que no me haya gustado. Donde pertenecemos es una novela bonita aunque tan previsible como era de suponer. Me ha gustado, he disfrutado con su lectura y me deja con ganas de continuar leyendo otras entregas de la serie.