
La hija del tutor, de Julie Klassen: de qué va
Devonshire, Inglaterra, principios del S. XIX. Emma Smallwood es una joven soltera que se ha criado en un pequeño internado masculino propiedad de su padre. Ahora, con el hombre viudo y tras una mala racha, se encuentran sin alumnos para el próximo curso. Los anuncios no parecen surtir mucho efecto cuando hay muchos colegios más grandes que pueden ofrecer mayor variedad de servicios.
Así las cosas, deciden sondear a familias con hijos en edad escolar cuyos hermanos mayores ya han estudiado con ellos. Como respuesta reciben la misiva de un Barón con una contrapropuesta: acudir ambos a Cornualles para ser el tutor y su ayudante de sus dos hijos menores, los mellizos Julian y Rowan.
Emma recuerda bien a los dos hijos mayores del Barón, Henry y Phillip. El primero fue un bromista que la puso en alguna dificultad siendo niña, el segundo se convirtió en su mejor amigo.
Aceptada la propuesta, Emma y su padre viajan a Cornualles. Pero en la mansión de los Weston no son recibidos como esperaban por todos los miembros de la familia, que parecen guardar demasiados secretos. Una serie de sucesos extraños ponen en alerta a la joven que no sabe en quién puede confiar en ese lugar. Y cuando el peligro se estrecha, pondrá a prueba a todos y desvelará la verdadera cara de cada persona.
Mi opinión sobre La hija del tutor
La hija del tutor sigue los pasos de la novela romántica gótica clásica, en la que una joven no sabe si es el amor o es la muerte lo que la espera en un ambiente que se va tornando más peligroso a medida que avanzan las páginas.
El problema es que resulta muy previsible. No sé si resulta así para todo el mundo o se debe a que ya he leído muchas novelas de este tipo, sobre todo cuanto era jovencita, porque era un tipo de lectura que estaba muy de moda en clase cuando tenía quince años y nos pasábamos libros de este tipo entre las compañeras. Sea por lo que sea, no ha habido un supuesto secreto o enigma que no haya intuido que ocurriría como así se narra posteriormente. Y claro, eso hace perder mucha gracia a la historia, salvo que se trate de una relectura.
Con todo, La hija del tutor resulta agradable de leer. Es una buena opción para desconectar de otros géneros y volver a ellos con ganas, así que me ha venido bien.
Quiero destacar que es una novela de lo que hoy en día se conoce como clean romance, por si esperabas otra cosa, para que no te pille por sorpresa. Y casi me atrevería a decir que tiene algo de Inspirational Romance, que cuando se trata de novelas de época no lo tengo en cuenta porque lo veo como algo propio de la ambientación y un modo más de construir un personaje acorde a su época, educación y posición.
Dicho todo esto, en tu mano queda decidir si La hija del tutor es lectura para ti. En lo personal me ha resultado agradable pero me quedo con otras novelas de Julie Klassen, como La costa de los naufragios, también ambientada en Cornualles.
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