Tras la cortina de humo, de Jocelyn Green, ha sido una de mis últimas lecturas. No ha sido una de las mejores del año, precisamente. Tampoco voy a decir que sea de las peores, porque lo he terminado y alguna otra la he abandonado a medias. Pero si contamos las lecturas terminadas desde luego que puede recibir esa calificación.
Desde luego, no ha sido ni de lejos lo que esperaba.
Tras la cortina de humo, de Jocelyn Green: de qué va
Chicago, Octubre de 1871. Meg y Sylvie Townsend son dos jóvenes que regentan la librería familiar tras la muerte de su madre. Su padre, veterano de la Guerra Civil Americana, arrastra secuelas psíquicas que le impiden llevar una vida normal. Es una carga en ocasiones difícil de llevar para las chicas.
Una noche se desata un gran incendio que asola la ciudad. En los momentos de confusión y pánico colectivo las hermanas no solo ven perder su hogar y su negocio. La noche también culmina con la detención de su padre acusado del asesinato a sangre fría de su mejor amigo y su ingreso en un hospital psiquiátrico.
Pero, ¿de verdad ha cometido Stephen Townsed el crimen que se le imputa? Y si no ha sido él, ¿quién ha sido y por qué?
Mi opinión sobre la novela de Jocelyn Green La cortina de humo
Si solo pudiese otorgar un calificativo a Tras la cortina de humo sería previsible. El problema es que lo es en un grado excesivo. Todo lo que podía imaginar que iba a pasar, pasa. Toda explicación que me imaginaba a cualquier supuesta intriga de la trama, terminaba siendo como creía.
Y no estamos hablando de una novela romántica, en la que no tiene mayor importancia, no. En cuestiones que se supone deben mantener la intriga a lo largo de toda la trama.
Pero esa es otra. ¿Romance? ¿Por qué se publica como una novela romántica en una colección y editorial popular en el género? Porque no lo es ni de lejos. Y no es porque sea como anuncian un clean romance, no tendría problema alguno con ello. Otras de ese género como Lakeshire Park o El secreto de Amber me han encantado. Es que sencillamente no hay romance. Hay una relación en un nivel profundo de la trama, no principal, en el que no llego a percibir el romanticismo por ningún sitio.
Y la trama en general queda totalmente diluida entre un montón de palabras que no aportan nada más que sopor. Ni son descripciones que te meten en ambiente, ni son relevantes, ni interesantes, de ninguna de las maneras.
Con todo, eso no es lo peor. Lo peor es el desinterés que he sentido hacia él en todo momento. Si hubiese estado rematadamente mal escrito lo hubiera abandonado a medio leer y aquí paz y después gloria. Pero no era tan penoso como para ello. Así que seguí leyendo. y no es poco mérito, porque tiene más de 500 páginas.
La cuestión es que normalmente cuando no leo una novela del tirón tengo muchísimas ganas de seguir con la lectura. Pero aquí no. Siempre encontraba actividades más interesantes que hacer. Hasta que me acordaba de que lo tenía a medias y leía otra buena tirada.
Al menos es de fácil lectura, eso si. Pero esperaba mucho más de una novela sobre el mítico y devastador incendio de Chicago.
Y para rematar, resulta que es parte de una serie. Con básicamente los mismos personajes. Algo que no indica por ningún lado hasta llegar al final. Al menos en la edición digital, no sé si es igual en la edición en papel. Te puedes imaginar lo que eso significa para la resolución de tramas secundarias, ¿verdad? Pues eso.
Así que no puedo recomendar Tras la cortina de humo. Si te quieres arriesgar, en tu derecho estás. Igual tienes suerte y hasta te gusta, ya sabemos que con los libros pasa como con los colores, que gustos hay para todo. Pero para mi no vale lo que cuesta. Y esa es otra. Menos mal que lo compré en una oferta Kindle Flash, porque el precio en digital me parece totalmente abusivo y desorbitado.