¿Buscas una receta de legumbre saludable, apropiada para el verano, muy rica y fácil de preparar? Los garbanzos con pota a la gallega se sirven fríos o tibios, son una delicia y cumplen con todos los requisitos.
Te voy a dar la versión trabajada, que es haciendo todas las preparaciones. Pero si quieres ahorrar tiempo y trabajo, el truco para simplificar esta receta es sencillo eligiendo garbanzos cocidos de bote y pota cocida congelada o fresca refrigerada. Obviamente al no cocinarse junto y al no tener los ingredientes exactos pierde algo de sabor, pero también es obvio que es muchísimo más rápido y fácil. Ahí ya decides tú qué prefieres.
La pota es mucho más barata que el pulpo, el calamar y generalmente también que la sepia. Es fácil encontrarla limpia, pero si no se limpia igual que los calamares, solo que al ser más grande es una labor más sencilla y rápida.
Si me conoces bien ya sabrás que me encanta el picante, en su justa medida, eso sí. Por eso he usado mezcla de pimentón dulce y picante. Pero si a ti no te va o entre los comensales hay peques o personas que prefieren los sabores suaves, simplemente usa la misma cantidad pero solo de pimentón dulce. Ahumado de La Vera, eso sí, porque no es igual con otros.
Para el aliño de este plato se utiliza una muy pequeña parte del caldo de los garbanzos y de cocinar la pota. El resto es muy rico, lo puedes congelar para sopas o para salsas para utilizar en otro momento. Es una pena desperdiciarlo.
Otra cuestión para tener en cuenta en verano. Los garbanzos con pota a la gallega aguantan muy bien la congelación. Así que si los preparas con ingredientes frescos puedes hacer cantidad y congelar raciones en recipientes adecuados y debidamente etiquetados. Así otro día que tengas más cansancio o más calor solo tendrás que descongelar y comer.
Garbanzos con pota a la gallega
Con estas cantidades tienes para cuatro raciones de garbanzos con pota a la gallega como las de las fotografías.
Ingredientes para un plato de legumbre de verano
325 gramos de garbanzos
800 gramos de pota limpia (se reduce al cocer)
la parte verde de una cebolleta tierna
un diente de ajo mediano
una hoja pequeña de laurel
aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita pimentón dulce ahumado de La Vera
1/2 cucharadita de pimentón picante ahumado de La Vera (si no, la misma cantidad de dulce)
5 bayas de pimienta negra
sal
Cómo hacer garbanzos con pota a la gallega
Hidrata los garbanzos poniéndolos a remojo bien cubiertos de agua unas doce horas. Pasado ese tiempo tira ese agua y prepara la olla.
Pon en una olla rápida la parte verde y limpia de una cebolleta, la hojita de laurel y la pimienta negra con un pellizco de sal. Cubre con un litro de agua y añade los garbanzos escurridos. Cierra la olla, pon al fuego y cocina por espacio de unos 45 minutos o el tiempo que indique el fabricante.
Trocea la pota no demasiado pequeña, ya que al cocinarse se reduce su tamaño.
Pela el ajo, aplástalo de un golpe y ponlo en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Cuando coja color y antes de que se tueste, añade la pota, tapa y deja que se cocine a fuego vivo. Se hace enseguida, en menos de 5 minutos. En cuanto coge color nítido está lista. Prueba para que esté blanda, porque si te pasas necesitarás una cocción larga para que se ablande y esté tierna.
Pon en un cuenco 2 cucharadas de aceite de oliva, 2 del jugo de preparar la pota y 2 del caldo de garbanzos, añade un pellizco de sal y ambos tipos de pimentón y mezcla bien para preparar el aliño.
En una cazuela o cuenco grande pon los garbanzos, escurridos, la pota y el aliño. Mezcla muy bien y sirve los garbanzos con pota a la gallega en platos o en cuencos individuales.
Que rico.Este verano no se me escapa.