No he leído demasiada literatura oriental pero la que he leído me ha gustado, a pesar de que no siempre narra pasajes felices. “Amor bajo el espino blanco” es una historia que me ha gustado leer, aunque lo que cuenta es duro en muchas ocasiones y no sé si puede enmarcarse dentro de la literatura oriental dado que se supone que quien lo ha escrito es estadounidense pero también se supone que es la historia real que alguien le contó, dándole sus diarios de aquella época. No es una novela que sea la alegría de la huerta pero me ha gustado leerla, conocer más cosas sobre la vida en china en la época y creo que en parte me ha ayudado para comprender más algunas cuestiones de la vida china actual (en relación al trabajo, al amor, a la propia autonomía). Y creo que os puede gustar si no os importa que sus personajes no sea felices y vivan una vida dura.
China, 1974. Jingqiu es una muchacha que estudia el último curso de secundaria. Su familia ha sufrido el estigma de su origen tras la Revolución Cultural; su padre, que fue terrateniente, lleva años en un campo de reeducación, su madre, de salud delicada, trabaja como profesora por un sueldo irrisorio y está en la permanente mira de los cuadros del partido y de sus propios vecinos, tiene un hermano mayor que está trabajando en el campo por el tiempo que marque el gobierno y una hermana menor. Como era habitual, los estudiantes pasaban temporadas aprendiendo de los campesinos y trabajando con ellos y Jingqiu junto a unos compañeros es enviada de la ciudad a una aldea para rescatar la historia oral de los campesinos.
Jingqiu es una muchacha inocente, ingenua en muchísimos aspectos, que sólo quiere pasar desapercibida, ganar dinero para mejorar la vida de su madre y su hermana y demostrar que es una buena ciudadana china, que haber nacido en una “clase social mala” nada tiene que ver con lo que ella es.
En el campo, Jingqiu conoce a un joven algo mayor que ella que le resulta sumamente atractivo, Mayor Tercero. Hijo de un cuadro del régimen, sus ideas sobre la vida y el amor desconciertan ( y a menudo escandalizan) a la joven, le parecen sumamente capitalistas. Pero eso no hace que la atracción disminuya, sólo que no siempre ella sea capaz de comprenderle.
Las diferencias ideológicas y de clase, la dura vida, la extrema pobreza en que vive Jingqiu, su orgullo, la sociedad en la que viven, no pondrá las cosas nada fáciles a los enamorados. Y el miedo de la muchacha a cometer un desliz que haga aún más difícil la vida de su familia no ayudará.
Es una novela que atrapa, que te sensibiliza con muchas cosas (creo que es mejor no entrar en detalles para que cada quién lo vaya descubriendo página a página), que nos acerca a una vida tan diferente de la nuestra propia en muchísimos aspectos que es complicado no comparar y alegrarse (a pesar de todo) del lugar y la época en que nos ha tocado vivir.
A pesar de las enormes diferencias culturales, empatizar con los protagonistas es sencillísimo y ello hace que una lea la novela de seguido, interesada, cautivada y sea sensible a todo lo bueno y lo malo que viven los personajes. Para bien y para mal.
Si no te asusta leer una novela en la que se muestra la dureza de la vida y te interesa descubrir cómo se vivía en otras sociedades no tan lejanas en el tiempo como en el espacio o la ideología, te puede gustar. A mi, me ha gustado.
La novela está publicada en España por Suma de letras, consta de 472 páginas, su precio es de 21 euros en formato libro y de 10,99 euros en formato ebook. Recientemente se ha estrenado en España su versión cinematográfica.
Pues coincido contigo que lo poco que he leído de literatura oriental, que pinte cualquier época siempre explican cuanto la vida era difícil… Acabo de terminar una sobre los pies bendados y tuve que dejarla un par de veces porque las escenas de sufrimiento de las niñas me dolían…
La que nos comentas hoy me ha llamado la atención, así que cuando terminé el último S. Kinsella más subidito de tono ya tengo una idea.
Besos y feliz fin de semana,
Palmira
A mi también me gustan los libros que se desarrollan en países asiáticos, he leído algunos y recuerdo que casi siempre me han encantado. Hay una autora que no es asiática pero que conocía muy bien China y sus novelas me encantan, se trata de Pearl S. Buck.
Marhya,
Pues yo también coincido en que lo poco que he leido en ese contexto me ha gustado mucho, como “Diario de una Gheisha”, “El abanico de Seda”, “Dos chicas de Shangai” o “El samuray y la concubina”.
También coincido en que son novelas duras, que reflejan la diferencia de culturas o circunstancias.
Por supuesto me apunto ésta en mis lecturas pendientes.
Un besito guapi y feliz finde
He visto la novela en varios sitios y me llama la atención sobre todo por aprender más sobre la cultura china, es lo que más me atrae de ella
besos
Palmira, leyéndolo a veces se sufre, adivierto por si acaso. Pero es muy buena novela.
Besos, guapa.
Lola, a mi madre y mi hermana les gusta mucho pero yo aún no he leído nada suyo. Justamente el otro día me echaron la “bronca” al unísono por no haber leído aún “Viento del este, viento del oeste”. A ver si me pongo las pilas.
Besos.
Yolanda, los que nombras últimos no los he leído, me los apunto.
Un beso, guapa.
Tatty, si te animas, es interesante porque es una parte de la historia de china de la que creo que no conocemos demasiado por la literatura (del día a día de la gente), creo que se conoce más de otras épocas más antiguas.
Besos.
Este libro lo tengo en casa a la espera de tener tiempo para ponerme con él. Yo tampoco he leído mucha literatura oriental pero me ha gustado todo lo que ha caído en mis manos.
Lo que tengo claro es que antes leeré la novela y luego veré su adaptación cinematográfica.
Welzen, yo suelo hacer al revés, si tengo sin leer libro y peli suelo ver primero la peli para no llevarme chasco, aunque en este caso parece ser que es muy buena o eso dicen quienes la han visto. Ya me contarás si es fiel a la novela y qué tal.
Besos.
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[…] * “Amor bajo el espino blanco”, de Ai Mi. Una novela ambientada en la China de los años `70. Es dura muchas veces y triste otras, pero creo que merece mucho la pena leerla. […]