Tenía alguna duda al leer esta novela de Sandra Brown, pues de las dos que he leído obtuve una impresión desigual, una fue una novela de intriga bastante decente y la otra una novela romántica bastante mediocre (aquí). “Imagen en el espejo”, reeditada por Zeta bolsillo (y escrita hace casi 20 años) venía muy bien recomendada pero ya sabemos que sobre gustos no hay nada escrito. Después de leerla puedo decir que me ha gustado aunque no puedo catalogarla de espléndida.
La historia comienza con una confusión vital: un avión se incendia al despegar y sólo hay 14 supervivientes. Entre ellos una mujer joven que ha salvado a una niña pequeña: con el rostro quemado y sin poder hablar es tomada por la madre de la pequeña, Carole Rutledge, esposa de un candidato a senador por Texas. En realidad es Avery Daniels, una periodista de similar estructura ósea con la que intercambió el asiento. Cuando el candidato a senador y esposo de Carole, Tate, contrata a un cirujano para que devuelva a su esposa la belleza perdida, Avery (que escucha y cuyo cerebro no ha sufrido ningún daño pero que no puede comunicarse por voz ni escribiendo debido a sus muchas heridas)se asusta. Pero con el tiempo y cuando tiene la oportunidad de decir quién es en realidad no lo hace.
Avery pronto se enamora de Tate. Lo que no sabe (porque él la trata de maravilla en el hospital) es que él no ama a su esposa, que nadie lo hace en realidad, porque Carole distaba mucho de ser una buena persona.
La novela es entretenida y te mantiene en vilo hasta el final y desde el principio. Si bien no es una historia maravillosa ni espléndida, si puede decirse que es interesante y que me ha gustado. Le pongo alguna pega (en ocasiones su lenguaje me resulta innecesariamente duro, por ejemplo) pero en general debo decir que me ha gustado.
La novela consta de 575 páginas y cuesta 10 euros.
