Valeria en blanco y negro, de Elísabet Benavent

Publicado 28 junio, 2014 por Marhya en Cultura, Literatura, Reseñas / 0 Comments


Valeria en blanco y negro es la tercera novela de la serie de Elísabet Benavent, continuación de En los zapatos de Valeria y de Valeria en el espejo. Es también, hasta ahora, la que menos me ha gustado de la serie, que terminaré de leer porque ya que tengo el libro en casa y que a pesar de todo no deja de ser muy fácil de leer, espero que termine en condiciones y esté al menos a la altura del primero.

Valeria encuentra un sujetador que no es suyo en casa de Victor. Y se siente como una mierda. No está dispuesta a sufrir por él más que cuando se divorció de Adrián, así que sabe que tiene que poner fin a lo que sea que haya entre ellos. Con lo que no cuenta es con conocer a Bruno, un escritor asturiano de ciencia ficción que resulta de lo más atractivo.

Lola está harta de todo y tiene ganas de ocupar su tiempo con algo que le ayude en su trabajo, así que con su facilidad para los idiomas, se apunta a una academia para aprender chino. Allí conoce a Rai, que va a clases de inglés.

Carmen y Borja están deseando que llegue el día de su boda. Bueno, Carmen no tanto, prefiere que llegue ya el día después. Organizarlo todo la agobia y pensar en el vestido de novia y en todas las miradas de los invitados sobre ella, la estresa.

Nerea está dispuesta a cambiar. Y tiene un plan.

Como os decía antes, es la novela que menos me ha gustado de las tres que voy leyendo hasta ahora. Sin ánimo de hacer chistes sexuales, demasiada paja en forma de escenas erótico festivas y tragos para enlazar una trama que avanza a cámara lenta. Sin estas escenas (a ver, no digo que me sobren todas, pero si el 90% o más) la cosa sería mucho más ágil, pero claro, el libro perdería fácilmente tres cuartas parte de sus hojas y la tetralogía se convertiría en un sólo volumen, quizá gordito, pero un sólo volumen. Monetariamente no sale a cuenta ni a la autora ni a la editorial. Claro que como además es una moda, pues seguro que hasta recibe aplausos y en muchos casos de personas que leen (pero que no sé si podemos llamar lectoras en la acepción a la que estamos acostumbrados) será lo que más guste.

La verdad, si me hubieran dado un euro por cada vez que está incluido el verbo follar en cualquiera de sus conjugaciones y sus sinónimos, tendría para dar de comer a una familia numerosa un par de meses sin problemas. Si añadimos otro euro por cada vez que está escrito el verbo correrse en cualquiera de sus conjugaciones y sus sinónimos, me daría para pasar un día inolvidable comprando en una librería. Ya no añadamos un euro más por cada vez que aparecen las palabras puta, polla y tetas con sus respectivos sinónimos, porque sumando todo me daría un veranito de vacaciones envidiable.

En fin, que me sobran muchas páginas. Y que no entiendo cómo novelas con mucho menos sexo están catalogadas de eróticas y Valeria en blanco y negro no. Cosas del marketing, supongo. Y también de lo poco imaginativo que es en este aspecto, porque con media docena de poses y poco más que otras tantas palabras clave, se ventila todas las escenas de sexo. Comprenderéis que resulta aburrido, aunque sólo sea por repetitivo. Que echarle imaginación para escribir escenas de sexo no consiste en variar el cama-alfombra-mesa-pared sin más, dejando luego todo lo demás en mano-boca-sexo. Haced las combinaciones que queráis y ahí lo tenéis todo.

Por cierto que llegado a este punto no quiero dejar de destacar la maravilla de maromos con los que se cruzan estas cuatro chicas, todos más o menos sexys, atractivos, con enoooormes trancas y buenos folladores (podría decirlo más finamente, pero no iría tan en consonancia con el lenguaje de la novela). Me recuerda a una compañera de mis tiempos de estudiante, que apodábamos la Pinocho por motivos obvios; cada lunes y viernes nos contaba sus aventuras (supuestas, ejem) que siempre incluían la frase “y la tenía enorme, tía”, hasta tal punto que siempre que alguien se quejaba de su suerte por el tema que fuera (preguntas de un examen, tiene que llover justo hoy, no me dejan salir mañana, el profe me tiene manía, he perdido el bus, etc, etc, etc…) siempre otra respondía. “Tía, es que toda la suerte la acumula la Pinocho, que se ha topado con todas las superpollas de Euskadi”. Bueno, pues eso, que no os quejéis de que no encontráis hombres perfectos en vuestros sueños porque todos los de fantasía quedaron reflejados en esta serie y ya no hay más para nadie.

La novela está publicada por Suma de Letras, consta de 448 páginas y su precio es de 17 euros en formato libro y de 7,99 euros en formato ebook.

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